Ginecología y Obstetricia

Especialistas en malformaciones uterinas de Alicante

Nuestros expertos en ginecología y obstetricia te cuentan todo lo que necesitas saber acerca de las malformaciones uterinas.

Malformaciones uterinas: ¿Qué son?

Las malformaciones uterinas (MU) o malformaciones Müllerianas ocurren cuando los conductos de Müller presentan un desarrollo anormal durante la etapa embrionaria.

Estos conductos son estructuras que dan lugar a la formación del útero, las trompas de Falopio y el cérvix.

¿Cuántos tipos de úteros hay?

Útero "normal". Posee las propiedades anatómicas que lo definen como tal.
Úteros dismórficos o útero en T. Su aspecto externo es normal, pero internamente es irregular. Las posibilidades de embarazo son bajas, y existe un riesgo alto de aborto espontáneo.
Úteros septos o septado. En el útero septo, el contorno uterino es normal, sin embargo, tiene un tabique dentro del útero que lo divide en dos.
Úteros bicornes o bicorporal. Úteros con dos cuerpos uterinos pero que comparten un mismo cérvix. Se ve alterada tanto su morfología interior como exterior.
Útero doble o didelfo. Aquel que tiene dos cuerpos uterinos y dos cérvix. Con vagina única o con doble vagina.
Úteros unicornes o hemiútero. Únicamente se desarrolla un lado o hemicavidad uterina.
Útero arcuato. Es muy frecuente, y aunque el contorno es normal se caracteriza por la presencia de un pequeño septo.
Hipoplasia Mülleriana o Agenesia Mülleriana. El útero no se llega a formar.

Hay casos donde puede producirse la combinación de varios tipos de malformaciones.

Descubre más acerca de las malformaciones uterinas en el siguiente vídeo.

¿Cómo saber qué tipo de útero tengo?

Para detectar malformaciones es necesario un estudio por imágenes Este enlace se abrirá en una ventana nueva , entre ellos:

Examen ginecológico.
Ecografía transvaginal.
Histerosonografía e Histerosalpingografía.
Laparoscopia e histeroscopia (HSC).
Resonancia nuclear magnética.
Combinación de varias pruebas.

Causas de las malformaciones uterinas

El origen de las alteraciones uterinas suele ser congénito, es decir, se tienen desde el nacimiento. En algunos casos también influyen los factores ambientales prenatales, como la exposición de la madre a radiación, así como las infecciones intrauterinas durante el embarazo.

Sin embargo, en algunos casos estas malformaciones pueden aparecer a causa de alguna enfermedad posterior.

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¿Cómo saber si un útero está sano?

La ecografía transvaginal 2D es una técnica común para la evaluación de las estructuras pélvicas, ya que permite visualizar la estructura y cavidad uterina.

Puede realizarse en 2 modalidades: pélvica por vía transvaginal y pélvica por vía transabdominal.

La precisión vía vaginal es mayor que via transabdominal por lo que se reserva en aquellos casos en que la mujer aún no ha iniciado relaciones sexuales o no acepten esta vía de estudio. En estos casos, también es válida la realización de la ecografía vía rectal.

Síntomas de las malformaciones uterinas

En muchos casos las malformaciones no presentan síntomas, pero en otros pueden presentar diversas manifestaciones, como:

Amenorreas (ausencia de menstruación).
Dismenorreas (dolor intenso durante la regla).
Complicaciones obstétricas.
Dolor en las relaciones sexuales.
Dolor pélvico crónico.
Pérdidas gestacionales recurrentes (aborto de repetición).
Parto prematuro.
Esterilidad.
Implantaciones anómalas placentarias.
Anomalías o malformaciones en los bebés.

Malformaciones uterinas y embarazo: ¿Pueden afectar las malformaciones a la fertilidad?

Dependiendo de la anomalía de la paciente, todas las malformaciones uterinas pueden afectar el embarazo en mayor o menor grado.

Algunas anomalías tienen asociado un aumento en las tasas de aborto, asimismo durante la gestación pueden ocasionar alteraciones en el desarrollo del bebé, como:

Retraso de crecimiento intrauterino.
Bajo peso al nacer.
Mala presentación. Estas situaciones pueden obligar a culminar con una cesárea.
Parto prematuro.

En cuanto a la esterilidad (incapacidad de conseguir embarazo), las tasas de concepción son similares en los úteros normales que en aquellos úteros con malformaciones.

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Pruebas para detectar las malformaciones uterinas

Para poder diagnosticar correctamente la presencia de una malformación uterina, se deben realizar ciertos estudios o exámenes, como:

Ecografía transvaginal 2D. Es la prueba más sencilla y se realiza en las consultas de ginecología con un ecógrafo de utrasonido. Sin embargo, no siempre es capaz de distinguir entre los distintos tipos de anomalías.
Ecografía 3D. Actualmente es la técnica de imagen más utilizada, ya que ofrece un diagnóstico muy preciso. Es una prueba no invasiva y es más rápida que la Resonancia Nuclear Magnética. Aun así, debe acompañarse siempre de una exploración ginecológica.
Resonancia Nuclear Magnética (RNM). Ha demostrado ser muy precisa en el diagnóstico de las malformaciones, aunque no tiene el mismo nivel de tolerancia por parte de los pacientes ya que requiere irradiación y contraste. La RNM está reservada para los casos más complejos.
Las técnicas quirúrgicas (histeroscopia/laparoscopia) también están reservados para casos complejos o que puedan beneficiarse de ellas para su tratamiento.
Estudios más invasivos, como la histerosonografía, no deben realizarse con finalidad diagnóstica, ya que esta debería ser posible con las técnicas antes mencionadas.

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Tratamientos para las malformaciones uterinas

El tratamiento se deberá individualizar en función de cada caso y en función de cada paciente. Cuando las malformaciones no causan problemas médicos ni reproductivos no requerirán ningún tipo de cirugía.

Sin embargo, cuando la malformación causa dolor o interfiere en la fertilidad se recomienda una intervención quirúrgica.

El útero septo es una de las malformaciones con peores tasas de fertilidad y abortos de repetición tiene, por lo que es necesaria la realización de una resección histereoscópica (metroplastia) para corregir la malformación.

Por otra parte, muchas mujeres con malformaciones uterinas recurren a las técnicas de Reproducción Asistida para mejorar su fertilidad y poder tener hijos.

La técnica más recurrida en estos casos es la Fecundación In Vitro (FIV).