Quirónsalud
Blog de Enfermería pediátrica del Hospital Quirónsalud San José
Este verano, con las temperaturas tan altas que hemos tenido y ese calor infernal, hemos observado en nuestra consulta de enfermería que ha habido una duda generalizada en muchos de vosotros ¿puedo darle agua a mi bebé? Parece una pregunta sencilla y nos puede resultar obvio pensar que la respuesta es sí pero tenemos que conocer la información adecuada. En el post de hoy os explicaremos los matices que debéis saber.
El agua es un elemento básico en nuestra vida diaria que necesitamos para vivir y que ingeríamos varias veces al día. Tendemos a pensar que al igual que en los adultos, los bebés necesitan beber agua a menudo, y aunque esto es cierto, debemos conocer varios puntos importantes.
El 70% del cuerpo de un bebé de 0-24 meses se compone principalmente de este líquido. De hecho (aunque parezca contradictorio), los bebés necesitan más agua que los adultos, pero no necesitan que nosotros se la demos de forma externa.
El agua que los bebés toman, tiene que ir acompañada de nutrientes. Si llenamos el estómago de nuestro bebé de agua, provocaremos que se sientan "saciados" y no quieran ingerir otros nutrientes importantes.
Nos referíamos a "agua con nutrientes" a la leche materna o a la leche artificial, es decir, aunque no lo creáis, ambas leches contienen entre un 70% y 80% de agua, por lo que ya estamos hidratando a nuestro bebé con ella. La única diferencia es que posiblemente en verano, ingieran más leche de lo normal, o hagan más tomas, para poder hidratarse.
¿CUÁNDO PUEDO DARLE AGUA A MI BEBÉ?
No se recomienda dar agua a los bebés menores de seis meses.
La OMS, recomienda la lactancia materna exclusiva hasta dicha edad por dos motivos: porque todavía no la necesitan y porque al beber agua lo que puede ocurrir es que los bebés dejen de mamar lo suficiente y disminuyan los nutrientes que toman. Incluso puede que rechacen la toma porque ya estén "llenos".
Si les diéramos un biberón entero solo de agua, estaríamos corriendo el riesgo de desnutrirle, puesto que su estómago es muy pequeñito y si lo llenamos con agua, no estaremos dejando hueco para llenarlo con los demás nutrientes que necesita. Recordad que la leche materna o de fórmula ya "viene de fábrica" con la cantidad justa y necesaria.
Hasta que no comiencen con la alimentación complementaria, la leche les proporciona la hidratación que necesitan. En función de los alimentos que él bebé coma a partir de entonces, podría necesitar un aporte extra de agua. No os agobiéis con la cantidad, basta con ofrecerles agua de vez en cuando (entre toma y toma).
No les obliguéis a beber ni ofrezcáis agua continuamente. Según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria los bebes entre los 6 meses y un año, beben entre 800ml y un litro al día de agua.
Os dejamos una tabla orientativa para que podáis haceros una idea:
Nos gustaría insistir en que estos datos son orientativos, por lo que no es necesario controlar ni insistir en saber la cantidad exacta de agua que toman nuestros hijos. La naturaleza es sabia, e ideó un sistema muy eficaz que no falla nunca, la sed. Los bebés no nos van a decir con palabras que quieren agua, pero cuando se la ofrezcáis ellos mismos serán los que se la traguen o los que por el contario cuando no la quieran aparten la cara.
¿QUÉ TIPO DE AGUA ES MEJOR?
Ofrecerle el agua en un vaso o en el biberón, nunca directamente de la botella ya que esto puede propiciar infecciones. Es importante que el transporte sea siempre en envases bien cerrados y frescos y así evitar que se contamine.
Así que ya sabéis, el agua puede ser la mejor amiga de tu hijo/a pero no tengáis prisa en presentársela. Cuando sea el momento y se la deis, veréis como ya no se separarán jamás.
Llegó septiembre y, con ello, la vuelta al colegio y a la rutina.
Como os hemos explicado en otros artículos, para que nuestros pequeños puedan hacer frente al gasto de energía que supone el día a día en el colegio, resulta fundamental que lleven una dieta sana, variada y equilibrada. Repartidos en 5 comidas al día, debemos ofrecerles alimentos de calidad, nutritivamente hablando: carne, pescado, fruta, verdura, cereales… Podemos aprovechar la hora del recreo para introducir algunos de estos alimentos sanos y nutritivos. Es la oportunidad perfecta, ¡qué no se os escape!
Sabemos que la vuelta al colegio siempre es dura, también para los padres, por lo que os ofrecemos a continuación una serie de pautas que os pueden resultar útiles para triunfar en el recreo:
Desde los colegios se fomentan las meriendas saludables y, muchas veces, tienen organizada la semana sabiendo qué deben llevar cada día. Si no es así, os proponemos la siguiente tabla para que os resulte más fácil organizar la semana:
PAUTA SEMANAL
Lunes: fruta fresca.
Martes: lácteos.
Miércoles: bocadillo.
Jueves: fruta deshidratada.
Viernes: frutos secos o repostería casera.
SUGERENCIAS
Plan de meriendas semana 1:
- Lunes: arándanos.
- Martes: dados de queso tierno con colines.
- Miércoles: bocadillo de aguacate y queso fresco.
- Jueves: plátano deshidratado.
- Viernes: puñadito de nueces.
Plan de meriendas semana 2:
- Lunes: manzana en dados.
- Martes: yogurt natural.
- Miércoles: bocadillo de atún con tomate.
- Jueves: ciruelas pasas.
- Viernes: bizcocho casero de almendras.
Haced participes a vuestros hijos/as en la planificación semanal y en la preparación diaria de las meriendas, eso les hará sentir bien ya que así favorecemos su autonomía e independencia. Ofrecedles alternativas del mismo grupo para cada día de la semana sabiendo que no pueden repetir y marcad en el calendario "algún día especial", como por ejemplo su cumpleaños o el último día de clase, en el que tengan libertad para decidir qué llevan al recreo.
Desde la consulta de enfermería del Hospital Quirónsalud San José esperamos que nuestras recomendaciones os ayuden a afrontar la vuelta al colegio con más energía y menos preocupaciones. ¡Ánimo y feliz curso 2022-2023!
No hay ningún medicamento que haya salvado tantas vidas como las vacunas e incluso llegando a erradicar enfermedades que hace mucho tiempo eran mortales. Son consideradas como uno de los inventos más importantes de la humanidad. Según los datos de la OMS entre el 2010 y el 2015 se evitaron más de 10 millones de muertes. Sin embargo todavía a día de hoy, hay ciertos pensamientos o creencias que buscan poner en duda su efectividad.
Hay mucha información errónea al respecto de las vacunas que contribuyen a que este problema crezca. En este post vamos a intentar desmentir los mitos más extendidos y explicar porque son falsos.
Seguro que esto lo habéis leído en más de una ocasión, incluso habéis visto un reportaje en la televisión al respecto. Este mito cogió fuerza en 1998, cuando una revista científica publicó que la vacuna contra el sarampión podría tener como efecto secundario el autismo. Pues bien, lo que muchos no sabéis es que este artículo fue retirado al poco tiempo por graves irregularidades científicas, demostrando que era una información errónea, pero el "miedo" que produjo en la población se quedó. Las consecuencias de no vacunarse serían mucho más graves si se contrae la enfermedad que los efectos de la propia vacuna. NO hay ninguna prueba ni relación que vincule las vacunas con estas enfermedades. Que dos cosas ocurran a la vez no significa que estén relacionadas.
Durante un largo periodo de tiempo se usaba esta sustancia para la fabricación de algunas vacunas. En la actualidad, en nuestro país ninguna vacuna del calendario vacunal contiene dicha sustancia. Se ha ido sustituyendo por otros compuestos.
No obstante nunca se ha podido demostrar que esta sustancia interfiriera en el desarrollo cerebral o que causase autismo. Únicamente se ha ido retirando por la alarma social que se había creado.
Es cierto que, gracias a las mejoras de las condiciones higiénico – sanitarias, hemos podido disminuir la aparición de ciertas enfermedades infecciosas, pero lamentablemente, esto no es aplicable a todo, ya que muchas enfermedades tienen otras vías de transmisión, como la vía respiratoria, la vía sanguínea o la vía sexual. Las enfermedades volverían a aparecer si la gente no se vacunase independientemente de la higiene que mantengamos.
La evidencia científica demuestra que, la administración de varias vacunas al mismo tiempo, no tiene efectos negativos sobre el sistema inmune del niño.
Tenemos que pensar que, a lo largo de la vida, un niño/a está expuesto de manera natural a una elevadísima cantidad de virus y bacterias (estímulos antigénicos) que les provocan resfriados, laringitis, otitis, infecciones de orina etc.
El mero hecho de comer, introduce numerosas bacterias en el cuerpo, es más, un gran número de bacterias viven en nuestra boca, y exponen al sistema inmunitario a diario.
Así que tranquilos, el número de antígenos contenidos en las vacunas representa una carga poco apreciable para el sistema inmunitario como para que llegue a sobrecargarlo. Nuestros peques son mucho más fuertes de lo que pensáis.
TODAS las personas debemos vacunarnos. Es cierto que en España no es obligatorio, pero es un acto cívico, no solo beneficioso para uno mismo sino para toda la sociedad. Debemos ser generosos y pensar más allá del bien propio.
Cuando vacunamos a los niños, no solo protegemos al niño/a que recibe la vacuna, también estamos impidiendo que el agente que causa la enfermedad este presente, protegiendo a personas no vacunadas (la famosa inmunidad de rebaño).
Recordad que el beneficio es muy alto, son 30 segundos de molestia y toda una vida de protección.
Esperamos que con este post tengáis claro que las vacunas salvan vidas, y no tengáis miedo de vacunar a los más peques.
En la consulta de neonatología del Hospital Quirónsalud San José, una de las primeras indicaciones que reciben los padres es que, a partir de los 15 días de vida del recién nacido, se debe iniciar, una vez al día, la administración oral de Vitamina D3.
¿Qué es la Vitamina D3? ¿Para qué sirve? ¿Cómo se administra? ¿Cuánto tiempo debe tomarse? En este artículo os ayudaremos a comprender la importancia que tiene en la salud de vuestro hijo respondiendo a todas esas cuestiones.
La Vitamina D3 es un nutriente que resulta fundamental para garantizar una buena salud ósea. Una correcta concentración de Vitamina D3 en sangre permite que el calcio mineralice el hueso que se está formando y desarrolle la placa de crecimiento. Para alcanzar esta concentración deseada, debemos suplementar al recién nacido durante el primer año de vida ya que la dieta por si sola (ya sea lactancia materna, como lactancia artificial) no cubre estos requerimientos.
En el mercado se comercializan diferentes productos de Vitamina D3, estos son en formato líquido y cada uno presenta diferente concentración. Es muy importante recordar que el niño debe tomar 400 UI de Vitamina D3, una vez al día, durante todo el primer año de vida. Esta dosis se mantiene sin cambios independientemente del peso del niño, de la alimentación o de la estación en la que nos encontremos.
Durante las revisiones, el neonatólogo, os explicará la dosis correspondiente, aun así, revisad el prospecto del producto que compréis ya que te indicará la dosis diaria a tomar, en gotas o en ml.
Os ponemos algunos ejemplos de los que recomiendan nuestro equipo médico:
Las gotas se administrarán directamente en la boca del bebé, nunca se deben echar en el biberón para asegurarnos que no se quedan entre los restos de la leche. Recomendamos que la Vitamina D3 se dé antes de una toma, para aprovechar que tiene hambre, y preferiblemente por la mañana ya que algunos estudios lo relacionan con los cólicos del lactante.
Si un día se te olvida dársela, si dudas que se lo hayas dado, si vomita o si te quedas sin producto, no te preocupes, de esa dosis nos olvidamos y, al día siguiente, le das la dosis normal que le corresponde.
Intentad enmarcarlo dentro de la rutina diaria del bebé por la mañana y así no os olvidareis.
¡Bebés sanos y huesos fuertes!
Cuando iniciamos la alimentación complementaria a partir de los 4 o 6 meses de vida, como padres, nos preocupa mucho la introducción de nuevos alimentos, pero no debemos olvidar que, en la dieta de nuestros hijos, siempre deben estar presentes los lácteos en todas sus formas.
Cuando las circunstancias familiares y personales lo permitan, se recomienda mantener la lactancia materna hasta los 2 años de vida; de no ser posible, en la etapa de 6 a 12 meses de vida, utilizaremos una fórmula de leche infantil tipo 2 y, a partir del año de vida, podremos ofrecer una fórmula de leche infantil tipo 3 o leche de vaca entera. Hasta los 2 años, se recomienda el consumo de leche de vaca entera ya que, la leche semidesnatada o desnatada, contiene menor cantidad de vitaminas. Además, como fuente de lácteos aceptados, se encuentran los yogures naturales (sin edulcorar) y los quesos frescos que, a partir de los 6 meses, se pueden ir ofreciendo.
A lo largo del día, se desea que todos los lácteos consumidos por nuestro hijo oscilen entre los 450- 720ml. Si nos encontramos con lactancia materna, se aceptaría un mínimo de 4 tomas de pecho al día.
Para los menores de un año, salvo indicación concreta del pediatra, no se recomienda el consumo de leche de cabra, leche de soja, leche de almendra o leche condensada. Las dietas vegetarianas no están recomendadas durante la infancia ya que no cubren las necesidades nutricionales que los niños necesitan para un correcto desarrollo.
Otro de los alimentos que introducimos al iniciar la alimentación complementaria son los cereales. Los cereales son una rica fuente de vitaminas, minerales, fibra, proteínas, grasas y, su aporte de hidratos de carbono complejos, los convierte en una fuente de energía de alta calidad. Deben formar parte de la dieta saludable que queremos para nuestros hijos. Existen diferentes formas de incorporarlos: en forma de cacitos de cereales en polvo que se diluyen en el biberón o se ofrecen con cuchara en papilla, en forma de trozo de pan, en forma de pasta como macarrones, galletas, arroz blanco hervido, copos de avena… Multitud de posibilidades a tu alcance, ¡explóralas!
La lactancia materna no es un impedimento para la introducción de estos ya que se pueden mezclar con leche materna extraída, puré de fruta, puré de verduras, caldo o incluso agua.
Muchos os preguntaréis, ¿qué son los cereales sin gluten que venden en la farmacia? ¿Qué es el gluten? ¿Los niños lo pueden consumir o hay que evitarlo? Vamos a intentar aclarar este tema que en los últimos años ha provocado controversia.
El gluten es una proteína que se encuentra en la semilla de algunos cereales tales como el trigo, la cebada, el centeno, la espelta y alguna variedad de avena. Las personas celiacas son aquellas que no pueden digerir, a nivel intestinal, esta proteína y sufren, principalmente, problemas de salud gastrointestinales. El único tratamiento que existe para ellas consiste en eliminar el gluten de su dieta, sustituyendo esos cereales por cereales sin gluten, como el arroz, el maíz, el amaranto, el teff o el mijo.
Entre los expertos no hay consenso sobre cuál es la mejor forma de introducir el gluten en la infancia para disminuir la incidencia de celiaquía. Se ha visto en diferentes estudios que la edad, en la introducción del gluten, no modifica el riesgo de desarrollar enfermedad celiaca por lo que, actualmente, se recomienda introducir los cereales en la dieta de nuestros hijos entre los 4 y 11 meses de vida, siempre en pequeñas cantidades y aumentando su consumo gradualmente. No existe fundamento científico para retrasar la introducción de los cereales así que ¡no tengáis miedo!
Desde la consulta de enfermería del Hospital Quirónsalud San José, os recomendamos que seáis creativos y flexibles en cuanto a la alimentación de vuestros hijos, buscando formas diferentes de ofrecer los alimentos. De esta manera, en el futuro, los niños se encontrarán más receptivos a probar alimentos nuevos y lograremos alcanzar nuestro objetivo: que disfruten de una dieta sana, variada y equilibrada durante toda su vida.
A veces las preguntas más sencillas nos parecen un mundo, sobre todo cuando se trata de nuestro hij@. ¡No te preocupes, te vamos a ayudar! Resuelve con nosotras tus dudas. Porque la maternidad- paternidad es más complicada de lo que nos cuentan ¿verdad? Te presentamos un blog hecho por profesionales de enfermería para grandes padres y madres como tú. Trataremos temas relacionados con el crecimiento, la alimentación y el desarrollo de tu hijo a lo largo de la infancia.
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