Entre los principales factores de riesgo para sufrir un episodio cardiovascular se encuentran el tabaco, el colesterol elevado, la diabetes y la hipertensión. Además, existen otros elementos que incrementan el riesgo de un evento cardiaco, como son la obesidad, la existencia de grasa abdominal, el sedentarismo, la alimentación desequilibrada o rica en sal y el estrés. Sin embargo, existen muchas pequeñas acciones sencillas que día a día nos pueden ayudar a reducir nuestro riesgo cardiovascular. Aquí le avanzamos algunas recomendaciones que usted puede incorporar a su rutina y que le ayudarán a controlar estos factores de riesgo:


Coma bien

Elija sus comidas de manera saludable. Reduzca el consumo de sal, de grasas animales (derivados del cerdo principalmente: embutidos.) y bollería industrial. Incremente el consumo de frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva.

Sea activo

Busque deportes adaptados a su edad y estado físico. Haga deporte en compañía, es el mejor modo de ser regular en la actividad física.

Elija una actividad asequible a su estado físico e incremente el tiempo poco a poco.

Diviértase y haga deporte. Ande al menos 30 minutos al día. Aproveche los trayectos de ida y vuelta al trabajo para andar. Aparque o baje del transporte público a una cierta distancia del trabajo. Aproveche el tiempo del almuerzo para dar un paseo alrededor de su lugar de trabajo.

No fume

El consumo de tabaco en la población española se sitúa en el 24,1 por ciento. La posibilidad de padecer una enfermedad de corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito. Si fuma, evite incrementar su consumo de cigarrillos durante los días festivos. Recuerde: cada cigarrillo de menos es importante.

Evite el estrés

Si es su caso, cambie su ritmo de vida y recuerde que su salud es lo más importante.

Suena el despertador: un café o un vaso de leche, suficiente para ir a trabajar. ¡Cuidado! El desayuno es la comida más importante del día.

Un fumador con estrés laboral consume como mínimo diez cigarrillos diarios. ¡Atención!
Está aumentando las posibilidades de sufrir eventos cardiovasculares. Utilice sus descansos para tomar alguna pieza de fruta, hablar con los compañeros o tomar aire.

Llega la hora del almuerzo. Un sándwich o ensalada y sigo trabajando. Recuerde que hay que hacer cinco comidas al día y aportar a su cuerpo todos los nutrientes necesarios para evitar riesgos innecesarios.

Vuelta a casa. Está tan cansado que no le apetece nada más. ¡Olvida que el ejercicio es fundamental en su día a día! Andar, pasear aliviará su estado de estrés.

Visite al médico

Su médico puede ayudarle a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Acuda al médico y hable con él sobre su estilo de vida.
Participe en las revisiones médicas de su empresa y controle regularmente sus niveles de presión arterial, peso y talla, colesterol y glucosa en sangre.

Cada uno de nosotros puede contribuir en alguna medida a conservar o mejorar su nivel de salud. Con tan solo seguir los consejos enumerados se pueden reducir considerablemente los principales factores de riesgo cardiovascular y oncológico.
Existen varios indicadores sencillos de medir que nos pueden orientar sobre nuestros riesgos de salud.

  • Peso: Mantenerse en un peso adecuado no sólo es beneficioso estéticamente. Se reduce la posibilidad de enfermedad cardiovascular, de desarrollar diabetes Tipo 2 y algunos tipos de cáncer. También reduce la posibilidad de algunos problemas traumatológicos al sufrir menos las articulaciones. Dado que el peso se relaciona con la talla, para conocer si existe sobrepeso se ha desarrollado el llamado Índice de masa corporal (IMC) que relaciona ambos datos.
  • Glucosa en sangre: este dato indica el nivel de azúcar en sangre. ¿Por qué es importante? Una glucosa en sangre elevada puede indicar la presencia de diabetes. Dado que el azúcar varía con la actividad física y con la ingesta de alimentos, para una valoración adecuada se debe hacer una glucosa en ayunas y reposo; no obstante, una determinación de glucosa en cualquier momento puede indicar diabetes si ésta es muy elevada. Pese a todo, cualquier determinación aislada se debe interpretar con cautela, pues es preciso confirmarla en un nuevo análisis más completo.
  • Presión arterial: es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias cuando circula por ella. Unas cifras altas aisladas no significan nada, sin embargo, una elevación permanente contribuye al desarrollo de arteriosclerosis y complicaciones cardiovasculares, tales como infarto de miocardio, angina de pecho, insuficiencia cardíaca, problemas renales y cerebrales. En general se puede hablar de hipertensión cuando la presión arterial se encuentra por encima de 140/90 mmHg.