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Badajoz, 13 de julio de 2023 - Con la llegada del verano y las vacaciones las personas incrementan su actividad al aire libre y también las horas de exposición al sol, que sumado al deseo de ponerse moreno puede suponer un problema a la hora del cuidado y protección de nuestra piel.

El médico especialista en dermatología del Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz, Basilio Narváez Moreno, nos recordaba que no debemos huir del sol porque "es natural y lo necesitamos para la síntesis de la vitamina D", pero también insistía en la necesidad de que se tome "de una forma razonable, sin abusar".

Aunque el cuidado frente al sol debe realizarse durante todo el año, en el periodo estival hay que tener más precaución, por lo que se han destacado tres puntos básicos a la hora de tomar el sol como es que se haga con protección, con una exposición que sea escalonada y evitando las horas centrales del día.

En esta línea, el Dr. Narváez ha puesto el acento en la importancia de que esa protección se haga de forma general con un factor elevado y adecuado a la edad, tipo de piel o zona del cuerpo, con especial atención en las zonas sensibles, como puede ser la cara. También recuerda que los protectores solares deben aplicarse antes de exponerse al sol y se debe renovar cada dos horas.

Además, no debe sobrepasarse la exposición solar, sobre todo las primeras ocasiones, y hay que evitar las horas centrales por lo que lo conveniente es aprovechar a primera o última hora de la jornada, que es menos intensa la radiación solar.

Alertaba del peligro de querer ponernos morenos muy rápidamente, porque lo que se consigue es que se generen quemaduras, que repetidas a lo largo de los años pueden aumentar exponencialmente el riesgo de cáncer cutáneo.

En el caso de que se queme la piel por falta de protección o exposición prolongada lo primero que debemos hacer es quitarnos del sol para evitar que los rayos sigan castigando nuestra piel. Asimismo, se recomienda utilizar lociones calmantes y, si puede ser, sin perfume, puesto que éste puede irritar la piel. El uso de paños frescos o húmedos para relajar la parte quemada es otro de los consejos. En el caso de que las quemaduras hayan provocado ampollas, fiebres o malestar general, es importante acudir al centro de salud para que nos realicen una evaluación.


Cambios en nuestros lunares y cuándo visitar al médico
El Dr. Narváez también ha señalado la importancia de estar atentos a posibles cambios en nuestra piel, como puede ser el crecimiento o cambio de color de los lunares, o situaciones como que nos quemamos con mucha facilidad con el sol, cuando antes no ocurría. En casos como estos es conveniente pasar por consulta médica.

La regla del ABCDE
El experto de Quirónsalud Clideba recordaba "la regla del ABCDE" para una detección de cualquier problema, como pueden ser los melanomas, en los que la precocidad es fundamental para un mejor pronóstico.

El primer signo de alerta son las asimetrías (A) en los lunares, algo que nos debe hacer sospechar. Lo mismo ocurre con los "bordes irregulares" (B) o si los lunares presentan colores distintos (C). También es un símbolo de alerta que el diámetro (D) sea mayor a medio centímetro y vaya creciendo. Por último, si el lunar sufre cambios o va evolucionando (E).

Si tenemos un lunar de toda la vida que sufre esos cambios de forma brusca, o aparecen nuevos que no teníamos, nos pican mucho o empiezan a sangrar, entonces debemos preocuparnos y acudir a un especialista. No obstante, matizaba el facultativo, no todas las lesiones serán malignas y los cambios en la piel también pueden atender a lesiones benignas que no van a tener importancia, pero sí que hay que estar atentos para detectar aquellos que pueden ser peligrosos puesto que la rapidez en el diagnóstico es fundamental.

Trabajos al aire libre
Por último se ha indicado que las personas que trabajan al aire libre – el campo o la construcción, entre otros- deben tener una precaución especial por la exposición prolongada y porque el daño acumulado genera una memoria e impacto sobre la piel que se hace patente en la quinta o sexta década de vida. En esos momentos y si no se ha realizado una buena protección puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel.

En definitiva, el facultativo ha insistido en la importancia de tomar el sol en verano con protección y de forma escalonada, evitando las horas centrales del día, como también ha destacado la necesidad de hacer un seguimiento de la evolución de los lunares de nuestra piel, cuyos cambios pueden ser síntoma de algún tipo de problema que hace necesario acudir a consultar a un especialista.


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