IMAGEN CRONICA 6Desde anoche el ‘Green Dragon’ navega ya por aguas atlánticas con un tiempo más tranquilo y la moral alta de la tripulación. Sin embargo, un problema técnico en el motor hoy, ha obligado al barco a entrar en el puerto de Baiona (Galicia). Se trata de un percance en el sistema electrónico, nada grave, pero que podría retrasar la marcha del Reto Pelayo Vida unas dos o tres horas en su rumbo hacia la ciudad de Cádiz, que es la primera escala de esta sexta edición.

La explicación viene de la mano de Ángela Pumariega: "Al parecer hemos perdido una pieza del motor que permite tenerlo desconectado, pero funcionando la electrónica del barco". El sistema de electrónica es vital para la navegación a bordo ya que de él depende el sistema GPS, radar, meteorología, etcétera.

En cuanto al tiempo, esta mañana las fuertes lluvias han dado paso a un cielo despejado, sin nubes y con un enorme arco iris que podía divisarse en el horizonte de lado a lado. "La verdad es que es un espectáculo único poder ver semejante arco Iris" afirma María Aldama, la representante del País Vasco en la travesía.

La previsión meteorológica anuncia que se mantiene el buen tiempo al menos hasta bien entrados en aguas jurisdiccionales de Portugal. "Esperemos que el tiempo no cambie el entrar en el Estrecho. Es un paso complicado por la cantidad de tráfico marítimo que se concentra en muy pocas millas" explica la olímpica Ángela Pumariega.

De momento, el sol y una pequeña subida de temperaturas acompañan la travesía del ‘Green Dragon’, un buen tiempo que se agradece tras dos días de climatología desfavorable e intenso castigo.

IMG-20201012 CRONICA 4Primera noche de navegación. Noche larga, dura y con una meteorología que no ha dado tregua a la tripulación. Hemos vivido siete horas de grandes olas, de fuerte viento, de lluvia y de marejada que han provocado los primeros mareos en esta sexta expedición del Reto Pelayo Vida.

El tiempo nos ha querido castigar con dureza desde que el ‘Green Dragon’ saliera ayer del puerto de Bilbao y desembocara en aguas del Cantábrico. El temporal comenzó a las 9 de la noche con una fortísima lluvia, vientos de entre 30-35 nudos y olas de hasta 8 metros que rompían sobre la cubierta del veloz V70.

La fuerza del viento y la navegación a 16 nudos proyectaban la lluvia sobre la cara de los navegantes con una intensidad tan grande como si fueran agujas. Una lluvia que caía con tal fuerza, que impedía ver más allá de un metro y que nos dejaba como única referencia los faros de posición de una pequeña flota pesquera que se encontraba a pocas millas de nosotros.

Tan solo media hora después, a las 21.30 se hacía imposible escuchar las órdenes del capitán. El ruido de las olas y el viento impedían oír su voz por lo que a las 22.00 , se ordenó que los tripulantes se colocaran los chalecos salvavidas por seguridad y se uniesen a una línea de vida. Finalmente a las 23:00 se ordenó arriar la mayor y navegar tan solo con una vela de proa, ya que el fuerte viento hacia casi imposible poder controlar el barco en rumbo.

Sobrecoge escuchar el ruido del barco cuando la quilla penetra en la ola y la rompe. Pareciera que puede desmontarse este gigante de 22 metros de largo y varias toneladas de peso, diseñado única y exclusivamente para correr contra el reloj en la famosa Volvo Ocean Race.

A las 23:15 llega la orden de la directora del Reto de este año, Ángela Pumariega, a dos de las participantes, la gaditana Fátima Domínguez y la cartagenera Lorena Madrid, para que bajen al interior del barco y así evitar alguna situación de riesgo.

Justo en el momento en que Fátima bajaba, una fuerte ola se abatió sobre el barco provocando una violenta sacudida; como resultado ella perdió el equilibrio y se golpeó la espalda contra uno de los mamparos interiores. Tras el incidente, se quedaron en la cubierta solamente los cuatro tripulantes profesionales y el creador del Reto, Eric Frattini, que también forma parte de la tripulación.

A las 6.00 de la mañana, ya frente a las costas asturianas, el tiempo comenzó a dar un poco de tregua al Reto Pelayo Vida. El viento ha amainado y ha permitido que la tripulación haya podido relajar el ritmo a bordo. Alrededor de las 9 de la mañana, 12 horas después del inicio de la tormenta, ha vuelto a entrar en vigor el sistema de guardias para las cinco participantes del Reto.

"Ha sido una noche muy difícil" asegura Lorena Madrid, "esperemos que el tiempo nos dé una tregua al menos hasta Finisterre". Por ahora el parte meteorológico es que la mala mar continuará siendo el paisaje general de esta edición del Reto. "La verdad es que daba miedo oír el crujido del barco cuando estás metida en el catre. Da miedo oír cómo suena e incluso cómo se retuerce sobre las olas, se levanta, pasan unos Segundos interminables y su quilla clava sobre la ola" nos cuenta la turolense Nuria Gómez Masia.

Está previsto divisar esta tarde o mañana la punta del cabo Finisterre, nos dice la Medallista olímpica Ángela Pumariega. Dejamos atrás las aguas del Cantábrico y entramos en el Atlántico con la esperanza de que el tiempo sea propicio con el Reto Pelayo Vida y se alíe con estas estas cinco supervivientes de cáncer.