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Blog de Dr. Urries. Reproducción Asistida Hospital Quirónsalud Zaragoza

  • ¿Estamos ante una nueva herramienta para la preservación de la fertilidad?

    Artículo de José Luis Gámez. Embriólogo de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    La reserva ovárica representa el stock de los folículos primordiales (precursores de los ovocitos) ubicados en el ovario, los cuales se van agotando gradualmente durante la vida reproductiva de la mujer hasta llegar a la menopausia.

    A pesar de que en las dos últimas décadas hemos experimentado un notable incremento en la tasa de supervivencia tras prácticamente todos los cánceres padecidos en edad fértil, no estamos exentos de los efectos secundarios provocados por los tratamientos empleados, como por ejemplo la quimioterapia, que implica un riesgo real de fallo ovárico precoz que está directamente relacionado con la reserva ovárica, ya que estos tratamientos aceleran el desarrollo de los folículos primordiales y hacen que se agote la reserva ovárica en tan solo unos meses.

    Ante este riesgo en mujeres en edad fértil, resulta crucial poder preservar la fertilidad e intentar conseguir la maternidad en un futuro. Para ello nos encontramos con dos alternativas como son la vitrificación de ovocitos o la de embriones. Ambas opciones tienes sus ventajas e inconvenientes. Por un lado, la vitrificación de ovocitos no obliga a que el proceso reproductivo futuro sea con una misma pareja, pero la supervivencia del ovocito sometido al proceso de vitrificación no está tan optimizado a día de hoy como la del embrión. Por otro lado, la vitrificación de embriones ya generados, tiene una mayor tasa de supervivencia y por tanto una mayor probabilidad de conseguir el niño en casa deseado.

    Recientemente, hemos tenido la gran noticia de que investigadores del Hospital General de Massachusetts han identificado una hormona, denominada como Mullerian Inhibiting Substance (MIS), que puede proteger a los folículos primordiales de los daños de la quimioterapia. Sostienen que dicha hormona es secretada por los testículos de los embriones masculinos para prevenir el desarrollo de los órganos reproductores femeninos. El estudio ha sido publicado en la revista americana PNAS, y describe como descubrieron que tras suministrar durante varias semanas la hormona a las hembras, no presentaban folículos en desarrollo pero si poseían un gran número de folículos primordiales. Tras el cese del tratamiento con la hormona MIS, los folículos volvieron a desarrollarse en menos de dos semanas.

    Gracias a este descubrimiento se abre una nueva esperanza para intentar proteger la reserva ovárica durante los duros tratamientos contra el cáncer.

  • Ser madre a partir de los 40

    A medida que pasa el tiempo, la cantidad y la calidad de los óvulos se ve reducida y, por tanto, también la capacidad de lograr un embarazo de manera natural.

  • ¿Cuántos embriones me transfiero?

    Artículo de Montse Lierta. Embrióloga de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    ¿Cuántos embriones me transfiero? Es la pregunta que se realizan todas las parejas en la consulta de reproducción cuando llega el momento de decidir el número de embriones a transferir.

    Muchas veces, las parejas deciden transferir el máximo número de embriones, ya sea por el ansia de conseguir embarazo, o porque ven el embarazo múltiple como una situación deseada, con el desconocimiento de los riesgos que esto conlleva para la madre y para los recién nacidos (parto prematuro, preclamsia, malformaciones congénitas…)

    En España, la ley 14/2006 sobre Reproducción Asistida permite transferir hasta un máximo de tres embriones, no por ello, es lo más aconsejable un todos los casos. La transferencia de 2 ó 3 embriones está relacionada con una mayor probabilidad de implantación, pero también aumenta la probabilidad de que se produzca un embarazo múltiple. Sólo como dato, decir que, la gestación múltiple en embarazos espontáneos se da en 1-2% de los casos, mientras que en tratamientos de reproducción asistida se eleva hasta un 30-35%. (Datos de la Sociedad Española de Fertilidad.)

    La necesidad de disminuir estos porcentajes nos hace buscar nuevas estrategias para seleccionar embriones de alta calidad. La incorporación de los sistemas time–lapse a la rutina de los laboratorios de reproducción está permitiendo seleccionar aquel embrión con mayor potencial de implantación y así reducir el número de embriones transferidos en cada ciclo, sin disminuir las tasas de gestación.

    La decisión del número de embriones a transferir es valorada y consensuada de forma individualizada en cada caso entre los pacientes y los profesionales, teniendo en cuenta las características de cada pareja (desarrollo del proceso, edad, hijos previos…) Si bien la tendencia en los últimos años es alcanzar la transferencia de un sólo embrión de elevada tasa de implantación.

  • Embriones buenos, embriones bonitos

    Laboratorio reproEs frecuente, por parte de todas las parejas que recurren a Fecundación In Vitro, intentar valorar el éxito del ciclo por la calidad de los embriones que han obtenido. El problema es que la pregunta de: "¿Son buenos mis embriones?" no tiene una única respuesta y en ningún caso es fácil de responder.

    Y este no es un tema trivial, ya que el poder obtener una buena clasificación embrionaria nos puede facilitar el conseguir antes un embarazo, orientarnos sobre si vamos o no por el buen camino e incluso reducir el número de embarazos múltiples. Si somos capaces de conocer cuál es el mejor embrión, aquél que va a conseguir implantar, podríamos mejorar los resultados y evitar el tener que transferir más de un embrión en cada ciclo.

    El problema lo tenemos en cómo realizar esa valoración de una forma objetiva.

    El procedimiento tradicionalmente utilizado ha sido en base a observaciones puntuales sobre características como son el número y simetría de las células o el grado de fragmentación y de dichas observaciones partía finalmente una clasificación para la que se utilizaban generalmente las letras A, B, C y D, siendo los clasificados como A aquellos embriones que teóricamente tenían una mayor capacidad de implantación y D los peores.

    Con el tiempo hemos visto como este sistema de clasificación se ha mostrado claramente insuficiente (el que sea un embrión bonito no implica necesariamente que sea un buen embrión) y se han intentado desarrollar otros procedimientos que nos aporten una información complementaria a la que ahora disponemos.

    Para ello, la incorporación de sistemas de grabación continua Time-Lapse en los laboratorios de Reproducción Asistida ha supuesto un gran avance ya que nos permite un seguimiento exhaustivo de la evolución de nuestros embriones. La posibilidad de grabarlos minuto a minuto facilita el acceso a muchísima información de la que antes no se disponía, así como el analizarla tantas veces como sea necesario.

    Por otra parte han empezado a aparecer sistemas de análisis automatizado capaces de revisar de forma simultánea múltiples variables del embrión facilitándonos una clasificación más objetiva de la que hasta ahora hemos estado utilizando. El sistema Eeva (Early Embryo Viability Assessment) utilizado en nuestro laboratorio es un claro ejemplo de ello. Dicho sistema es el primero acreditado como sistema objetivo de análisis de la viabilidad embrionaria por parte de la exigente FDA americana.

    Pero por encima de todo hay que tener en cuenta dos cosas, la primera es que por muy buena clasificación (o mala) que nos dé el sistema que utilicemos no nos garantiza el embarazo ya que hay muchos otros factores que influyen en que un embrión implante.

    Únicamente es otro dato más a tener en cuenta. Y nunca hay que descartar ningún embrión por mala clasificación que tenga. Siempre se ha dicho que de un embrión feo puede nacer un bebé precioso.

    Y lo segundo es que ningún procedimiento va a hacer que necesariamente tengamos embriones óptimos. Eso va a depender de los gametos (óvulos y espermatozoides) de cada pareja. Lo que va a hacer es darnos información más objetiva de lo que tenemos.
    Pero lo que si que está claro es que el concepto "embriones bonitos, embriones buenos" ha quedado actualmente superado.

  • 6 datos sobre implantación embrionaria que cualquier pareja que busca embarazo debería conocer

    Artículo de Carlos De Bonrostro Torralba. Ginecólogo de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    La implantación embrionaria es el mayor reto al que se enfrenta la Reproducción Asistida en la actualidad. A pesar de los múltiples avances, las tasas de éxito de los tratamientos de fertilidad distan mucho de ser las deseadas.

    Presentamos 6 datos relacionados con la implantación embrionaria que cualquier pareja en proceso de búsqueda de gestación (espontánea o mediante técnicas de Reproducción Asistida) debería tener presente para comprender la complejidad de este fenómeno.

    1.- La implantación... ¿es cosa de dos?

    Embrión y endometrio son los dos principales actores de este intrincado fenómeno biológico. El éxito de esta interacción conllevará la consecución del ansiado embarazo, que sucederá en caso de un adecuado equilibrio entre todos los factores implicados (hipotálamo-hipófisis, ovario, endometrio y embrión).

    Todos ellos van a emitir sustancias con funciones específicas en el curso de la implantación, que actuarán sobre embrión y endometrio. Estrógenos, progesterona y FSH son las más conocidas, aunque otras moléculas (PP-14, integrinas, PAPP-A, IGFBP-1,...) son esenciales para la culminación del proceso implantatorio.

    2.- La mujer: epicentro de la implantación

    El papel de la mujer es particularmente importante en la adecuada interacción entre embrión y endometrio. Por un lado, la mujer contribuye a la genética del embrión aportando una célula esencial: el ovocito, que aportará el 50% de la información genética de ese embrión, de cuya integridad dependerá la consecución de un embarazo exitoso.

    Por otro lado, el útero de la mujer (más concretamente, el endometrio) aportará el lecho donde el embrión deberá implantar, obteniendo los nutrientes necesarios para su desarrollo de la circulación sanguínea del útero materno.

    3.- La salud de los padres, clave en el proceso

    La buena salud de los progenitores es esencial para el éxito de la implantación. El consumo de tabaco, alcohol o una alimentación inadecuada se han asociado a peores resultados reproductivos.

    La existencia de enfermedades crónicas en la mujer (como la hipertensión o la diabetes) obliga a realizar un seguimiento estrecho para iniciar el embarazo en el momento de un óptimo control de la enfermedad, hecho que facilitará la buena evolución de la gestación.

    4.- Progesterona: hormona de la implantación

    Las parejas que han vivido un tratamiento de fertilidad conocen de primera mano la importancia de esta hormona para el éxito de la técnica. Esta hormona se produce en condiciones normales en el ovario, en una estructura denominada cuerpo lúteo que surge tras la ovulación.

    En algunas situaciones, puede ser insuficiente para un adecuado proceso implantatorio, por lo que debe suplementarse mediante preparados farmacológicos, como en el caso de los tratamientos de Reproducción Asistida. Su empleo se asocia a un aumento considerable en las tasas de implantación y embarazo en tratamientos como la Fecundación In Vitro (FIV).

    5.- Cuando el embarazo no llega

    El fallo de implantación es un diagnóstico que se emite cuando tras la transferencia de múltiples embriones de buena calidad la gestación no sucede. Esta situación es dramática para las parejas sometidas a tratamientos de fertilidad.

    En estos casos, el papel del especialista en Reproducción Asistida se torna fundamental para el apoyo y asesoramiento a lo largo del proceso. La valoración minuciosa de cada caso de forma individualizada podrá ayudar a identificar y modificar aquellos factores embrionarios o endometriales que estén teniendo un impacto negativo en los resultados.

    6.- Avances en investigación

    Los progresos son constantes en la Medicina de la Reproducción. Actualmente, se están estudiando factores genéticos, inmunitarios e infecciosos que pueden interferir con un adecuado fenómeno implantatorio.

    A pesar de ello, existen muchas áreas en las que aún se precisa de mayor evidencia científica para poder ofrecer nuevos tratamientos para mejorar el potencial de implantación en las parejas sometidas a tratamientos de fertilidad.

    Como hemos visto, la implantación embrionaria es un evento multifactorial que, a pesar de los avances, continúa siendo un misterio en muchos casos. Por ello, la investigación de los mecanismos relacionados con el inicio del embarazo es imprescindible para conseguir el objetivo que los profesionales de la Reproducción Asistida compartimos con esas parejas que luchan por ser padres algún día.

  • La selección genética en el espermatozoide

    Artículo de Laura del Molino. Embrióloga de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    A pesar de la gran importancia que le damos a la calidad del óvulo para conseguir buenos resultados en los tratamientos de reproducción asistida, se estima que en torno al 45% de los casos de esterilidad son de causa masculina. Es por esto que las técnicas relacionadas con el análisis y la mejora de la calidad seminal son de uso rutinario en los laboratorios de reproducción.

    Las tres características básicas que rutinariamente más información nos aportan sobre una muestra espermática son la concentración, normal a partir de 15 millones de espermatozoides por mililitro, la motilidad,buena a partir del 40% de formas móviles y la morfología, normal con el 4% de formas normales. El estudio de estos factores se conoce como seminograma. Pero hay otros factores que influyen en la calidad seminal y que hace que sémenes aparentemente normales no sean capaces de generar un embarazo.

    Hay que tener en cuenta que el proceso de formación del espermatozoide envuelve etapas que pueden poner en peligro el ADN espermático, produciendo fallos en la carga genética de estos gametos. Estos fallos en el material genético no implican necesariamente una morfología anormal del espermatozoide ni alteraciones en su motilidad, lo que podría explicar la existencia de esos varones infértiles con un seminograma normal. Por esta razón, los análisis genéticos como el cariotipo, el FISH-e o los Estudios de Fragmentación son importantes para descartar la causa genética de la esterilidad.

    Ello ha motivado que en los últimos años se hayan desarrollado una serie de técnicas, denominadas Técnicas de Selección Genética Espermática, que permiten seleccionar espermatozoides de buena calidad genética antes de fecundar al óvulo.

    Estas técnicas consisten en seleccionar espermatozoides cromosómicamente normales para utilizarlos en la fecundación del óvulo. Técnicas con nombres tan estrambóticos como el PICSI o las MACS son actualmente rutinarias dentro de los laboratorios de reproducción asistida, ayudándonos en la selección de esos espermatozoides sin anomalías genéticas, mejorando así la calidad de la muestra seminal y aumentando significativamente las tasas de embarazo.

  • Hola, quiero hacerme una "inseminación in vitro"

    Artículo de Antonio Urries, Biólogo y Director de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    Todos somos conscientes de cómo Internet ha revolucionado nuestras vidas. No hay duda que nos surja que no intentemos solucionar a través de Google y de las redes sociales. Eso, obviamente, tiene un lado bueno, pero también un lado oscuro motivado la mayor parte de las veces por la forma en que nosotros mismos realizamos esas consultas.

    Es por ello que cada vez con mayor frecuencia vienen a nuestras Unidades de Reproducción parejas con una idea bastante clara de lo que debemos hacerles. Curiosamente todo empieza con un "no sé lo que me pasa", pero acaba con "vengo a que me hagan un/a (póngase lo que corresponda)" con el único argumento de que a una amiga suya se lo hicieron y se quedó embarazada o porque ha leído que es una técnica que tiene muy buenos resultados. Como si el diagnóstico del problema no tuviera la mínima importancia.

    Esto conlleva una tarea extra para los especialistas que le atienden, ya que antes de empezar a abordar el estudio deben de retroceder en los argumentos para desmontar la lógica que ha llevado a ese paciente a pensar que sabe lo que deben hacerle y que muchas veces no corresponde con lo que realmente deberían hacerle.

    Un tema aparte de es el de la Redes Sociales. Un reciente estudio publicaba que el 85% de los pacientes que escriben en las redes sociales con temática en infertilidad lo hacen antes de someterse a una Técnica de Reproducción Asistida o tras una mala experiencia en una de ellas.

    Parece lógico, ya que las "buenas experiencias", aquellas que consiguen un embarazo, generalmente no vuelven a entrar en esos foros, ya que solo piensan en disfrutar de su nuevo estado. Con ello se pierde la visión positiva mostrando principalmente dudas y malas sensaciones. No lo digo yo. Lo decía el estudio y estoy bastante de acuerdo en ello.

    Ojo. Con esto no pretendo criticar el poder de los buscadores de Internet ni el papel positivo que estas redes aportan a nuestras parejas. Soy de los que los defienden a capa y espada siempre que se utilicen bien. Solo recomiendo realizar de ellos un uso racional y crítico para saber extraer una información suficientemente objetiva.

    Pero sobre todo. Confíe en su especialista. Él le explicará cuál es su problema y cómo afrontarlo. Luego, con esa información, ya puede ir a buscarlo en la red.

    Y tranquilos. Si hace falta se hará una "Inseminacion In Vitro"

  • El derecho a tener un hijo

    Artículo de Antonio Urries, Biólogo y Director de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    Con cierta frecuencia se tiende a debatir sobre si la esterilidad es o no una enfermedad y si debe de tratarse como tal.
    A fin de cuentas, se puede vivir sin hijos y en algunos ámbitos se ha llegado incluso a cuestionar si debería estar cubierto por la sanidad pública o dedicar esos recursos a otras "enfermedades" teóricamente más graves, dejando este campo en manos de la sanidad privada.

    No voy a entrar a debatir sobre sanidad pública vs privada, eso lo dejo para otro post, pero sí que me gustaría reflexionar sobre el derecho a tener un hijo, aunque sea a costa de complejas tecnologías biomédicas.

    Es cierto que en la legislación española no se contempla el derecho jurídico a la reproducción humana, algo que la iglesia también niega cuando manifiesta que "no existe el derecho a tener hijos sino el derecho del hijo a ser procreado", pero sí que parece encontrarse amparado dentro del derecho a la libertad, entendida como autonomía personal y física, que ampara la Constitución española. Incluso cuando habla del derecho a fundar una familia y encarga a los poderes públicos la protección social, jurídica y económica de la familia (art.39.1 de la Constitución) los posibles hijos entrarían dentro de dicho ámbito de protección.

    Pero entonces ¿la reproducción es una necesidad básica fundamental como para generar un derecho? algunas personas sostienen que sí, que estos derechos están conferidos por el artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, promulgada en 1948. Dicho artículo sostiene la declaración de que "los hombres y las mujeres mayores de edad, sin ninguna limitación debida a su raza, nacionalidad o religión tienen derecho a casarse y a fundar una familia".

    Por otra parte, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Generaciones Futuras de la UNESCO (suscrita por España en 1994), se manifiesta también el "derecho" de las generaciones futuras a la vida y a la preservación de la especie humana.

    No voy a pedir que copiemos el modelo americano, según el cual el derecho a procrear esta entre los derechos básicos del hombre y protegido por la Novena Enmienda, pero sí que considero que en un país socialmente evolucionado como el nuestro, el derecho a tener un hijo debería contar con todos los apoyos posibles desde la sociedad y el estado, independientemente de que para conseguirlo se tenga que recurrir o no a técnicas de reproducción asistida.

    Luego podemos debatir y legislar sobre cuáles son esas técnicas y sobre quién, cómo o cuándo puedan realizarse. Pero lo que en mi opinión queda claro es que hoy en día debería ser un derecho incuestionable al que hay que dar todo el apoyo biomédico y legal necesario.

    Y si me apuras, independientemente de ser hombre o mujer.

  • Preservación de la fertilidad por causas no médicas

    Artículo de Isabel Giménez, Ginecóloga en la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

    ¿Por qué hacerlo? ¿Cuál es la finalidad?

    La finalidad de la preservación de la fertilidad es la de criopreservar gametos con el objetivo de posponer el momento de la maternidad.
    Las causas por las que se está produciendo este retraso son que la mujer se ha incorporado de una forma muy activa a la vida profesional ocupando cada vez más puestos de responsabilidad, otra es la situación económica de la población en edad fértil y por otro lado la presencia de una pareja adecuada.
    Por todos estos motivos en los últimos años se ha incrementado la demanda de la preservación de la fertilidad como una forma de aplazar momentáneamente la maternidad sin tener que renunciar a ella.

    ¿Qué es técnica se utiliza para la preservación de la fertilidad?

    La técnica más frecuentemente utilizada es la vitrificación de ovocitos, que consiste en la estimulación de los ovarios mediante hormonas inyectables y la extracción de los ovocitos maduros a través de una punción folicular ecoguiada y bajo sedación. Una vez extraídos se vitrifican con una técnica de congelación ultrarrápida con alto contenido en crioprotectores y sin que se formen cristales de hielo, por lo que el ovocito sufre menos.
    Las ventajas que supone preservar ovocitos frente a otras técnicas como la vitrificación de embriones, es que para ésto último se precisa una pareja adecuada y que la ley no permite acumular un pool de embriones sin un destino concreto.

    ¿Quién puede hacerlo?

    Toda mujer con o sin pareja que desee llevar a cabo en un momento más adecuado la maternidad.
    La cuestión más importante sería saber hasta cuándo es aconsejable. Para ello hay que explicar el concepto de que la mujer "tiene fecha de caducidad". La mujer nace con una dotación de óvulos que se van consumiendo a lo largo de la vida, de forma que a partir de los años 35 años se produce un declive en la fertilidad femenina, dato que puede variar en función de la dotación folicular al nacimiento, factores genéticos, ambientales, tóxicos, etc. De esta forma se "aconseja" preservar la fertilidad hasta los 35-38 años. En casos de más edad es prudente explicar a la mujer las opciones reales que hay de reserva ovárica y de gestación para que conjuntamente con el ginecólogo se tomen las medidas más adecuadas.

    ¿Cuales son los resultados de la preservación de la fertilidad?

    Aunque aún faltan estudios a largo plazo para tener más datos, no se ha demostrado que existan un número mayor riesgos obstétricos ni perinatales. Y tampoco diferencias en las tasas de anomalías congénitas.

    ¿Cual es el problema de retrasar la maternidad?

    El problema es que con la edad disminuyen tanto calidad como cantidad ovocitaria, de esta forma se hacen más necesarias las Técnicas de Reproducción Asistida. La ventaja de tener ovocitos propios vitrificados frente a realizar un ciclo FIV en edad avanzada es que será más eficaz la utilización de ovocitos de menor edad vitrificados que los que hayan en ese momento. Y frente a la donación de ovocitos la ventaja es la del vínculo genético.


    Por todo lo anteriormente expuesto se recomienda que no se posponga la maternidad más allá de una edad y que en caso de querer dejarla para otro momento más adecuado tener en cuenta la opción de la vitrificación de ovocitos como una posibilidad.

  • Ponga un embriólogo en su vida

    Artículo de Antonio Urries, Biólogo y Director de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Zaragoza

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    Imaginaos una persona que cuida de vuestro bebé, lo alimenta, lo vigila día a día, hora a hora, minuto a minuto. Atiende todas sus necesidades para que pueda crecer sano y fuerte. Hasta el mimo.
    Y ahora imaginaos que esto lo hace nueve meses antes de su nacimiento. Justo en el momento que comienza su vida. Cuando no es más que un par de células en una plaquita con medio de cultivo.
    Esa persona es el embriólogo clínico y estamos hablando de un embrión en los primeros días de su desarrollo.


    Actualmente en España una de cada seis parejas en edad fértil tienen problemas para conseguir un embarazo y deben de recurrir a Técnicas de Reproducción Asistida para conseguir su sueño. Sueño que no sería posible si no fuera por el trabajo de estos embriólogos clínicos, no muy conocidos generalmente, pero que desde sus laboratorios y sin hacer mucho ruido dedican todo su conocimiento para conseguir que de la unión de dos células, un óvulo y un espermatozoide, se consiga generar todo un proyecto reproductivo.


    El embriólogo clínico suele ser un licenciado en Ciencias Biológicas (o de alguna otra rama de la biomedicina) que ha adquirido una profunda especialización en genética, cultivos celulares, fisiología, biotecnología, metodología científica y con un profundo conocimiento en bioética y legislación sobre Reproducción Asistida Humana. Máxime en un campo, como el que nos ocupa, en continuo desarrollo y con un componente emocional tan importante. Posiblemente sea el campo de la biomedicina que más rápido evoluciona y que más debates éticos, legales y filosóficos genera actualmente.
    Esto les obliga a una continua formación.


    Pero su trabajo comienza antes de recibir los óvulos y espermatozoides. Con el análisis de cada uno de los factores que pueden afectar a cada caso en particular. No hay que dejar nada al azar. A partir de allí es su responsabilidad decidir qué sistema de fecundación hay que utilizar, la necesidad o no de realizar diagnósticos genéticos, mantener los sistemas de incubación adecuados y aplicar las técnicas idóneas para cada situación. Por último, serán los que decidan qué embriones son los más adecuados para transferir y conseguir ese deseado embarazo.
    Si todo va bien estupendo. Si no, serán los primeros en analizar el caso y determinar que otras pruebas hay que realizar para profundizar en la solución del problema.


    Naturalmente en una unidad asistencial tan multidisciplinar como son las de fertilidad es importante el papel de todos y cada uno de los que la forman, pero pido en estas líneas el reconocimiento para todos los que desde sus laboratorios, y sin que muchas veces ni los veáis, consiguen que nueve meses después podáis tener esos bebés en vuestras manos.
    La próxima vez que vayáis a una Unidad de Reproducción Asistida Humana, preguntad por ellos.

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Sobre este blog

Actualmente se considera que una de cada cinco parejas en edad fértil va a tener dificultades para conseguir un embarazo. Las Técnicas de Reproducción Asistida dan solución a la mayor parte de estos problemas, pero también generan importantes debates éticos y sociales. En este blog vamos a intentar no sólo marcar las bases de las técnicas diagnósticas y terapéuticas de que disponemos actualmente sino también debatir acerca de los últimos avances que vayan apareciendo. No podemos olvidar que estamos en el Primer Siglo después de Crisper (CRISPR-Cas9)

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