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Blog del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Quirónsalud Sur

  • Me duele el codo, ¿tengo un nervio lesionado?

    Existen dos situaciones de naturaleza habitualmente mecánico-inflamatoria que se desarrollan en el complejo sistema osteoarticular y tendinoso que forma el codo, y que pueden dar síntomas que planteen la posible afectación de un nervio en la zona.

    Si bien muchas veces no es fácil localizar de manera muy definida el dolor en el codo, se pueden distinguir dos situaciones:

    En una, el dolor irradia desde la zona interna (parte del codo en el mismo lado que el meñique) y la llamamos epitrocleitis. En la otra, el dolor se centra más hacia la zona externa (parte del codo en el mismo lado que el pulgar) y la llamamos epicondilitis. Ambas situaciones reciben su nombre respectivo por la estructura ósea correspondiente del húmero distal que se encuentra en ese lugar.

    Si existe lesión nerviosa se observarán síntomas de tipo motor y/o sensitivo.

    Dolor en el codoDolor en el codo

    Hay que advertir que por síntomas sensitivos se entiende adormecimiento, entumecimiento o disminución de la sensibilidad de un territorio muy localizado y en ningún caso dolor, calambres, sensación de tirantez u otras sensaciones más vagas.

    De la misma forma, por síntomas motores se entiende la debilidad o incapacidad para realizar ciertos movimientos de nuevo muy específicos y localizados y en ningún caso dificultad a la movilización por dolor, agarrotamiento u otro tipo de limitaciones motoras más vagas.

    Pues bien, en el caso de las epitrocleitis, el nervio que puede estar comprometido es el nervio cubital. En esta zona el nervio es mixto y lleva fibras de tipo sensitivo y también motor, es por esto por lo que se pueden producir síntomas sensitivos y motores.

    Los síntomas sensitivos serán los primeros en aparecer y a veces se presentan de forma aislada. Consisten en adormecimiento en la parte de la mano del meñique, es decir, en el 4º y 5º dedos y todo el borde de la mano hasta la muñeca bajo esta zona.

    Los síntomas motores serán la pérdida de fuerza para separar los dedos y en general debilidad en la movilidad que está determinada por los músculos de la propia mano. Resulta especialmente evidente en el músculo que forma la mollita entre el 1er y segundo dedos en la parte dorsal de la mano, que en casos más avanzados puede empezar a disminuir de volumen.

    La prueba ENG-EMG en los casos más leve solo demostrará compromiso del componente sensitivo, siendo la parte motora normal. Cuando la afectación es mayor, se verá alteración también en la parte motora. Esta puede ir, en función del nivel de compromiso, desde un simple bloqueo motor, hasta la lesión de la fibra motora con la consiguiente denervación en los músculos de la mano.

    En el caso de la epicondilitis, el nervio comprometido es el nervio radial, cuando se introduce por el borde del músculo supinador (arcada de Frohse). Es este caso, el nervio no lleva ya las fibras sensitivas de los nervios mixtos, por eso decimos que a partir de aquí es un nervio solamente motor y lo llamamos nervio interóseo posterior.

    Los síntomas serán por tanto sólo motores y se reflejarán en la debilidad-incapacidad para extender los dedos de la mano.

    Muy excepcionalmente, la afectación se puede producir muy cerca, pero por encima de la arcada de Frohse, desde donde sale la rama sensitiva distal del nervio radial. Esto implicaría adormecimiento de la parte dorsal del antebrazo y especialmente del dorso del 1er y segundo dedo y la zona de la mano correspondiente. No obstante, cuando se presentan estos síntomas sensitivos, lo habitual es que la afectación del nervio ya no esté en el codo, sino por encima, en lo que englobamos como lesión del nervio radial, que es otra entidad diferente, ajena a lo tratado aquí.

    La prueba ENG-EMG en los casos de lesión de nervio interóseo posterior, mostrará falta de compromiso sensitivo y bloqueo y posteriormente denervación en los músculos extensores del antebrazo.


  • Me he levantado con la boca torcida. Parálisis facial y EMG

    Parálisis facial y EMGParálisis facial y EMG

    Ante una situación así, hay que acudir al neurólogo, que primeramente va a distinguir con facilidad si se trata de un episodio vascular cerebral central, poco probable, sobre todo en edades jóvenes, o una lesión del nervio facial, que será lo habitual.

    Una vez confirmado que se trata de una lesión del nervio facial, lo primero de todo es mantener la calma. Lo habitual es que sea un proceso benigno y autolimitado, que se pasará solo y que probablemente no vuelva a ocurrir nunca más.

    A las tres semanas de la aparición de la parálisis es cuando se debe hacer un EMG. En realidad muchas veces no se llega a hacer, porque ha sido tan leve que a las tres semanas ya no se tiene nada.

    La valoración neurofisiológica consiste un grupo de exploraciones especialmente diseñado para valorar el estado del nervio facial. Consta de tres partes:

    1- Un estudio del reflejo del parpadeo, dado que la parte motora o de salida de este reflejo, la realiza el nervio facial. Se lleva a cabo mediante calambres es lugares específicos.

    2- Un estudio de la conducción del propio nervio facial, también mediante calambres.

    3- Un estudio de algunos músculos de los que mueve el nervio facial. Esto se hace mediante una aguja de EMG.

    Con el estudio se puede confirmar cual ha sido el grado de afectación, cómo va llevándose a cabo la recuperación y sobre todo, se puede aventurar un pronóstico. Diferenciando bien entre los casos de pronóstico más favorable, aquellos con recuperación completa y sin secuelas (la gran mayoría) y aquellos otros que, con recuperación funcional habitualmente también completa, van a presentar unas secuelas motoras secundarias al propio proceso de recuperación. Estas son las sincinesias y/o el espasmo hemifacial, fenómenos cuya explicación será tema de otra entrada en el Blog.

  • Dolor localizado y EMG

    Hay varias situaciones en las que se presenta dolor localizado en una extremidad y se acude a una consulta de EMG

    Las más frecuentes son el dolor en la muñeca, el dolor en el codo por su cara lateral, el dolor en el codo y antebrazo por la cara dorsal con la prono-supinación, el dolor en cara lateral de la rodilla o el dolor en la planta del pie.

    Emg y dolor localizadoEmg y dolor localizado

    Estas situaciones suelen ser debidas a diversos procesos mecánico-inflamatorios, como tendinitis, inflamaciones articulares, problemas del menisco y los ligamentos en la rodilla o la fascitis plantar, por decir algunos ejemplos.

    En todos estos procesos hay una inflamación en la zona y un nervio que pasa por el lugar. Esta situación hace que el nervio pueda ser susceptible de un compromiso en mayor o menor grado.

    El objetivo de la EMG en estos casos, en los que solo existe dolor es demostrar de la forma más objetiva posible la ausencia de lesión nerviosa.

    Normalmente, esto ya se deduce de la falta de alteraciones sensitivas, como hormigueos y/o pérdida de sensibilidad de una zona muy concreta, así como la falta de pérdida de fuerza también en movimientos muy concretos, pero digamos que la manera más específica de constatar esta falta de compromiso del nervio es la realización de un EMG.

    Hay otras dos situaciones relacionadas con el dolor localizado, en los que muchas veces es necesario realizar un EMG, con la expectativa de que salga también normal:

    • Por una parte, las situaciones de hipersensibilidad local de una zona, con sensación de descargas, etc. Esos síntomas que muchas veces se encuadran en el concepto de neuralgia, resultan de una alteración funcional en el nervio y su control. Por lo tanto, la EMG convencional que mide lesiones nerviosas más de tipo estructural saldrá normal.
    • La otra, es lo que se conoce como síndrome loco-regional complejo o distrofia simpática refleja, también con intenso dolor local, hipersensibilidad y alteraciones que llamamos tróficas de la piel, su color, su irrigación, su temperatura, etc. Este tipo de alteraciones es debido a un mal funcionamiento de las fibras del nervio que se llama fibras finas o vegetativas y es un componente que la EMG convencional no puede medir. Estas alteraciones casi siempre se asocian a fracturas óseas con evolución más complicada de lo habitual
  • TENGO UN PIE CAÍDO, IMPRESCINDIBLE LA EMG

    Ante una situación de pie caído, dificultad para levantar uno de los pies desde el tobillo, se presenta varias opciones diagnósticas y se convierte en imprescindible un EMG para poder distinguir entre las diferentes posibilidades.

    1- Si el motivo es mecánico, bien roturas, esguinces o inflamación local por algún tipo de motivo mecánico que dificulta bien por sí mismo o bien por el dolor que genera, el levantar el pie, la prueba EMG será normal.

    2- Si el motivo es un compromiso del nervio, la prueba EMG , no solo va a salir alterada, si no que va a permitir localizar el punto de lesión, bien en la rodilla, con mucho lo más frecuente o por encima de ésta, algo mucho más raro, normalmente en relación con cirugías de cadera o traumas que lesionan el nervio ciático.

    Pie caídoPie caído

    3- Si el motivo es un problema lumbar, la prueba EMG también va a salir alterada, específicamente por un compromiso radicular L5. En este caso, y a diferencia de la situación 2, la medida de la sensibilidad con la prueba va a salir normal. Esto permite distinguir fácilmente entre el nervio y la raíz nerviosa, lo que a veces, es prácticamente indiferenciable sin esta prueba, a no ser que el origen esté claro por algún factor ya conocido.

    4- En las situaciones segunda y tercera estamos considerando un compromiso local y limitado. Pero la misma distinción se puede hacer cuando se trata de alteraciones generalizadas, que se desarrollen de forma muy asimétrica tanto en el tiempo como en el espacio. En estos casos, la valoración EMG suele prolongarse un poco más, con el objeto de demostrar que la alteración efectivamente es más generalizada. Tanto en el caso 2, donde hablamos de polineuropatías, como en el caso 3, donde hablamos de multirradiculitis y enfermedades de la neurona motora en función de los resultados obtenidos y el contexto clínico.

    Es importante saber que la situación de pie caído, salvo en algunos casos del apartado 4, tiene un pronóstico favorable y la propia prueba EMG permite ir valorando como va teniendo lugar la recuperación.

    Hasta que la recuperación se produzca, es muy conveniente el uso de una férula antiequino, ya que al andar, el cerebro "no cuenta" con que ese pie no se levanta bien y esto es origen de caídas al menor desnivel del suelo. Lo que puede provocar, especialmente a partir de cierta edad, una fractura de cadera, que es un importante problema añadido que nos podemos ahorrar, sobre todo sabiendo que es una situación normalmente transitoria.

  • Se me duerme una parte del cuerpo. ¿tengo mal un nervio o la columna?

    Una da las utilidades de la EMG, es poder diferenciar con facilidad entre una lesión de un nervio frente a la de una de una raíz nerviosa (patología de columna)

    La raíz nerviosa es una estructura que está formada por las prolongaciones de la médula espinal. Estas van a dar origen a los nervios. Estas prolongaciones forman la raíz al salir por una abertura lateral que se encuentra entre las vértebras, que llamamos agujeros de conjunción y que en el sacro (vértebras finales fusionadas) son dos filas de 4 agujeros que atraviesan el hueso.

    Se me duerme una parte del cuerpoSe me duerme una parte del cuerpo

    Si bien los problemas de este tipo, es decir a nivel de cuello/espalda, lesión radicular, suelen producir dolor local y/o irradiado, que permite diferenciarlos de una lesión focal de un nervio, a veces solo está presente el adormecimiento de una determinada zona y entonces es más difícil diferenciarlo de una lesión focal de un nervio que discurra por esa zona de adormecimiento.

    Esto es por ejemplo lo que ocurre entre: una radiculopatía cervical C6 o C7 frente a un síndrome del túnel del carpo en la muñeca; una radiculopatía cervical C8 o T1 frente a un atrapamiento del nervio cubital en el codo; una radiculopatía lumbar L5 frente a un atrapamiento del nervio peroneal en la rodilla; y una radiculopatía lumbar S1 frente a un síndrome del túnel del tarso en el tobillo.

    Los territorios que corresponde a la raíz/columna y los que corresponde al nervio, no son idénticos, patrón radicular frente a patrón de nervio. Pero muchas veces esta distinción no es sencilla.

    Pues bien, debido a la manera en que está organizado el sistema nervioso, las neuronas sensoriales, las encargadas de llevar la información sensitiva, viven fuera de la médula, aunque dentro de la cavidad central interna que tiene la columna vertebral. Muy cerquita de la raíz nerviosa.

    Cuando se produce una lesión de la raíz, patología de columna, no se afecta la prolongación de la neurona sensorial que va a formar parte del nervio, mientras que cuando se lesiona un nervio esta prolongación si se afecta.

    Por esta razón, basta realizar en concreto una ENG (electroneurografía) del nervio correspondiente al territorio dormido, que consiste en aplicar calambres sobre el nervio y recoger la respuesta trasmitida, para poder distinguir si estamos frente a una lesión de un nervio, donde la ENG estará alterada o frente a una lesión radicular o de columna donde saldrá normal.

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