Cada vez más, nos encontramos con situaciones en las que recurrimos a alimentos, no siempre de lo más recomendables y no te has preguntado muchas veces, ¿de verdad, tengo hambre?

Realmente tengo hambreRealmente tengo hambre

Hay que diferenciar entre el hambre, la necesidad fisiológica, real de nutrientes y la sensación de confort o de control de las emociones, que está regulado por los centros de recompensa.

Para todas estas sensaciones podemos recurrir a ayudas como repartir las comidas a lo largo del día, hidratarnos bien, variar los alimentos y utilizar hidratos de carbono complejos, para que el organismo pueda hacer los procesos necesarios en la digestión para conseguir los distintos nutrientes.

Por ello es importante elegir alimentos que no solo nos aporten una sensación de saciedad, sino que también nos den la seguridad del poder saciante y nos permitan que estemos tranquilos hasta la siguiente comida.

En la consulta de nutrición, podemos diseñar tu alimentación para que consigamos los objetivos saludables y tengas todos los nutrientes que necesitas.