Quirónsalud
Blog de cardiología de Hospital Quirónsalud Barcelona
Los stents coronarios son dispositivos que se emplean para desobstruir las arterias que llevan la sangre al corazón, las arterias coronarias. Cuando estas arterias están obstruidas a causa de arteriosclerosis, el corazón sufre los efectos de la falta de irrigación sanguínea. Si la obstrucción es parcial suele provocar una angina de pecho, mientras que si la obstrucción es total suele causar el infarto de miocardio (ataque de corazón). El tratamiento para restablecer el flujo de las arterias coronarias obstruidas puede ser quirúrgico, mediante bypass coronario o percutáneo, mediante punción de una arteria del brazo (arteria radial) o de la ingle (arteria femoral). En la mayoría de los casos el problema puede solucionarse sin necesidad de intervención quirúrgica, realizando una angioplastia coronaria e implantando un Stent.
Los Stents son unas prótesis metálicas (cromo-cobalto, platino) que tienen forma de malla metálica cilíndrica y van montados sobre un balón que, al hincharlo a nivel de la obstrucción coronaria, hace recuperar el diámetro de la arteria y normalizar la circulación de la sangre.
¿Qué tipos de stent existen?
Existen diferentes tipos de Stent, pero básicamente se pueden clasificar en 3 categorias:
La elección del tipo de Stent a utilizar se hace en función de las características clínicas del paciente (diabeticos, enfermedades asociadas con riesgo de sangrado, etc) y del tipo de lesiones de las coronarias (diámetro de la arteria a tratar, longitud de la lesión coronaria, etc). Por ello es muy importante una buena comunicación entre el médico responsable del paciente y cardiólogo hemodinamista, encargado del implante del stent.
¿Cómo se implanta un stent?
Los Stents se implantan en el Laboratorio de Hemodinámica, sala especializada con un potente equipo de radiología e importantes medidas de esterilización (bastante similares a las de los quirófanos convencionales).
Tras la punción de una arteria se colocan unos catéteres que llegan hasta el corazón y se introducen en el origen de las arterias coronarias (cateterismo cardiaco). A traves del catéter se inyecta una pequeña cantidad de contraste y simultáneamente de grava el paso del contraste por la arteria coronaria (coronariografía). De este modo podemos detectar y localizar precisamente la existencia de una o más lesiones coronarias. Si las lesiones existentes se consideran adecuadas, se realiza la intervención para desobstruir la arteria, proceso que se denomina Intervención Coronaria Percutánea, más conocida como Angioplastia Coronaria.
La Intervención consiste en cambiar los catéteres por unos específicos, de mayor diámetro, que permiten, guiándose por rayos X. pasar a su través una guía metálica milimétrica que sobrepasa la obstrucción, un balón para dilatar la lesión y finalmente el Stent. Uno de los pasos más complejos suele ser conseguir atravesar la lesión con la guía y conseguir que pase a su través el balón de angioplastia hasta la lesión. Tras conseguir colocar el balón sobre el punto exacto de la lesión este se hincha a alta presión para desobstruirla: al inflar el balón la zona estrecha se dilata y mejora el flujo sanguíneo, pero la dilatación suele dañar la pared arterial con el riesgo de que pueda volver a obstruirse. Por ello, tras realizar el inflado del balón, se coloca el stent coronario, como una especie de andamiaje, para sellar la lesión y minimizar el riesgo reoclusión.
En la mayoría de los casos, el paciente recibe el alta entre las 24 y las 48 horas posteriores al procedimiento.
¿Qué controles son necesarios en los pacientes con Stent coronario?
Los pacientes a los que se les ha colocado un Stent deben seguir un tratamiento específico con doble antiagregación plaquetaria (aspirina y clopidogrel o fármacos similares) a corto-medio plazo para evitar que la prótesis se trombose. Es de vital importancia que al alta el paciente sea debidamente informado que el tratamiento se administre de forma ininterrumpida ya que su suspensión temporal puede tener consecuencias muy graves, pudiendo sufrir un infarto agudo o incluso la muerte por la trombosis del Stent.
Por otra parte es importante tener presente que el Stent no cura la enfermedad. La arteriosclerosis coronaria puede seguir evolucionando, por lo que es imprescindible ser muy estricto en las medidas preventivas: evitar el tabaquismo, control de la presión arterial, diabetes méllitus, reducción de las cifras de colesterol incluso a niveles inferiores a los considerados normales, ejercicio físico moderado, control del peso… Es imprescindible un control cardiológico rutinario.
Existen diferentes técnicas que permiten estudiar el corazón y que tienen como objetivo descartar enfermedades y realizar el seguimiento o estudiar de forma precisa enfermedades existentes.
Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoEl ecocardiograma es una prueba diagnóstica fundamental, que se realiza de forma frecuente y que ofrece una visión directa del corazón en movimiento. Esta técnica permite valorar el tamaño del corazón, la función cardíaca derecha e izquierda y el funcionamiento de las válvulas cardíacas. Es una técnica accesible, que puede realizarse en la misma consulta y que no tiene efectos secundarios ya que se basa en los principios de los ultrasonidos y por lo tanto no irradia al paciente. El ecocardiograma permite descartar anomalías cardíacas que pueden no ser detectadas mediante un electrocardiograma o por la exploración física. Habitualmente, el ecocardiograma se realiza vía transtorácica, que significa colocar el transductor en el pecho del enfermo. Existe la posibilidad de realizarlo por vía transesofágica, que consiste en visualizar el corazón a través del esófago, que discurre posterior al corazón y, por lo tanto, permitirá ver el corazón más de cerca y de una forma más precisa. Esta es una prueba invasiva que requiere estar en ayunas y que habitualmente se realiza bajo sedación.
La cardioresonancia magnética es una técnica que permite estudiar de forma muy detallada y precisa las dimensiones del corazón y la función cardíaca. También permite diferenciar los tejidos por lo que es útil de cara a valorar miocardiopatías, pacientes que tienen enfermedad de las arterias coronarias y han tenido infarto y también cardiopatías congénitas. También puede ser de ayuda en los casos en que la ecocardiografía no sea suficiente para la valoración de una patología. Como sucede con la ecocardiografía, ésta es una técnica inocua ya que no utiliza radiación y el medio de contraste que se utiliza no tiene yodo.
La tomografía computarizada multidetector o multicorte es una técnica útil para valorar las arteriasImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto coronarias con detalle y de forma no invasiva. Aunque esta técnica requiere del uso de radiación para su utilización, en el momento actual la mayoría de equipos que se utilizan son de nueva generación y tiene como objetivo irradiar lo menos posible al paciente. Para realizar la prueba se administra contraste endovenoso iodado que permitirá ver las arterias coronarias con detalle. Es una exploración útil sobre todo para aquellos pacientes que tienen riesgo cardiológico bajo y quiere descartarse de forma definitiva una enfermedad coronaria.
Existen pues, distintas modalidades para el estudio del corazón, en función de la historia clínica del paciente y la sospecha diagnóstica, el cardiólogo o médico responsable decidirán cual de ellas es más adecuada en cada caso.
A pesar de que hace años se indicaba tratamiento para el colesterol en función de los niveles del mismo, en el momento actual, este manejo ha quedado obsoleto y los cardiólogos y médicos en general basan la indicación de tratamiento en función del riesgo cardiovascular (CV) global. El cálculo del riesgo CV global tiene en cuenta diversos factores como la edad, el género, el hábito tabáquico, los valores de presión arterial y los niveles de colesterol.
Las últimas guías de práctica clínica de la Sociedad Europea de Cardiología publicadas recientemente (2016 European Guidelines in cardiovascular disease prevention in clinical practice) recomiendan el uso de unas sencillas tablas realizadas específicamente para países con bajo riesgo CV (como serían los países mediterráneos) o de alto riesgo. Las tablas de riesgo nos ofrecen el cálculo de riesgo CV estimado a 10 años (considerando que estiman la probabilidad de sufrir un evento arteriosclerótico fatal, como un infarto, ictus o aneurisma aorta abdominal). Se considera que una persona tiene un riesgo CV bajo cuando esta probabilidad es inferior al 5%. En este caso, se ofrece a la persona un cambio del estilo de vida (realizar una dieta equilibrada mediterránea, realizar ejercicio físico de forma regular, control de peso y no fumar). En caso que el riesgo sea superior al 5% se considera que el riesgo CV es elevado y por lo tanto será tributario de cambiar el estilo de vida y de iniciar terapia farmacológica para disminuir los niveles de colesterol, siempre con el objetivo de disminuir este riesgo y aumentar su supervivencia. Existe una población que por sus enfermedades de base ya entra dentro del grupo de alto riesgo (superior al 5%) como serían las personas con diabetes, insuficiencia renal leve, hiperlipidemia familiar con valores altos de colesterol (superiores a 310 mg/dL) o con hipertensión arterial severa no controlada (presión arterial superior a 180/110 mmHg). Cuando el riesgo de sufrir eventos CV es superior al 10%, se considera el grupo como de muy alto riesgo. Este grupo de muy alto riesgo también incluye pacientes que hayan sufrido un infarto de miocardio previo, enfermedad coronaria, ictus, disección aórtica o pacientes con diabetes y afectación de órganos diana o insuficiencia renal severa.
En función del riesgo CV, se realizará intervenciónpor parte del cardiólogo/médico tal y como se menciona a continuación:
- Recomendar un cambio del estilo de vida
- Tratamiento farmacológico del colesterol
Los niveles de colesterol que se deben alcanzar dependen del riesgo CV. En una persona de muy alto riesgo (superior al 10%) el colesterol LDL debe estar por debajo de los 70 mg/dL y en las personas de alto riesgo (superior al 5%) debe estar por debajo de los 100 mg/dL. Debe individualizarse en cada persona.
Su cardiólogo/médico elegirá el mejor fármaco en función de su perfil de riesgo y de otras enfermedades concomitantes, siempre teniendo en cuenta el riesgo/beneficio del mismo, con el objetivo de mejorar su supervivencia.
Dra. Laura Galian Gay
Servicio de Cardiología
Hospital Quirónsalud Barcelona
La contaminación atmosférica aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y enfermedades vasculares cerebrales; este efecto se observa tanto por la exposición aguda como a largo plazo. La Organización Mundial de la Salud
estima que ocasiona unas 800.000 muertes prematuras cada año.
La contaminación atmosférica es una mezcla heterogénea de gases, líquidos y partículas. Las pequeñas partículas, conocidas como PM2.5 proceden de la combustión derivada de la actividad humana –vehículos, industrias, tabaco- así como de fuentes naturales –incendios, volcanes-. Dichas partículas entran por la vía aérea y pasan a la circulación sanguínea donde pueden provocar el daño favoreciendo la trombosis, las arritmias, el estrechamiento agudo de las arterias, la inflamación y, a la larga, la aterosclerosis.
La contaminación no afecta a todo el mundo de la misma forma; para la mayoría de la población el riesgo es bajo; en cambio, el riesgo aumenta en las personas mayores de 65 años o en las que han sufrido infarto de miocardio, angina de pecho, que han tenido una insuficiencia cardíaca, problemas de ritmo cardíaco o que tienen los denominados factores de riesgo cardiovascular (tabaco, diabetes, hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol o antecedentes de enfermedad cardiovascular precoz en la familia). También se ha constatado que la presencia de temperaturas muy elevadas o muy bajas incrementa el riesgo que pueda comportar la contaminación atmosférica.
¿Se puede hacer algo para mejorar esta situación?
El conocimiento de dichos efectos sobre la salud ha hecho que los gobiernos hayan puesto en marcha una serie de regulaciones para mejorar la calidad del aire; algunas de estas medidas han conseguido en las últimas décadas mejorar en más de medio año la esperanza de vida de algunas comunidades.
A nivel individual también podemos hacer algo para evitar el efecto de la contaminación atmosférica. En primer lugar saber que las partículas, aunque se dispersan en el aire, se encuentran en mayor concentración en calles transitadas de áreas urbanas, sobre todo en horas punta. También están elevadas alrededor de determinadas fábricas o en sitios cerrados con vehículos en marcha.
En la red podemos consultar páginas que evalúan el ICA (Índice de Calidad del Aire) de las zonas donde vivimos; estos índices nos dan una idea del grado de contaminación lo cual nos puede permitir planificar actividades cuando la contaminación sea baja, hacer actividades menos extenuantes (la cantidad de partículas inhaladas será menor si uno se desplaza andando que si sale a correr) o evitar hacer ejercicio cerca de calles congestionadas. El uso de máscaras estándar no se ha demostrado que proteja de las partículas PM2.5.
Apelar por último al uso responsable del vehículo privado – no tenerlo en marcha innecesariamente, hacer un mantenimiento adecuado del mismo y usar el vehículo público si es posible– ya que también resultará útil para disminuir la contaminación atmosférica.
Dr. Ignasi Duran
Cardiólogo del Hospital Quirónsalud Barcelona
La muerte súbita se define como la muerte natural que se produce de forma instantánea o dentro de la primera hora de iniciados los síntomas premonitorios. En los casos en los que la víctima ha sido encontrada sin vida (muerte no presenciada) se acepta como muerte súbita cuando la persona había sido vista viva y en condiciones estables dentro de las últimas 24 horas. Así pues, los tres elementos fundamentales de la definición de muerte súbita son el que se trata de una muerte natural, rápida e inesperada.
En general la gran mayoría de los casos la muerte súbita es de origen cardiovascular. Dentro de las causas cardiovasculares, más del 80% son secundarias a una cardiopatía isquémica, fundamentalmente debidas a un infarto agudo de miocardio (IAM) o secundarias a un infarto crónico (cicatriz que deja el infarto). En un 15% la muerte súbita se debe a otras cardiopatías como las miocardiopatías (enfermedades del músculo cardiaco) enfermedades valvulares (valvulopatías), etc., mientras que en el restante 5% de los casos no se evidencia cardiopatía estructural (son causadas por arritmias primarias como el síndrome de Brugada o el síndrome de QT largo). A destacar que la causa de muerte súbita es distinta en función de la edad. En personas jóvenes las principales causas de muerte súbita son distintas a las de la población general adulta. En la gente joven la enfermedad coronaria es menos prevalente y la muerte suele asociarse más frecuentemente a miocardiopatías (miocardiopatía hipertrófica, displasia arritmogénica de ventrículo derecho), valvulopatías, ruptura de aorta o arritmias.
Como acabamos de explicar en la gran mayoría de los casos la muerte súbita está asociada al infarto de miocardio y se produce por una arritmia ventricular maligna (taquicardia ventricular sostenida o fibrilación ventricular).
Con mucha menor frecuencia, la muerte súbita es debida a una bradiarritmia extrema (como un bloqueo cardiaco).
La prevención de la muerte súbita cardiaca pasa por la identificación precoz de las enfermedades que pueden causar la muerte súbita y la prevención de los factores de riesgo de las mismas. Es fundamental un chequeo cardiológico básico (historia clínica, electrocardiograma, ecocardiograma o prueba de esfuerzo) en individuos de riesgo (como en los atletas). Pero, sin lugar a dudas, lo más importante para reducir la incidencia de muerte súbita es corregir los factores de riesgo enfermedad coronaria: tabaquismo, obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial, aumento del colesterol.
En los pacientes de muy alto riesgo (aquellos que ya han sido resucitados de una parada, infartos extensos, etc.) pueden beneficiarse de tratamiento más complejos como dispositivos implantables como el desfibrilador o los marcapasos.
Por último, hay que destacar que cuando se produce una muerte súbita es fundamental actuar inmediatamente ya que de no ser así en pocos minutos se produce un daño cerebral irreversible y aunque se pueda recuperar la función cardiaca la víctima queda en muerte cerebral. Ese es el principal motivo por el que se han creado los sistemas de emergencia médica (SEM, SAMU, 061) y se está fomentando la instalación de desfibriladores automáticos en lugares de gran concentración de población (aeropuertos, sociedades deportivas, etc.).
Dr. Josep Guindo
Cardiólogo del Hospital Quirónsalud Barcelona
Bienvenido al blog del servicio de cardiología de Hospital Quirónsalud Barcelona. Este espacio está creado para aconsejarte e informarte sobre las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en todo el mundo. La mayoría de las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse actuando sobre los factores de riesgo, y es por este motivo por el que te ofreceremos información periódica para que puedas actuar en consecuencia. Estamos abiertos a que nos plantees tu duda o cuestión. Será un placer atenderte.
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