Quirónsalud

Saltar al contenido

Blog del Sº de Cirugía Oral y Maxilofacial & Unidad de Odontología y Periodoncia Hospitalaria. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo

  • Dolor facial, mandibular, craneal, cervical... Una epidemia actual

    Dr. Antonio López Davis

    Sin duda lo es: una de la epidemias de los últimos años. De hecho, esta "epidemia" ha llegado para quedarse, y afecta a muchos de los que vivimos en los grandes núcleos de población del mundo occidental-izado. Es decir, es de carácter pandémico, y endémico.Dolor maxilofacialDolor maxilofacial
    Este transtorno (no lo llamemos enfermedad, bastante dramático ha comenzado este artículo), consiste en una latosa molestia que afecta al territorio de la cara, cráneo o región cervical alta, y casi siempre, una combinación de ellas. Es decir, lo que los especialistas llamamos territorio del nervio trigémino y troncos nerviosos cervicales C1 y C2. Este malestar se comporta de manera más o menos episódica, más o menos intensa, más o menos frecuente. En ocasiones aparece por culpa de algún tipo de contractura muscular, en otras en forma de alteración en el movimiento de la mandíbula (articulación llamada ATM, en inglés TMJ). Pero lo que el paciente nota es esa cansina molestia, que no se va fácilmente con los analgésicos normales, y que siendo cierto que es llevadero de manera puntual, es absolutamente desesperante cuando al dichoso dolor le cuesta desaparecer. Y como digo, estos cuadros afectan a muchos de los que vivimos en este ajetreado estilo de vida que nos estamos fabricando (se estima que está presente en más de la mitad de la población, pero sabemos que en rangos de edad medias, es bastante más prevalente que eso).
    Curioso es, como en otras áreas de la medicina, y de la sociedad en general, lo difícil que resulta ponerse de acuerdo para esclarecer qué nos ocurre, desde el punto de vista médico y científico. Clásicamente, estos dolores nos han hecho consultar con un dentista (si el dolor aparece en la zona mandibular), con un medico de cabecera o neurólogo (cefalea) o con un traumatólogo (cervicalgia), y finalmente, con el profesional de referencia, el cirujano maxilofacial. Diferentes explicaciones y tratamientos se han propuesto durante años con discreto resultado: bruxismo, apiñamientos, estrés, rectificación cervical, hernias cervicales, férulas de descarga, todas las permutaciones posibles (e imposibes) de analgésicos, … Sin embargo, cuando los investigadores hemos intentado preguntarnos y respondernos con rigurosa honestidad científica, no hemos concluido con claridad que el bruxismo sea una enfermedad en sí misma, o las hernias, o el estrés, etcétera. ¡Entre otras razones, porque existe un número muy elevado de personas catalogables como enfermos y que carecen de síntoma alguno! (que aprietan los dientes, no los tienen en perfecta posición, tienen hernias, etc).
    Siendo cierto que aún nos encontramos en el albor de lo que supondrá el conocimiento de esta patología tan prevalente, también lo es que empezamos comprender ciertos aspectos, a despejar algunas incógnitas: nuestros pacientes precisan un manejo por diferentes especialistas a la vez, pues la explicación a sus molestias es invariablemente multifactorial (no existe causa única, no hay duda). Existen teorías que desvían nuestra atención hacia otras posibles causas: la calidad del descanso, el efecto hiperestimulante del ritmo de vida, al tipo de dieta, ausencia de ejercicio físico, leves alteraciones del ritmo hormonal e intolerancias alimentarias asintomáticas, entre otros. Si miramos nuestras estadísiticas, y antes de esto, si atendemos con cuidado a nuestros pacientes nos cuentan, los mejores resultados los obtenemos cuando evaluamos en profundidad cada caso de forma individualizada, y lo hacemos entre diferentes especialistas: el cirujano maxilofacial, el fisioterapeuta, el odontólogo, el neurólogo, y otros. Esto es ya parte de un futuro que intentamos acercar al paciente hoy, mediante unidades interdisciplinares.

  • Reacciones de los médicos ante un síntoma inexplicable

    Dr. Javier Arias Gallo

    Hace poco cayó en mis manos un artículo periodístico con las recomendaciones para pacientes con síntomas a los que sus médicos no habían podido encontrar remedio.Respuestas médicas a síntomas de problemas de bocaRespuestas médicas a síntomas de problemas de boca

    Era un artículo fantástico, muy equilibrado, dirigido realmente a ayudar a los pacientes a encontrar la mejor solución para sus problemas, sin para ello atosigar a su médico ( muchas veces por el mecanismo de cambiar de médico). Me encantaría escribir un artículo con recomendaciones para los médicos que se enfrentan a esa situación. No me atrevo a dar recomendaciones. Solo una pincelada, incompleta y sesgada seguro, de cosas que he visto. Algunas de ellas las he practicado.

    Según voy escribiendo, me doy cuenta que remediar los síntomas no suele ser lo que más desasosiega al médico. Para los síntomas tenemos analgésicos menores, antiinflamatorios no esteroideos, mórficos, neurolépticos, sedantes centrales, antidepresivos, antiepilépticos, ansiolíticos, y dentro de cada unos de estas familias de faámacos la variedad es infinita. El vademecum se rinde a nuestros pies. Los síntomas no son el problema, al menos a corto plazo. El problema real viene cuando no somos capaces de encontrar un diagnostico. Al drama de no resolver el problema del paciente desde el origen se añade para el medico el desasosiego de haber fallado profesionalmente. De haber fallado como " técnico de diagnostico y tratamiento". Espero que esta denominación se entienda en su contexto. No querría que se enfadara ningún descendiente directo de Asclepio o sobrino carnal de Hipócrates. No ser capaz de encajar la sintomatología del paciente en un cuadro lógico, en el que aparezca una causa que esté provocando unas consecuencias nocivas para el paciente es muy inquietante para el medico. Y además dificulta enormemente la curación. Es, en resumen, el equivalente en la edad adulta del examen que uno dejaba en blanco en el instituto. A lo largo de mi vida profesional he visto, tanto en mi mismo como en mis compañeros, varias reacciones ante el pánico de la hoja en blanco.

    1. La negación. Esto que me cuenta el paciente no es real. Se lo está inventando. El mecanismo menos imaginativo y el más patético. Hay una vuelta de tuerca: se lo está inventando "para fastidiarme". Juro que lo he visto.

    2. La bendita estadística. Consiste en explicar los síntomas del paciente como aproximación estadística: si llevo vistas 7 cefaleas tensionales, el siguiente paciente tendrá la octava (aunque los síntomas no encajen ni contratando a los acomodadores del metro de Tokio un día de diario).

    3. La salida "House". El paciente padece la última enfermedad rara leída en la revista especializada (¡o vista en la serie de televisión!) Es un recurso valiente y que requiere de una considerable erudición. Los cirujanos maxilofaciales vemos con cierta frecuencia diagnósticos realmente alambicados en lo que resulta ser finalmente un dolor de muelas.

    4. La enfermedad mental. La depresión y sus primos, la neurosis y la hipocondría. Ante esto, no está de más recordar la indefectibilidad de la muerte. Hasta el neurótico más neurótico finalmente fallece, como los que son "sanos mentales", de alguna enfermedad orgánica, física (exceptuando accidentes, claro). Ojito con eso.

    5. Vuelva usted mañana. Esta opción, tan española y decimonónica, sin embargo, resulta ser especialmente eficaz. Personalmente la encuentro muy recomendable. Una vez descartados los diagnósticos más tenebrosos (y en general, más sencillos) se le puede decir al paciente que vuelva cuando sus síntomas no sean tan atropellados. Da al médico la perspectiva que tiene el pintor cuando se aleja un poco del cuadro que está pintando.

    6. Invitación al "Tour de la imagen médica", que tengo la impresión que desde hace tiempo ha desbancado al clásico Giro del laboratorio de análisis clínicos. Con lo bonitas que salen las imágenes en 3D, con colorines incluidos, ¿quién quiere un asterisco en un aburrido listado de iniciales, no por menos conocidas (ALT, GPT) menos oscuras?

    7. Será un corte de digestión. Yo, que hice medicina sólo para aprender el mecanismo del corte de digestión, ese proceso fisiopatológico que provocaba indefectiblemente la muerte (en segundos) si uno entraba al agua de la piscina sin esperar las dos horas de rigor desde la comida (tres en caso de paella y cocido); yo, digo, me hice los 6 años de carrera, el MIR y la residencia sin que nadie me diera paradero de su etiopatogenia (bueeeno, algo parecido si hay, pero menos florido).

    8. Oiga usted… no sé lo que tiene. No veo que tenga ningún tumor ni ningún otro tipo de enfermedad mortal a corto plazo, pero se va a quedar usted, al menos por el momento, en la categoría de tareas pendientes.

    9. Es algo del riego. Una vez descartada la posibilidad de que el cerebro funcione con riego por goteo, y comprobada la necesidad de sangre abundante en cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo, la falta de riego resulta un argumento inapelable.

    El abanico de respuestas es enorme. Personalmente utilizo con cierta frecuencia la 5 y la 8. Como complemento, y ya que tengo dos ojos, pongo uno en los libros y revistas médicas (siempre hay que estar aprendiendo), y el otro en el paciente. Literalmente. Nunca conseguí ser el extraordinario y famoso médico del que me habló una vez un paciente en estos términos: "Doctor, mire usted si es bueno el Dr. XXX que me recibió, entrevistó, diagnosticó y recetó sin ni siquiera mirarme a la cara". Eso lo han oído estas orejas que los gusanos se comerán algún día. Pero nunca confesaré el nombre del médico. Ni bajo tortura.

    Hasta la próxima entrada en el blog.

Buscador de El espejo del alma
Sobre este blog

Las enfermedades de la cara y al cuello son extraordinariamente importantes por afectar a zonas del cuerpo críticas en el día a día de todo ser humano. Comer, masticar, respirar sin dificultad, dormir y descansar, e incluso sonreír son actividades que damos por supuestas pero que pueden verse afectadas gravemente tras traumatismos, tumores, infecciones o por enfermedades congénitas. El cirujano maxilofacial es el especialista central en estas enfermedades. Tanto el punto de vista médico, como el quirúrgico, como la repercusión social y personal de la patología de la cabeza y cuello son importantes para atender y cuidar apropiadamente a nuestros pacientes. Sin olvidar, claro está, a los odontoestomatólogos, periodoncistas, ortodoncistas y odontopediatras con los que trabajamos en estas tareas. En este blog describimos situaciones clínicas, informamos sobre tratamientos, y reflexionamos sobre lo que significa ser médico y cirujano maxilofacial en estos tiempos de cambio y avance continuo. Todo el equipo del Servicio de Cirugía Maxilofacial estaremos encantados de atenderte.

Archivo del blog

La finalidad de este blog es proporcionar información de salud que, en ningún caso sustituye la consulta con su médico. Este blog está sujeto a moderación, de manera que se excluyen de él los comentarios ofensivos, publicitarios, o que no se consideren oportunos en relación con el tema que trata cada uno de los artículos.

Quirónsalud no se hace responsable de los contenidos, opiniones e imágenes que aparezcan en los "blogs". En cualquier caso, si Quirónsalud es informado de que existe cualquier contenido inapropiado o ilícito, procederá a su eliminación de forma inmediata.

Los textos, artículos y contenidos de este BLOG están sujetos y protegidos por derechos de propiedad intelectual e industrial, disponiendo Quirónsalud de los permisos necesarios para la utilización de las imágenes, fotografías, textos, diseños, animaciones y demás contenido o elementos del blog. El acceso y utilización de este Blog no confiere al Visitante ningún tipo de licencia o derecho de uso o explotación alguno, por lo que el uso, reproducción, distribución, comunicación pública, transformación o cualquier otra actividad similar o análoga, queda totalmente prohibida salvo que medie expresa autorización por escrito de Quirónsalud.

Quirónsalud se reserva la facultad de retirar o suspender temporal o definitivamente, en cualquier momento y sin necesidad de aviso previo, el acceso al Blog y/o a los contenidos del mismo a aquellos Visitantes, internautas o usuarios de internet que incumplan lo establecido en el presente Aviso, todo ello sin perjuicio del ejercicio de las acciones contra los mismos que procedan conforme a la Ley y al Derecho.