Quirónsalud
Blog de los Servicios de Oncología de los Hospitales Quironsalud de Murcia, Torrevieja y Valencia
La entrada del año nuevo arranca con nuestra lista de propósitos, una lista llena de intenciones para este nuevo año. Uno de los propósitos más comunes es el de dejar de fumar, no por capricho, sino porque somos conscientes de que este cambio supondrá una mejora en nuestra salud.
Somos conscientes de que una de las principales causas del cáncer de pulmón es el tabaquismo.
La gran mayoría de los cánceres de pulmón en España todavía se dan en hombres, de manera que de cada 4 cánceres de pulmón diagnosticados en nuestro país 3 se dan en hombres y 1 en mujeres.
En los últimos años se aprecia una clara tendencia a la disminución del cáncer de pulmón en hombres. Por el contrario, un claro aumento de la incidencia de este mismo tumor entre las mujeres, todo ello debido al mayor abandono del hábito de fumar entre los hombres y a la incorporación al tabaquismo de las mujeres.
En las etapas iniciales la enfermedad es silenciosa. No produce ningún síntoma.
Para los profesionales de Quironsalud no es extraño diagnosticar un tumor pulmonar en una persona que se hace una radiografía por cualquier otra causa.
Cuando la enfermedad está más avanzada puede producir síntomas pero, en general, no existen síntomas específicos del cáncer de pulmón.
Los síntomas respiratorios como tos, sensación de falta de aire, esputos manchados de sangre o molestias por el pecho, que pueden confundirse con cualquier otra enfermedad respiratoria sí pueden ser síntomas de este tipo de cáncer.
La prueba más sencilla, más accesible y la primera que se debe realizar ante cualquier persona con síntomas respiratorios es la anamnesis y exploración clínica. Estas dos son insustituibles y de gran utilidad para detectar el tumor.
Una vez el médico ha valorado al enfermo decidirá el siguiente paso que será el estudio radiológico. Una radiografía de tórax puede proporcionar información muy valiosa.
La utilización de la tomografía computerizada (TC) está muy extendida pero, en general no debe realizarse sin una radiografia previa.
Una vez comprobada que existe una lesión pulmonar sospechosa es obligatoria la biopsia. Si el resultado de la biopsia informa de la existencia de un tumor, deberá completarse el estudio de extensión, habitualmente con PET/TC, para conocer exactamente la extensión de la enfermedad y en base a ello planificar el tratamiento más adecuado.
El tabaco es el principal causante del cáncer de pulmón, sin ninguna duda.
El 90% de los nuevos diagnósticos de cáncer de pulmón se dan en fumadores.
Al margen del tabaco, la contaminación ambiental es otro factor que, aunque con mucha menor incidencia, también debe ser tenido en cuenta.
Las alteraciones moleculares y factores de origen genético también pueden ser factores de riesgo, con mucho menor peso, de padecer cáncer de pulmón.
La supervivencia del cáncer, en general, y del cáncer de pulmón, en particular, está íntimamente relacionada con lo avanzada que está la enfermedad en el momento del diagnóstico.
Los tumores pequeños y localizados son curables la mayoría de ellos, mientras que los avanzados y con metástasis son prácticamente incurables.
Gracias a los avances en el conocimiento del cáncer de pulmón y en los tratamientos para combatirlo la esperanza de vida, para muchos de los enfermos con este tumor, ha cambiado considerablemente en la última década.
La mejoría de la cirugía torácica, formas más modernas y más eficaces de irradiación, incorporación de nuevas técnicas de diagnóstico molecular, estudio de mutaciones y el gran avance de la oncología médica en los últimos años con incorporación de dianas terapéuticas y la llegada de lainmunoterapia es lo que han posibilitado este cambio sustancial.
Pese a todos los avances no podemos olvidar que el cáncer de pulmón sigue siendo el cáncer más mortal entre los hombres y el 2º en mortalidad entre las mujeres.
En la planificación del tratamiento del cáncer de pulmón interviene un equipo multidisciplinar.
Esta se basa en 3 pilares fundamentales:
- La cirugía torácica, encargada de la extirpación del tumor.
- La radioterapia, que se ocupa de la irradiación.
- La oncología médica, responsable de los tratamientos sistémicos.
Utilizar una, otra o una combinación de ellas depende de la decisión que se consensua en el comité de tumores. Este está formado por los responsables del diagnóstico y del tratamiento (cirujanos, radioterapeutas, oncólogos, radiólogos, patólogos, médicos nucleares y biólogos moleculares).
La medicina de precisión es una técnica en pleno desarrollo que tiene como objetivo facilitar el conocimiento de tumores con mejor perfil de respuesta a determinados medicamentos basándose en la identificación de análisis genéticos, mediante la utilización de paneles de genes. Es lo que vendrá para incorporarse como nueva opción de tratamiento de manera inmediata.
La principal arma para la prevención del cáncer de pulmón es dejar de fumar.
Solamente con esto se podrían evitar un número muy importante de cánceres de pulmón.
Otros factores que favorecer la prevención son disminuir la contaminación ambiental y mantener hábitos de vida saludable, como son la dieta sana, evitar la obesidad, el sedentarismo, etc.
Texto elaborado por los servicios de oncología de Quirónsalud Valencia y Torrevieja
Las emociones no producen cáncer. Aunque hay muchos mitos al respecto, no se ha podido demostrar que ninguna emoción, aunque esté mal gestionada produzca cáncer. Sin embargo, sí sabemos que el estrés crónico que puede producir una mala gestión de las emociones durante muchos años puede provocar alteraciones en el sistema inmunológico.
Cuando nuestro sistema inmunológico está alterado la probabilidad de tener cualquier enfermedad incluida el cáncer aumenta.
El diagnóstico de cáncer altera la vida de cualquier persona. La mayoría de nosotros tenemos planificada nuestra vida con rutinas, trabajo, costumbres etc. Y el cáncer lo cambia todo ya que, la vida como la teníamos planificada da un giro radical.
Esta alteración radical, y en la mayoría de las ocasiones repentina, produce lógicamente alteraciones psicológicas. Estas alteraciones conllevan dificultades de adaptación.
Sin embargo, la mayoría de las personas tiene los recursos suficientes para afrontar esos cambios, aunque van a requerir de tiempo y de un gran esfuerzo psicológico y emocional.
Sabemos que cada persona tiene un estilo diferente para afrontar las cosas y situaciones que se presentan en su vida.
Cada persona va a llevarlo a su manera, aunque sí es cierto que es muy habitual que en el momento del diagnóstico a la mayoría de las personas les caiga como un jarro de agua fría.
Cuando se recibe una noticia de este tipo, el paciente entra en un momento similar a un shock emocional en mayor o menor medida en el que nuestros mecanismos de defensa necesarios para afrontar las malas noticias van a a salir a relucir.
El tiempo y ciertas tareas emocionales van a hacer que la persona que ha recibido el diagnóstico poco a poco vaya asimilando lo que está ocurriendo.
También es muy habitual que en la etapa de los tratamientos con quimioterapia y radioterapia el cuerpo se debilite y la mente también por la estrecha relación cuerpo-mente.
Por ello, puede ser que la persona con cáncer sienta momentos de falta de fuerzas a nivel general y conforme a nivel físico se vayan recuperando las fuerzas físicas, la mente y el estado de ánimo también empezaran a mejorar.
Cada vez la composición y las dosis de quimio son más personalizadas generando menos efectos secundarios, sin embargo, cuando el tratamiento genera debilidad física, o malestar general limitante es evidente que también va a afectar al estado de ánimo.
La metáfora que utilizamos es la de un ancla, que sería el cuerpo, enganchada a un corcho, que sería la mente o el estado de ánimo, si el ancla pesa mucho y tira hacia abajo por mucho que el corcho tenga capacidad de flotar se va a hundir, pero en cuanto el ancla va pesando menos, la mente (el corcho) vuelve a salir a flote.
En mi opinión el estado de ánimo no influye directamente en el cáncer, pero sí influye en el sistema inmunológico. Si nuestro estado de ánimo está bien, optimista y con fuerza, nuestro sistema inmunológico está también más fuerte. Y tener el sistema inmunológico fuerte es la mejor manera de influir positivamente ante cualquier enfermedad.
Texto elaborado por Nuria Javaloyes, psicooncóloga de la Unidad de Oncología Quirónsalud Torrevieja
Muchos enfermos diagnosticados de cáncer buscan información sobre temas de alimentación. La finalidad es evitar el temido deterioro físico producido por la enfermedad y los tratamientos administrados.
El cáncer afecta a la alimentación de diversas maneras. Puede provocar una sensación de saciedad permanente, dolor, cansancio, y la tristeza asociada también influyen en una insuficiente alimentación. Algunos tumores producen mal funcionamiento de sistemas digestivos por obstrucción, complicaciones como sangrados e infecciones que provocan un consumo y pérdida de calorías exageradas
El enfermo con cáncer debe cuidar su alimentación con más detalle que cualquier otra persona.
El paciente debe buscar una dieta sana y equilibrada en función de sus necesidades nutritivas y su tratamiento. Para ello el paciente puede consultar con su médico o con un nutricionista para llegar a conseguir una dieta suficiente, sana y equilibrada que contenga alimentos de todos los grupos alimentarios.
Lograr el equilibrio en cantidad y frecuencia adecuadas que ayudará a:
Deben seguirse 10 rutinas alimentarias:
Los tratamientos del cáncer suponen una dificultad adicional a nuestro propósito de dieta suficiente, sana y equilibrada. El tratamiento puede provocar dolor, náuseas, pérdida de apetito y alteración en la percepción de los sabores. A menudo son síntomas breves ya que duran horas o pocos días. Pero en ocasiones son persistentes.
Como el objetivo es comer lo suficiente debemos mantenernos positivos, y tener paciencia. Debemos comer cuando nos resulte menos dificultoso pero procurando mantener las cuatro o cinco tomas diarias. Es interesante hacer una planificación semanal del menú diario. Hay que asegurarse de que en casa siempre haya alimentos nutritivos disponibles dado que en algún momento puede ser difícil salir a la calle a comprar por lo que puede ser interesante e importante pedir ayuda de un familiar o conocido para la compra o preparación de la comida.
En los momentos difíciles del tratamiento es importante comer en los momentos que más apetezca y lo que apetezca en cada momento, aprovechar los momentos de más apetito y comer tranquilo y relajado. No descuidar la hidratación.
Establecer pequeños objetivos diarios que se puedan cumplir, por ejemplo, medio yogur, un puñado de frutos secos, galletas… Siempre alimentos que sean fáciles de comer para ir picando.
Existen muchas creencias populares, pero no existe ninguna alimentación que por sí sola cure o elimine el cáncer.
Es muy extendida la creencia que la dieta baja en azúcar, el té verde, los frutos rojos pueden contribuir a curar el cáncer. Así como el uso de utensilios de porcelana, los alimentos ecológicos… No existen pruebas objetivas suficientes para sostener estas creencias.
Ni el azúcar, ni la carne roja, ni los lácteos o el chocolate, edulcorantes artificiales o el pescado azul tienen que ser repudiados, sino que deben integrarse con moderación en una dieta suficiente y equilibrada. Ni los recubrimientos de teflón de la sartén, el microondas, ni la barbacoa son útiles perjudiciales. Además de esto, tampoco hay evidencia suficiente de que los frutos rojos, el ajo, los alimentos ecológicos, el té verde, las semillas de lino o la cúrcuma tengan un efecto beneficioso sobre el cáncer.
En concreto, los suplementos alimenticios comercializados, aunque sean seguros e inofensivos, solo complementan una dieta cuándo es insuficiente o incompleta. Las dietas cetogénica, veganas, alcalinas o macrobióticas, no han demostrado ningún dato clínico publicado beneficioso hasta el punto de poder sustituir a una dieta normal.
El tratamiento oncológico suele provocar efectos secundarios que dificultan o agravan la alimentación del paciente. La cirugía por sí misma supone un desgaste calórico formidable que se añade a un periodo concreto de mucha menor alimentación.
La quimioterapia y la radioterapia se asocian a ciertos efectos secundarios como la pérdida de apetito (anorexia), las náuseas y los vómitos tan frecuentes, diarrea o estreñimiento, sequedad de boca (muy frecuente con la radioterapia), mucositis (o inflamación de la boca) o la enteritis que además de producir diarrea produce malabsorción intestinal.
Cuando se pierde el apetito es necesario aprovechar al máximo los momentos de más hambre así como preparar platos más preparados y atractivos para la vista.
Es aconsejable caminar un poco antes de comer, aprovechar horas de insomnio para ingerir algún líquido suave, enriquecer los platos con suplementos proteicos (como la leche en polvo, el queso rallado, la clara de huevo, jamón, pavo o pescado troceado).
Es importante beber fuera de las comidas para evitar el llenado precoz del estómago.
Cuando se presentan las náuseas y los vómitos es conveniente realizar comidas frecuentes y de puja de poco volumen, evitar alimentos fritos muy condimentados. Es mejor alimentos suaves y tibios, y acaso picoteos con pequeños bocadillos, descansar después con el torso incorporado o caminar brevemente después de comer.
Cuando existe diarrea es conveniente beber con frecuencia (1,5-2 litros diarios). Es recomendable el consumo de zumo de limón, caldos suaves e infusiones suaves. Son útiles las bebidas de deportistas. El consumo de estas debe ser más frecuente y de bajo volumen. Es bueno comer comidas sencillas, con poca grasas, al vapor horno plancha o hervido. Evitar alimentos intensos como el chocolate condimentos irritantes, lácteos, fibra y piel de la fruta.
Para el estreñimiento es importante beber mucho líquido y tomar alimentos ricos en fibra y evitar comida astringente, ejemplo de estos alimentos son el membrillo, el plátano, el vino tinto o la canela el arroz blanco. Es importante caminar.
Cuando se padece sequedad de boca es importante beber con frecuencia. Se puede usar hielo o gelatina de frutas ácidas, mantener una buena higiene bucal con enjuagues, evitar comida seca y fibrosa como tostadas, galletas, carnes a la plancha y procurar comer alimentos de textura blanda como el queso tierno, arroz, verdura cocida, pan de molde.
Cuando se padece mucositis, que es la inflamación de la boca, es conveniente ingerir líquidos no ácidos y procurar comidas suaves blandas como tortillas, batidos, mouses, pudines, cremas a temperatura tibia o fría. Hay que evitar ácidos como el tomate, cítricos, kiwi, fresa y alimentos secos y mantener una buena higiene bucal. Si es necesario, se toman analgésicos o mantenemos hielo en la boca antes de comer.
Texto elaborado por el doctor Joseba Rebollo, especialista de la Unidad de Oncología Quirónsalud Alicante
A día de hoy se diagnostican 27.000 nuevos cánceres de mama al año. Se estima que la probabilidad de padecerlo a lo largo de su vida es de una de cada ocho mujeres. Esta incidencia está aumentando paulatinamente debido a la mayor esperanza de vida y los hábitos socioculturales; por otro lado, la supervivencia está aumentando progresivamente, gracias al diagnóstico más precoz y a los mejores tratamientos.
Un tratamiento precoz de la enfermedad beneficia a la supervivencia de las mujeres que lo padecen, por ello se recomienda someterse a controles desde los 40 años.
El carcinoma de mama suele aparecer entre los 35 y los 80 años, pero la mayor incidencia de casos se encuentra entre los 45 y los 70 años.
Los factores que pueden provocar un cáncer de mama pueden ser diversos, sin embargo algunos de estos son los más frecuentes.
- La edad es el primer factor de riesgo.
- El aumento de la expectativa de vida también incrementa la posibilidad de padecer un cáncer de mama.
- Los antecedentes familiares de riesgo (primer grado: madre, hermanas, varios casos en la familia, asociado a cánceres de ovario…),
- Antecedentes personales de haber padecido un primer cáncer de mama o de ovario.
- Una patología benigna de la mama de riesgo , como la hiperplasia ductal atípica, un carcinoma lobulillar in situ, etc.
- Otro factor de riesgo importante lo representan las alteraciones genéticas como mutaciones de BRCA-1, BRCA-2, PTEN y,
- Por último, las terapias hormonales sustitutivas, las radiaciones ionizantes, el sedentarismo, la obesidad, el consumo de alcohol, el tabaco o la edad del primer embarazo.
Una de las preguntas frecuentes de muchas mujeres es cuándo tienen que hacerse los primeros controles y mamografías, qué edad es la ideal para acudir.
Las mujeres asintomáticas deben iniciar los controles a partir de los 40 años y desde los 35 años aquellas con riesgo por antecedentes.
Entendemos como mujeres sintomáticas, es decir, todas las que se notan alguna alteración en la mama, un bulto, un cambio o retracción de pezón, variaciones en la superficie de la mama, asimetrías o ganglio axilar, quienes al detectarlo deben acudir al médico.
En Quironsalud disponemos de un equipo de diagnóstico precoz con atención y resolución inmediatas. Este servicio permite acceder directamente a las mujeres a la consulta para evaluación clínica por un especialista que indicará los estudios necesarios, entre los que se incluyen la mamografía y/o ecografía de forma inmediata; posteriormente, el facultativo le dará los resultados e indicaciones de actuación o seguimiento.
Para mayor tranquilidad en las mujeres, la autoexploración y consulta con su médico le ayudará a detectarlo. Para ello es importante realizarse una autoexploración mensualmente.
- Ejerciendo presión de fuera hacia dentro, de la mama al pezón.
- Realizando movimientos verticales en zig zag sobre la mama.
- Realizando movimientos Circulares en espiral de la mama.
Para este tipo de exploración colócate frente al espejo del baño o de la habitación, busca un espacio donde estés cómoda, libre de ruidos, distracciones e interrupciones.
- Levanta los brazos sobre la cabeza e inspecciona ambos senos buscando cualquier anormalidad, como expulsión de líquidos por el pezón, pliegues, hoyuelos, piel con aspecto anaranjado o escamoso, o algún bulto.
- Después, presiona las manos fuertemente sobre las caderas e inclínate ligeramente hacia el espejo. Reclínate mientras empujas los hombros y codo hacia delante, estos dos movimientos realizarán cualquier cambio en el contorno del pecho.
- Comienza por tu mama derecha. Examínate con la yema de los dedos de tu mano izquierda, presiona suavemente con movimientos circulares, de dentro hacia fuera, en el sentido de las agujas del reloj.
Palpa buscando la presencia de masas o puntos dolorosos.
- A continuación, pasa a la axila. Tócala con tus yemas, haciendo movimientos circulares, para detectar zonas blancas, masas, engrosamiento o abultamiento bajo la piel.
- Es el momento del pezón. Sin cambiar de posición, presionalo de forma suave y observa si se produce alguna secreción o sangrado.
Es el momento de repetir estos tres pasos en el pecho izquierdo.
Otra forma de examinar los pechos es hacerlo en una posición recostada con ayuda de una almohada o toalla enrollada colocada baja el hombro de la mama que examines primero.
- Para examinar la mano derecha, coloca tu mano detrás de la cabeza y con eleva el codo, coloca la toalla o almohada bajo el hombro.
- Con la yema de los dedos de la mano izquierda presiona suavemente la mama con movimientos circulares. Continúa ese movimiento rodeando toda la mama.
Palpa la superficie en busca de masas, zonas blandas o hundidas. Presta atención a la zona que va de la mama a la axila y de la axila a la mama de nuevo.
Para examinar la mama izquierda repite los pasos anteriores, invirtiendo la posición de los brazos.
Puedes aprovechar el momento de la ducha para revisar tus mamas. Con el agua jabonosa es más fácil encontrar masas y otras anomalías. Para ello sigue los mismos pasos que se han mencionado anteriormente.
El diagnóstico precoz es fundamental para detectar la enfermedad en sus inicios; por eso es recomendable someterse a mamografías a partir de los 40 años. Obtener diagnósticos de tumores de menor tamaño beneficia la supervivencia y la evolución de la enfermedad y permite iniciar tratamientos más precozmente, lo cual mejora los resultados con menos efectos secundarios y mejor calidad de vida para las mujeres.
Realmente la detección precoz de los tumores mejora la supervivencia. Con un tumor menor a un centímetro la supervivencia puede alcanzar un 95%. Ya que esta posibilidad de mejora de supervivencia la tiene la propia mujer en su mano, debe prestar atención a sus mamas, conociéndose a sí misma y haciendo autoexploración una vez al mes, con el fin de detectar lo más pronto posible los signos de alarma y acudir al médico.
Los tratamientos de cáncer de mama son multidisciplinares, es decir, se deciden y acometen en plataformas con distintos especialistas, entre ellos, cirujanos, oncólogos, radiólogos, patólogos, radioterapeutas, etc, con la finalidad de fijar el mejor tratamiento y la secuencia más favorable para cada mujer.
Esto permite obtener los mejores resultados con terapias menos agresivas, minimizando los efectos secundarios y haciendo complementarias unas terapias con otras para obtener el mejor beneficio.
A nivel de terapias oncológicas la valoración de los distintos tipos de tumores nos permite planificar terapias a medida, para optimizar el tratamiento. Los distintos subtipos moleculares nos definen dianas terapéuticas que se pueden utilizar con tratamientos más eficaces y con menos efectos secundarios.
Más información acerca del Servicio Integral de Oncología de Quirónsalud Valencia
Texto elaborado el Servicio Integral de Oncología del hospital Quirónsalud Valencia
La diabetes afecta al 13% de la población adulta en España y hay una gran proporción de personas que desconocen que son diabéticas. Son cada vez más los médicos y especialistas que reconocen la importancia de una detección temprana de prediabetes como la forma más efectiva de poder evitar problemas de salud más graves en un futuro.
En pacientes con diabetes tipo 1, la diabetes se puede presentar en forma de hipoglucemia o glucemia baja, lo que supone tener unos niveles de azúcar en la sangre se encuentran por debajo de los 70 mg/dl. En aquellos que padecen diabetes tipo 2, la detección de los síntomas es más complicada debido a que en un principio el enfermo no presenta ningún síntoma y puede tardar años en presentarlos, lo que puede suponer un riesgo para ellos.
La diabetes es una enfermedad crónica y grave que incrementa la incidencia de enfermedades cardiacas, vasculares, renales, oftalmológicas e incluso puede ser causa de muerte precoz.
Algunos tumores malignos son más frecuentes en pacientes con diabetes. La incidencia de padecer cáncer en pacientes que han sido diagnosticados de diabetes es el doble en determinados tumores como son: el cáncer de hígado, páncreas y endometrio. Además de estos, hay un porcentaje de un 20% a un 50% más alto de posibilidades de sufrir cáncer de colon, mama, vejiga para aquellas personas que son diabéticasA día de hoy el cáncer y la diabetes comparten factores de riesgo común.
La edad, ya que la incidencia tanto el cáncer como la diabetes aumenta con la edad en los pacientes. La obesidad, aquellos pacientes que tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor o igual a 30, tienen mayor posibilidades de padecer ambas enfermedades. La alimentación, incluir en la dieta menos carne roja, abundantes piezas de fruta, así como verdura y cereales, protegerán a los pacientes tanto del cáncer como de la diabetes tipo 2. Por otra parte, la práctica de actividad física también es recomendable. Realizar ejercicio de forma moderada, unas cinco veces por semana, disminuye el riesgo de padecer estas enfermedades entre un 25 y 35%, especialmente los tumores que se originan en la mama, colon y endometrio. El tabaco, también es conocido por la influencia que puede provocar en determinados tumores, pero también en la diabetes. Y por último el alcohol, el consumo frecuente de bebidas alcohólicas puede afectar gravemente a la salud y originar tanto tumores como algún tipo de diabetes.
Ciertos receptores moleculares de insulina tienen la capacidad de desarrollar células cancerosas y el avance de la metástasis.
Muchas son las dudas que les surgen a los pacientes cuando son diagnosticados de diabetes, entre ellas la de la posibilidad de padecer un tumor relacionado con el páncreas a largo plazo.
Hace años se observó que los pacientes con cáncer de páncreas tenían niveles elevados de azúcar en sangre un promedio de tres años antes de la aparición del cáncer. Además se descubrió que los pacientes que tenían niveles más altos de azúcar en sangre, algo más de 125 mg/dl, padecían tumores más grandes.
Desarrollaron un algoritmo (END-PAC) a través de un sistema de puntos sobre los pacientes con diabetes. En ellos evaluaron el cambio de peso, el nivel de azúcar en sangre y la edad de aparición de la diabetes, encontraron que obtenían una puntuación de más de 3. Esta puntuación suponía un incremento de 3.6 veces la incidencia de cáncer a los tres años siguientes de la aparición de la diabetes en comparación con la población de la misma edad sin diabetes.
Muchas pueden ser las causas que lleven a padecer un cáncer de páncreas, entre ellas están algunos factores genéticos heredados.
Además de la diabetes, hay otros factores que influyen en el desarrollo de cáncer de páncreas. Entre ellos se puede mencionar, la obesidad, pancreatitis crónica, cirrosis o ser del sexo masculino. También el consumo de tabaco puede generar en el cuerpo carcinógenos que pueden favorecer la aparición de esta enfermedad.
Es importante mencionar que todos estos factores se relacionan con un determinado estilo de vida como son, la alta ingesta calórica, una dieta inapropiada, el consumo frecuente y abusivo del alcohol, el consumo de tabaco, llevar una vida sedentaria y, otro factor a tener en cuenta, la obesidad.
Detectar un cáncer a tiempo es importante para la salud del paciente, un diagnóstico precoz y su posible tratamiento puede ayudar a quienes lo padecen.
Muchas son las dudas sobre cómo detectar un cáncer de páncreas, cuáles son los síntomas que pueden llevar al paciente a prestar atención y consultarlo con el médico.Algunos síntomas, aunque no exclusivos, suelen aparecer en los pacientes de esta enfermedad.
De todo lo mencionado anteriormente se deduce que, aparte de los factores genéticos heredados, existe un número de factores que pueden ser modificados por el individuo.
Llevar una adecuada dieta, un frecuente control del peso, la práctica de ejercicio moderado de forma regular y, el abandono del consumo de tabaco y del alcohol, puede reducir la posibilidad de los paciente de tener que padecer una este tipo de cáncer. De esta manera los pacientes con diabetes tipo 2 que consiguen controlar los niveles de azúcar por medios naturales, también consiguen que la incidencia de cáncer de páncreas sea similar a la de personas de su edad sin diabetes.
Más información acerca de la Unidad de Oncología de Quirónsalud Alicante
Doctor Joseba Rebollo, especialista de la Unidad de Oncología de Quirónsalud Alicante
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