Como superar las fiestas de Navidad sin empacharse demasiado
La escudella amb carn d'olla de Navidad, los canelones de San Esteban, un asado para Nochevieja, el tortel de Reyes... Inmersos en quince días de encuentros con familiares y amigos, resulta difícil prescindir del buen comer, una buena copa de vino o los dulces, y acabamos cogiendo unos kilos de más, sufrimos digestiones muy pesadas y nos levantamos al día siguiente cansados de comer tanto.
Quien más, quien menos padece alguna de estas situaciones entre la noche de Navidad y Reyes. Sin embargo, hay formas de evitarlo y disfrutar de comidas igual de buenas y sabrosas, pero más ligeras y saludables.
El aperitivoCon el paso de los años, esta parte de la comida o la cena ha ido ganando protagonismo en la mesa, a menudo sin suprimir alguno de los platos principales. El aperitivo debe ser ligero; no olvidemos que es una pequeña degustación y no una comida.
Aunque sustituya al entrante, conviene que el aperitivo sea una degustación ligera que dé paso al plato principal, evitando sobre todo alimentos y bebidas muy energéticas. Puede ser un buen espacio para utilizar productos locales y de temporada, más económicos y sostenibles. Escoja alimentos y preparaciones que no aporten demasiada grasa.
El primero y el segundo
Si es de los que prefiere pasar al aperitivo, y optar por un primer plato y un segundo más tradicionales, intente que los platos se complementen: combine primeros platos más ligeros con segundos más consistentes o al revés. Por ejemplo, se pueden combinar algunas de estas opciones, como un carpaccio de langostinos con trocitos de frutos secos y vinagreta de cítricos para abrir boca seguido de un pollo asado relleno de fruta, o una crema de calabaza con virutas de parmesano y los tradicionales canelones de carn d'olla de segundo. ¡Hay tantísimas opciones!
Si opta por el caldo de Navidad recuerde que, si se hace antes y se deja enfriar, se puede desgrasar fácilmente retirando la capa superior que se ha solidificado. Eso lo convierte en un caldo igual de gustoso pero más digerible y menos calórico.
El postre y los dulces
Llegados aquí, la fruta es una opción refrescante y ligera para el postre. Una brocheta de fruta del tiempo, un milhojas de fruta de invierno o unos dados de naranja con nueces, pasas y miel son algunas opciones fantásticas para dar paso a los turrones y los polvorones.
Cortar los dulces en porciones muy pequeñas para que los invitados puedan degustar de diferentes tipos en pequeñas cantidades y no dejarlos presentes durante toda la sobremesa para evitar la tentación nos ayudará a no empacharnos en la recta final de la comida.
La bebida
Evitar el exceso de bebidas con gas y, sobre todo, de bebidas alcohólicas. Normalmente se toleran bien entre una y dos copas de vino o cava durante las comidas, si se está acostumbrado.
También podemos acabar la comida o la cena con infusiones de hierbas digestivas en lugar de infusiones estimulantes como el café o el te.