La liposucción es una técnica quirúrgica encaminada a eliminar cúmulos localizados de grasa que no se pueden eliminar con la dieta. La liposucción no es un tratamiento de la obesidad ni tampoco está indicada como técnica única si, además de existir esos cúmulos de grasa, la piel que los cubre es excesivamente laxa. Es la calidad de la piel la que va a determinar tanto el volumen de grasa que vamos a extraer como el resultado que podemos esperar después de realizar una liposucción.

La liposucción en la mujer es eficaz para eliminar la acumulación de grasa conocida como cartucheras. Antes de la intervención realizamos un marcaje preoperatorio sobre la piel que nos permita tener una referencia de las zonas que vamos a liposucciones; este marcaje es similar a un mapa geodésico y es una maniobra básica para garantizar el éxito de la intervención quirúrgica, ya que en el momento que el paciente se tumba en la mesa quirúrgica las referencias anatómicas se pierden.

Una vez que el paciente se encuentra en quirófano el anestesiólogo procederá a canalizar una vía periférica e iniciará la maniobras necesarias para el tipo de anestesia que se va a utilizar (local+sedación, epidural o general).

A través de pequeñas incisiones de 3-4 mm introducimos una solución de suero salino con distintos medicamentos que nos permite obtener la grasa que deseamos sin que el paciente experimente dolor ni presente una pérdida de sangre significativa. Tras la introducción de la solución anestésica empezamos a aspirar la grasa con finas cánulas de un diámetro nunca superior a 4 mm. Estas cánulas se conectan a una bomba de succión que va a permitir la aspiración de una manera eficaz y segura. En todo momento controlamos el contorno que va resultando tras la aspiración grasa así como la cantidad de grasa obtenida de cada región para conseguir que el resultado sea lo más simétrico posible.

Cuando damos por finalizada la aspiración suturamos cada incisión con un punto fino (5/0) que procederemos a retirar a los 5-7 días.
En el mismo quirófano colocaremos a la paciente la prenda de presoterapia (faja) que va a contribuir a que la piel se adapte al nuevo contorno que hemos creado. Esta prenda de presoterapia debe llevarse habitualmente durante 4 semanas. Excepto en liposucciones poco voluminosas que las llevamos a cabo en régimen de Hospital de Día, en la mayoría de los casos la paciente permanece una noche ingresada en el Hospital.

Durante las primeras horas del postoperatorio la paciente presentará la salida de un líquido serohemático (similar al agua que aparece tras descongelar carne) a través de las pequeñas incisiones que se han realizado. Esto no sólo no es malo sino que contribuye a una menor inflamación en el postoperatorio inmediato. Al día siguiente se le da el alta y se le recomienda iniciar una actividad física tan intensa como se lo permita su estado general. No sólo no recomendamos realizar reposo sino que sugerimos dar paseos tan largos como pueda. Está demostrado que la recuperación será más rápida y la inflamación menor cuanto antes se inicie una mínima actividad física.
Durante los primeros días del postoperatorio experimentará unas molestias que la mayoría de las pacientes las refieren como unas agujetas intensas o la sensación que se tienen cuando, tras darse un golpe fuerte, le sale un moretón. De cualquier manera son molestias tolerables con los analgésicos habituales. Al día siguiente iniciaremos los masajes de drenaje linfático que, si en otras intervenciones nos parecen muy importantes, en las liposucciones resultan de capital importancia.