SIBOSIBO

Badajoz, 08 de abril de 2024 - El SIBO, sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, es una de esas patologías que en los últimos meses está en boca de todo el mundo. No obstante, su popularización no quiere decir que se trate de una enfermedad nueva, ya que el SIBO es algo "que ha existido siempre". Así lo explica el doctor Luis Miguel Santos, especialista digestivo en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz, que también recalca que se trata de una enfermedad que en la mayoría de los casos "no reviste gravedad".


Como su propio nombre indica, el SIBO se refiere a una mayor concentración de bacterias y otros microorganismos en el intestino delgado. Unas bacterias que "habitualmente predominan en el intestino grueso, por lo que acaba generando una situación de desequilibrio en el organismo".


Para evitar la aparición de SIBO, el doctor Santos apunta que "la alimentación y los hábitos de vida juegan un papel fundamental". No obstante, existen otros factores externos que no dependen de los hábitos del paciente y no se pueden controlar, como alteraciones fisiopatológicas a nivel gastrointestinal o anomalías estructurales anatómicas que pueden favorecer la mayor concentración de estos microorganismos en el intestino delgado.


Diagnóstico

Entre los síntomas, los más comunes son distensión abdominal, estreñimiento, flatulencia e incluso acidez y digestiones lentas y pesadas. "En casos más severos, además de diarrea, vemos alteraciones analíticas como consecuencia de una mala absorción de nutrientes", matiza el especialista de Quirónsalud Clideba.


Para su diagnóstico también pueden aplicarse varios métodos, siendo el más frecuente el test de sobrecrecimiento bacteriano. Esta prueba no invasiva consiste en medir las concentraciones de hidrogeno y metano en aire exhalado tras la administración de una sustancia rica en glucosa. "Si detectamos unas concentraciones muy elevadas de estos dos elementos durante unos minutos concretos, podemos intuir que hay una concentración de bacterias mayor de lo esperado".


Tratamiento

Como en cualquier enfermedad, el tratamiento depende de la situación clínica del paciente. Para el especialista en aparato digestivo Luis Miguel Santos hay un tratamiento base que es la dieta, evitando alimentos fermentables, sobre todo aquellos ricos en azúcares e hidratos de carbono, o que cuenten con un alto valor calórico y glucídico. "Hay determinados alimentos como la harina, los refrescos u otros alimentos artificiales y procesados que habría que retirar de la dieta, ya que es como darle gasolina a la flora bacteriana, propiciándole un ambiente óptimo para que se reproduzca con total impunidad".


En otros casos, cada vez más habituales, se recomienda también el uso de antibióticos. "Estos antibióticos intervienen a nivel gastrointestinal, actuando de barrera bacteriostática para mantener a raya la flora bacteriana sin eliminarla del todo, ya que tenemos que convivir con ella", argumenta el doctor Santos.


Sin embargo, una de las opciones más extendidas entre la población es la toma de probióticos. Aunque realmente los probióticos no hacen de daño, es cierto que no dejan de tener un coste para nuestro organismo, por eso el médico de Clideba recomienda consultar con un especialista antes de empezar a tomarlos. En las cantidades adecuadas, pueden ayudar a promover un ambiente interno óptimo en el organismo, ya que interfirieren con las concentraciones de bacterias que no son tan beneficiosas para producir un equilibrio, el cual es como conocido como microbiota.


En este sentido, el doctor Santos aclara que "la famosa microbiota no es otra cosa que un equilibrio interno entre las distintas bacterias, microorganismos y miles de especies que tenemos en total armonía, las cuales son responsables, entre otras cosas, del funcionamiento y absorción de nutrientes". Es por eso por lo que en el momento que se produce un desequilibrio interno, puede dar lugar a la aparición de trastornos como el SIBO.


Si bien es cierto que no se trata de un trastorno grave, es recomendable acudir al especialista si persisten los síntomas, ya que serán estos quienes mejor puedan indicar al paciente qué pasos seguir para volver al estado de equilibrio bacteriano óptimo, explica el doctor Santos

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