Seamos previsores e informémonos, con naturalidad, sobre las enfermedades que más afectan a nuestra sociedad. Así podremos entender más y dar soporte a todas aquellas personas que las combaten y podremos también alcanzar un estilo de vida que ayude a que nuestro cuerpo las evite. Conozcamos hoy el cáncer de colon, uno de los cánceres más extendidos a nivel global y uno de los más fáciles de diagnosticar.

Es una enfermedad que sobreviene cuando aparece un tumor maligno que se ha desarrollado en negativo procedente de un pólipo existente y la mucosa del colon que contiene. Es habitual que las células malignas se encuentren en la porción más larga del intestino grueso, situada en el centro de este órgano.

Tal y como vemos, estamos hablando de una parte de nuestro sistema digestivo que acumula ya partes de excrementos antes de que el cuerpo los expulse. Por eso, es un lugar muy factible para la aparición del cáncer.

¿Cómo podemos evitarlo? Pese a los factores de riesgo y que puede existir una cierta predisposición genética, tenemos que hacer que esas sustancias sobrantes no estén más tiempo del debido en nuestro organismo. Lo conseguiremos siguiendo una dieta equilibrada que no provoque estreñimiento y facilite el tránsito intestinal.

En concreto, debemos estar atentos a no consumir demasiada carne roja, procesada o muy cocinada, y a tener una alimentación rica en fibra, fruta, vegetales y lácteos, y baja en grasas. Asimismo, hay que realizar ejercicio físico, alejar el tabaco de nuestras vidas y controlar mucho el consumo de alcohol.

¿Qué síntomas pueden indicar que se está desarrollando un cáncer de colon? Algunos tienen que ver con las sensaciones y estímulos corporales, como la sensación permanente de que necesitas defecar pese a que ya has evacuado, el dolor abdominal, un cansancio notorio o la pérdida de peso sin explicación. Otros son más visibles, como un cambio en la regularidad en defecar, ya sea por diarrea o estreñimiento, la evacuación de excrementos más pequeños de lo habitual o la detección de sangre en el recto o en los propios excrementos fecales.

Por último, cabe destacar que las tasas de curación de este tipo de cáncer son bastante altas, sobre todo en los casos en los que se detecta pronto y en los casos en los que ha tenido un desarrollo lento. Sea como sea, si alguna vez detectamos algunos de los síntomas que hemos comentado, debemos acudir de inmediato al médico para que pueda descartarse su existencia o para empezar a combatirlo lo antes posible.