Los adictos a las compras experimentan un placer al comprar equiparable al que produce la ingesta de chocolate o el sexo

Los adictos a las compras experimentan un placer al comprar equiparable al que produce la ingesta de chocolate o el sexo

ILDEFONSO MUÑOZILDEFONSO MUÑOZ
21 de enero de 2016

Comprar es un acto habitual y diario en el ser humano, pero en algunas ocasiones, cuando se realiza sin control o de manera excesiva o compulsiva y sin necesidad, se puede convertir en un problema.

Según un estudio del Hospital de Bellvitge (Barcelona), un 7% de la población española puede padecer este trastorno, y de ese porcentaje, 8 de cada 10 son mujeres.

ILDEFONSO MUÑOZILDEFONSO MUÑOZSegún explica Ildefonso Muñoz, psicólogo de Quirónsalud Campo de Gibraltar, "el problema puede tener dos vertientes: por un lado la persona que experimenta un gran placer mientras compra y su cerebro libera una descarga de dopamina y endorfinas -las mismas sustancias que libera el cerebro cuando comemos chocolate o mantenemos relaciones sexuales, por ejemplo-; y por otro lado la persona que experimenta un malestar psicológico (e incluso físico) por no comprar y que únicamente puede evitar con la compra, es decir, el placer de comprar desaparece, algo que se puede diagnosticar como una adicción formal conocida como oniomanía".

"A la conducta compulsiva se llega a través del primer grupo de personas descritas", continúa Muñoz, "es decir, buscando la sensación de placer en las compras para compensar sensaciones desagradables de la vida diaria, como aquel que acude a la nevera y se da un atracón de comida".

En algunas ocasiones, la oniomanía suele ir asociada a otros trastornos psicológicos, como ansiedad, depresión, trastorno bipolar o trastornos de personalidad, aunque esta relación no se da siempre, ya que hay personas que sin ningún trastorno psicológico pueden presentar este problema.

Síntomas para identificar la oniomanía

•Cuando nos sentimos tristes, deprimidos o enojados, lo único que nos calma es ir de compras.

•Compramos con frecuencia cosas poco útiles, que después nos arrepentimos de haber adquirido.

•Tenemos la casa llena de artículos que no hemos usado y que nos resultan inservibles.

•Nos precipitamos a la hora de comprar porque no podemos controlar nuestros impulsos.

•Del entorno familiar y de amigos nos llegan mensajes críticos con nuestra desmedida afición a comprar.

•Aun a pesar de haber comprado muchas cosas o haber realizado un gran gasto, nos sentimos insatisfechos cuando reflexionamos en casa sobre los objetos adquiridos.

•Vemos que se nos va el dinero sin darnos cuenta y a menudo estamos irritados por haber gastado el dinero tontamente.

•Cuando vemos algo que nos gusta, no paramos hasta comprarlo.

•Adquirimos productos "milagro" que intuimos o sabemos inútiles.

•Cuando recibimos el extracto de la tarjeta de crédito, nos sorprende sobremanera la cantidad e importe de las compras que hemos hecho.

•Nuestro tiempo libre lo dedicamos preferentemente a visitar los centros comerciales o ir de escaparate en escaparate.

El especialista asevera que "debido a las nuevas técnicas de marketing que utilizan los centros comerciales, cada vez es más fácil caer en este problema, ya que determinados sonidos (música ambiente con bastante ritmo), luces, distribución de la tienda e incluso olores están estudiados minuciosamente para incitarnos a comprar, por lo que este problema está creciendo".

Recomendaciones para evitar compras excesivas

Si vemos que empezamos a identificar estas características en nuestro comportamiento a la hora de ir de compras, el psicólogo Ildefonso Muñoz nos recomienda algunos trucos que pueden resultar muy útiles:

•No utilizar tarjeta de crédito y llevar dinero en efectivo, así somos más conscientes del importe que gastamos.

•Hacer una lista con las compras que queremos y son imprescindibles.

•Pasar un tiempo limitado en la tienda. Está demostrado que, cuanto más tiempo pasamos en la tienda, más fácil es caer en compras innecesarias.

•Antes de hacer la fila de la caja, deténgase un minuto y analice todo lo que lleva en el carrito. Hágase la pregunta: "¿realmente necesito esto?".

•Busque un pasatiempo gratuito o barato para que comprar no sea el principal placer de su vida. Por ejemplo, camine o corra en el parque, vaya a museos, asista a conferencias o presentaciones de libros, lea, etc.

•Ir a comprar acompañados, ya que se suele ser menos impulsivo.

En caso de identificar que tiene un problema mayor y de dependencia con las compras, lo mejor es consultar con un psicólogo especialista y ponerse en sus manos para evaluar la gravedad del problema y tratarlo.

La Unidad de Psicología y Logopedia Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar cuenta con un equipo multidisciplinar de especialistas dedicados a las distintas parcelas de la piscología: adultos, adolescentes, niños, obesidad, trastornos del lenguaje, de atención o del desarrollo, entre otros.

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