Los peligros del móvil o la tablet antes de dormir

En la era digital los teléfonos inteligentes y las tabletas son la nueva forma de entretenimiento para nuestros hijos. Tanto es así que muchos de ellos saben descargar aplicaciones antes incluso de haber aprendido a pronunciar esa palabra.

Todo es bueno, pero en su justa medida, ya que el uso indiscriminado de la tecnología puede tener sus riesgos, especialmente en una función tan vital para la salud como el sueño. Nuestro cuerpo tiene un reloj interno que se encarga de regular la aparición del mismo. Este reloj, conocido como ritmo circadiano, tiene una protagonista en su función, la melatonina, una hormona soporífera que induce el sueño.

Cada día, al caer el sol, la ausencia de luz es recogida por la retina y enviada al centro del cerebro, donde se produce la secreción de la melatonina. Sin embargo, la producción de luz artificial a través de móviles o tabletas señala a nuestro reloj interno que el "día" aún perdura, retrasando la producción de melatonina y dificultando la aparición del sueño. Lo mismo sucede con las televisiones en el dormitorio y el visionado de programas antes de dormir; y no es algo que afecte solo a los niños, sino también a los adultos.

Como consecuencia de estas circunstancias, existe una mayor dificultad para conciliar el sueño. Prolongar las tareas revisando el móvil, mirando programas o jugando contribuye aún más a perder horas del necesario sueño reparador. Al día siguiente los niños tienen problemas para levantarse, se sienten fatigados y eso afecta a su rendimiento. En el peor de los casos, además, se puede recurrir a bebidas con cafeína que contribuyen aún más a separarnos del ritmo marcado por nuestro reloj interno.

Para evitar este círculo vicioso, lo más recomendable es aprender sanas costumbres sobre el sueño, evitar en la medida de lo posible que nuestros hijos usen los móviles o tabletas antes de ir a la cama y retomar la sana costumbre de leer un libro o contar un cuento. El sueño es salud.

Elaborado por la doctora Miriam Martínez, especialista del Servicio de Pediatría de Hospital Quirónsalud Valencia