Quirónsalud

Saltar al contenido

Blog del Sº de Cirugía Oral y Maxilofacial & Unidad de Odontología y Periodoncia Hospitalaria. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo

  • Instagram o "adicción a la autoestima" y de ahí a la "alienizacion facial" y el papel del cirujano estético en la consulta.

    Instagram de mi vida, Tiktok de mi corazón...¿Acaso Kevin Systrom y Mike Krieger eran capaces de intuir el alcance que tendrían (en casi todos los aspectos de nuestras vidas) en el momento en el que fueron creadas?

    Y es que creo que las redes "sociales" (me atrevería a decir que Instagram por encima de todas) son, o pueden llegar a ser, enormemente dañinas, especialmente para un colectivo determinado como son las chicas adolescentes. Y digo chicas y no chicos porque está demostrado que es el colectivo femenino el más afectado por esta fiebre de "me gusta", y comentarios a publicaciones. Estoy segura de que hay varios cientos de miles de jóvenes a las que su "proceso de selfie" diario les puede llevar una hora o más de su tiempo, hasta que deciden que la foto está lo suficientemente modificada y filtrada como para sentirse cómod@s publicándola en Instagram. Los "me gusta" y comentarios halagando su belleza suben tan rápidamente que, de seguro, lo vuelven a hacer al día siguiente.

    Por esto, cada vez es más frecuente encontrar perfiles de adolescentes (y ojo, a veces también adultescentes – o viejóvenes, pero eso queda más feo-) aparentementeperfect@s. Pero lo que no sabemos (o no podemos saber) es que esas imágenes han sido alteradas significativamente para tener un aspecto determinado (aunque para los que estamos familiarizados con los "programas" -guiño, guiño- que se utilizan para este fin, podemos discernir entre una fotografía editada y una original).

    A pesar de que l@s dueñ@s de esas cuentas de Instagram saben que esas imágenes no se corresponden con sus caras/cuerpos...amigos míos, la farsa es adictiva.

    La "realidad" de Instagram está tan interiorizada que a veces puede ser difícil diferenciarla de la vida real. No es casualidad que casi nadie suba una foto sin editar, o sin un filtro. Son todo mensajes subliminales de perfección en todos los campos, no solo en el físico sino también en el ocio. Por eso, muchas veces nos podemos sentir fuera de lugar por no tener un barco, de tanto verlo en Instagram.

    Y partiendo de esto último voy a enlazar con la siguiente cuestión y es... ¿qué papel jugamos nosotros, como cirujanos y médicos estéticos en toda esta burbuja de vanidad y "postureo" de Instagram?

    Y digo esto porque cada vez es más frecuente encontrar en consulta a pacientes jóvenes que demandan tratamientos, ya sean médicos o quirúrgicos, para tener "cara de filtro". Es decir, para que sus facciones se parezcan a los filtros que se utilizan en estas redes. Los pacientes llegan a consulta y en un momento de la entrevista muestran lo que quieren con su móvil, es decir, una versión de ellos mismos con un sinfín de filtros fotográficos, o bien fotos de personas ajenas que han sido evidentemente retocadas (por no hablar de referenciar perfiles de Instagram que DEFORMAN, literalmente, la anatomía facial bajo el nombre de "medicina estética", para ver a lo que me refiero seguir leyendo).

    Print_out_1Print_out_1

    Y como una imagen vale más que mil palabras, y por si alguien no se hace una idea, para muestra un botón, aquí va un ejemplo en mí misma, con cientos de filtros de la red social Tiktok, que te permite alterar tu aspecto mientras incluso grabas un video.

    Print_out_2Print_out_2

    Ojos rasgados, narices minúsculas e hiperrotadas, labios lisos y carnosos, colas de cejas hiper-elevadas, pieles morenas permanentemente...lo que denominariamos una "alienización facial" que poco tiene de bonito y mucho menos de natural (término acuñado por el Dr. Harris al que referencia más abajo) .

    Nuestra labor y deber como cirujanos y médicos es proporcionar las mejores herramientas terapéuticas para nuestros pacientes, pero dentro de la estética la cosa no es tan sencilla, porque entra en juego la subjetividad de cada uno y la autopercepción / expectativas del paciente.

    Si mi paciente quiere unos labios enormes a lo "russian lips", unas cejas elevadisimas a lo Cruella de Vil, o una nariz microscópica a lo Michael Jackson... porque está de moda, porque el/ella te lo está pidiendo, porque de verdad lo quiere... ¿Por qué no hacérselo? Si al fin y al cabo, es su cara, y cada uno decide cómo quiere aparentar físicamente, ¿no? Y somos médicos y cirujanos estéticos, ¿no?

    Pues no amigos, la cosa no es tan sencilla.

    ¿Debemos hacer siempre lo que el paciente nos pide (siempre que no entre en juego su salud fisica, claro está)? ¿Puede estar nuestra conciencia tranquila creando clones faciales a base de hacer los mismos labios carnosos, la misma nariz rotada y las mismas cejas elevadas? ¿Por qué negarle a un paciente un tratamiento estético que él o ella demanda, sólo porque no nos guste o no coincida con nuestra forma de concebir la estética?

    Pues bien, creo que esto, grosso modo, podríamos compararlo con la objeción de conciencia que ejercen nuestros compañeros ginecólogos en cuanto a temas de interrupción voluntaria del embarazo. Y es que cada médico o cirujano estético debe estar y sentirse cómodo con los procedimientos que realiza. Porque llevan su firma. Y porque al igual que un paciente tiene derecho a modificar su imagen a su gusto, el cirujano tiene derecho a que sus resultados quirúrgicos sean de un estilo determinado.

    El manejo de las expectativas se realiza en consulta, y si se puede llegar a un acuerdo con el paciente, se llega. Un consenso en el que cirujano y paciente se sientan a gusto realizando el tratamiento y recibiéndolo, respectivamente. Pero si el resultado que el paciente busca está lejos de lo que el cirujano/médico considera estético, tiene todo el derecho a negarse a realizarlo. Y que el paciente busque a otro que sí se lo realice. Porque el que busca encuentra. Y de seguro que lo encontrará. Y si no aquí tenéis ejemplos de algunas cuentas de Instagram que lo menos que consiguen es horrorizarme hasta el extremo.

    https://instagram.com/binkyclinic?igshid= YmMyMTA2M2Y=Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Aquí dejo la referencia del perfil de Instagram del Dr.Harris, reconocido médico estético británico y su clínica de "normalización facial", tras recibir múltiples "desastres estéticos" y arrepentimientos, para dejar constancia del alcance de esta moda.

    https://instagram.com/drharrisclinic?igshid=YmMyMTA2M2Y=Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Como breve conclusión me atrevo a afirmar que la medicina y la cirugía estética tienen, de lejos, mucho más de medicina y de cirugía que de estética. Y que nunca olvidemos recordar a nuestros pacientes que esos tratamientos que ahora demandan son modas pasajeras y que la reversibilidad de cada cual es, cuanto

  • Goodbye instagram

    Yo me apeo, me largo, me piro. Instagram, ahí te quedas.

    Bueno, no es que me vaya a ir del todo, ¡pero casi casi!

    A ver…

    Parto de la base de que la tecnología es maravillosa. Nos ha cambiado la vida para bien en tantos aspectos que sería interminable señalarlos. Sin embargo, las redes sociales son malignas. Así como muy malas, Malísimas. Me refiero a las que conozco, que son Facebook, Instagram y twitter. Tik tok ya me pilló escarmentado.

    Cualquier profesional del hablar en público y la argumentación te dirá que es muy poderoso dar tres (no dos ni cuatro) razones si quieres explicar tu postura. Menos, queda pobretón, y más, es muy lioso. Como soy de llevar la contraria, y además tiendo al pobretonismo voy a dar solo dos razones sobre la malignidad de las redes.

    Redes socialesRedes sociales

    La primera razón no es la más importante. Pero la pongo primero para ir de menos a más. El clímax lo es todo en este mundo digital, y en el otro no digamos. Ahí va: las redes sociales no son ni siquiera lo que dicen ser. No son redes sociales. Cielos, qué radical está el doctor, dirá alguno. Cuando Facebook empezó, el boom consistía en estar en contacto con tu gente. Instagram y twitter vinieron algo después, cada uno con sus particularidades. Pero la base era siempre la misma: uno decidía a qué personas quería seguir, e iba viendo las actualizaciones, los comentarios, fotos y archivos subidos por esas personas. Conceptualmente brillante, brillantísimo. Eso era una red social. El pequeño giro vino más tarde, cuando las compañías se dieron cuenta de que había maneras más eficaces de mantener mirando a la pantalla a los usurarios. Más tiempo en pantalla, más posibilidad de meter anuncios, más dinerito fresco para la compañía, más felices sus accionistas. Desde hace años estas redes muestran lo que estrictamente consideran que va a tener más enganchado al usuario, sin ningún respeto por la cronología de las cuentas que el usuario sigue, y poniendo actualizaciones de personas a las que, directamente, el usuario ni siquiera sigue. Una ya muy conocida frase respecto a las redes sociales dice: si no eres el usuario, eres el producto. Ese zarandeo impasible, impecable e impúdico de la voluntad del usuario es la mayor demostración de que en las redes sociales, el producto a la venta somos nosotros, y los "usuarios" son los anunciantes. La red social se embolsa el dinero de los anunciantes, que a veces te venden productos normales y corrientes (nada que objetar) y otras veces influyen en la voluntad de las personas, manipulando las opiniones y los deseos que uno imaginaría tan íntimos y privados que serían inaccesibles a la manipulación por medios automatizados. El escándalo de Cambridge Analytica y las elecciones americanas de 2016, cuando salió elegido Donald Trump, es sólo un ejemplo.

    En fin, que ya no son redes sociales, son sitios de entretenimiento, de pasar el rato, de dejar el cerebro en barbecho… pues para el que quiera eso, que lo disfrute. Gracias. Yo paso. Prefiero leer un libro, un periódico (digital, claro), dar un paseo, tomar una cerveza en un bar ahora que ya se puede de nuevo, o mirar la Wikipedia o buscar cosas en internet, el de verdad. Para gustos los colores.

    La segunda razón de la malignidad de las redes para mí más grave en lo personal, aunque quizá menos en lo social, es la pérdida de autoestima. Como muestra científica, una búsqueda en pubmed (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/Este enlace se abrirá en una ventana nueva), la base de datos pública de revistas médicas más utilizada, con las palabras "self esteem social media" arroja hoy 1632 resultados. 1632 estudios médicos. No son páginas web que se redactan en unos minutos (¡como este post!)… No. Son estudios médicos, que un pequeño grupo de personas tarda meses en concebir, preparar, desarrollar y concluir. 1632. Le invito a usted, amable lector, a que haga un repaso a los resúmenes de algunos de los artículos, al azar, o por lo que le sugiera el título de cada uno. Como este: "Impact of social media on the health of children and young people". Uno de, literalmente, miles. Pero, vaya, que no he necesitado un sesudo estudio para descubrir que mirar en Instagram los resultados de las cirugías de algunos colegas me producía una envidia (malsana, como todas las envidias que se precien) y un convencimiento (pasajero, pero es una gota malaya) de que mis resultados quirúrgicos eran peores que los de los demás. Sí, sí, yo me digo y me repito, que lo que veo en Instagram es el mejor caso, con las fotos mejores, a veces retocadas, de algunos de los mejores cirujanos del mundo. Pero a mis 53 años, formado como residente en el hospital con más prestigio de España en Cirugía Maxilofacial según el monitor de reputación sanitaria (https://www.uam.es/uam/noticias/hospital-la-paz-mejor-hospital-espana-ranking-mrs-septimo-ano-consecutivoEste enlace se abrirá en una ventana nueva) habiendo trabajado luego durante 12 años como especialista en ese mismo hospital como especialista en microcirugía (una de las áreas más complejas de nuestra especialidad), estando ahora en el Hospital Ruber, uno de los hospitales privados más punteros de España….. pues con todo ese bagaje a mis espaldas, no puedo evitar una sutil sensación de inferioridad cuando veo algún post de Instagram con un buen resultado quirúrgico de otro colega. No cuento mi curriculum para presumir, sino en todo caso, para lo contrario, que tanto saber y tanta experiencia no le hace a uno inmune a perder la autoestima. Pero me puedo imaginar el daño que puede hacer una cosa similar en la gente joven. Alguien dice, en favor de Instagram para cirujanos: así los cirujanos vemos técnicas nuevas, y es una forma tan buena como otra cualquiera de ponernos al día. ¡¡Falsoooo!!.

    Para nosotros, como cirujanos, lo que se pone en Instagram es raramente útil para la profesión. Digamos que sirve para ver quién mea más lejos, pero no nos da claves para lograr que nuestra propia meada recorra más trayectoria (y perdón por la vulgaridad, cielos, con lo fino que era yo antes). Así que, siguiendo con la elegante metáfora, me voy a preocupar de mi propia meada (por el momento, de modo figurado, que dentro de unos añitos me tendré que preocupar de modo literal, glubs).

    Adiós, Instagram. Tengo una cuenta recién abierta, con unos cientos de seguidores tras haber puesto unos 10 posts en total. Bueno, la verdad es que no me despido del todo. Antes seguía a 300 perfiles. Ahora, sólo a colegas de maxilofacial del Ruber y a mi familia directa. Y la he dejado de mirar. A partir de ahora voy a tratar Instagram como un escaparate, donde pondré casos de pacientes para atraer clientela (pre y post, un clásico que nunca pasa de moda en fotos y vídeo, y sin sangre, no vaya alguien a pensar erróneamente que un cirujano hace sangre; eso sí que no). Aunque, ahora que lo pienso, como mi profesión es cirujano, no escaparatista, y no estoy falto de clientela, seguramente no tenga como una prioridad tomarme el trabajo de subir muy a menudo cosas.

    De twitter, la red de la desinformación y bulos por antonomasia, y para mí el sitio donde más tiempo he perdido en el pasado, ni hablo. Solo digo que desde que me desinstalé la aplicación para móvil y señalé sus correos electrónicos como spam, tengo más tranquilidad de espíritu y más tiempo libre.

    No entro en el tema de la privacidad, que muchos cedemos alegre e inconscientemente. Si vivimos en una democracia, y si la única trascendencia en lo personal es que nos van a bombardear con publicidad más personalizada, la cosa no parece muy grave. Son dos síes que espero que en el futuro no se conviertan en noes o quizases, porque el mundo está pelín inestable últimamente. Y me he dado cuenta de eso sin recurrir a las redes sociales, no se crea usted. Estoy hecho un lince.

    En fin, que le invito, amable lector, a que incorpore en su vida el minimalismo digital. Antes, a ese concepto, que implica que haya un tiempo para hacer cosas, para reflexionar, para oír música tranquilamente, para hacer deporte, para hablar con los amigos, para disfrutar con la familia, para esforzarse, para descansar, para divertirse y también para aburrirse; a esa forma de emplear el tiempo se le llamaba simplemente vivir. Ahora hay que hacer un poquito de sitio en nuestras apretadas agendas a esa categoría.

    Y no he abierto el melón de netflix…

Buscador de El espejo del alma
Sobre este blog

Las enfermedades de la cara y al cuello son extraordinariamente importantes por afectar a zonas del cuerpo críticas en el día a día de todo ser humano. Comer, masticar, respirar sin dificultad, dormir y descansar, e incluso sonreír son actividades que damos por supuestas pero que pueden verse afectadas gravemente tras traumatismos, tumores, infecciones o por enfermedades congénitas. El cirujano maxilofacial es el especialista central en estas enfermedades. Tanto el punto de vista médico, como el quirúrgico, como la repercusión social y personal de la patología de la cabeza y cuello son importantes para atender y cuidar apropiadamente a nuestros pacientes. Sin olvidar, claro está, a los odontoestomatólogos, periodoncistas, ortodoncistas y odontopediatras con los que trabajamos en estas tareas. En este blog describimos situaciones clínicas, informamos sobre tratamientos, y reflexionamos sobre lo que significa ser médico y cirujano maxilofacial en estos tiempos de cambio y avance continuo. Todo el equipo del Servicio de Cirugía Maxilofacial estaremos encantados de atenderte.

Archivo del blog

La finalidad de este blog es proporcionar información de salud que, en ningún caso sustituye la consulta con su médico. Este blog está sujeto a moderación, de manera que se excluyen de él los comentarios ofensivos, publicitarios, o que no se consideren oportunos en relación con el tema que trata cada uno de los artículos.

Quirónsalud no se hace responsable de los contenidos, opiniones e imágenes que aparezcan en los "blogs". En cualquier caso, si Quirónsalud es informado de que existe cualquier contenido inapropiado o ilícito, procederá a su eliminación de forma inmediata.

Los textos, artículos y contenidos de este BLOG están sujetos y protegidos por derechos de propiedad intelectual e industrial, disponiendo Quirónsalud de los permisos necesarios para la utilización de las imágenes, fotografías, textos, diseños, animaciones y demás contenido o elementos del blog. El acceso y utilización de este Blog no confiere al Visitante ningún tipo de licencia o derecho de uso o explotación alguno, por lo que el uso, reproducción, distribución, comunicación pública, transformación o cualquier otra actividad similar o análoga, queda totalmente prohibida salvo que medie expresa autorización por escrito de Quirónsalud.

Quirónsalud se reserva la facultad de retirar o suspender temporal o definitivamente, en cualquier momento y sin necesidad de aviso previo, el acceso al Blog y/o a los contenidos del mismo a aquellos Visitantes, internautas o usuarios de internet que incumplan lo establecido en el presente Aviso, todo ello sin perjuicio del ejercicio de las acciones contra los mismos que procedan conforme a la Ley y al Derecho.