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Blog del Dr. Francois Peinado. Urología. Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo

  • Cirugía de la disfunción eréctil

    Existen pocas opciones de tratamiento quirúrgico para la disfunción eréctil. El tratamiento de la disfunción eréctil tiene por objeto proporcionar a la persona una erección suficiente para mantener relaciones sexuales. La cirugía puede ser una opción si los medicamentos y la bomba de vacío no han funcionado. El tratamiento quirúrgico más habitual es el implante de pene.

    La mayoría de los médicos inician el tratamiento de la disfunción eréctil con medicamentos. Si éstos no funcionan, se suele recomendar otras terapias, como inyecciones intracavernosas que se introducen dentro del pene para provocar una erección. Si estas terapias no dan resultados satisfactorios, se valoran las opciones quirúrgicas que son el último escalón del tratamiento.

    Existen dos tipos de cirugía: los implantes de pene y la reconstrucción vascular.

    La cirugía de reconstrucción vascular se realiza rara vez puesto que tiene unas indicaciones muy específicas (casos concretos de traumatismo en el pene o en la pelvis).

    La intervención quirúrgica más habitual para la disfunción eréctil con muy buenos resultados es la colocación de una prótesis de pene. La mayoría de estos dispositivos están diseñados para inflarse para la erección y desinflarse para un estado flácido.

    Según la Asociación Americana de Urología, las prótesis de pene presentan los mayores índices de éxito y satisfacción entre las opciones de tratamiento de la disfunción eréctil.

    También debemos siempre recomendar alguna de las siguientes estrategias de cambio del estilo de vida, aparte de la medicación o la intervención quirúrgica: dejar de fumar, limitar o dejar el alcohol, aumentar la actividad física, mantener un peso corporal moderado y una alimentación saludable.

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    La cirugía de prótesis de pene es un procedimiento definitivo. Consiste en que un cirujano coloque dos cilindros, normalmente de silicona, dentro de los cuerpos cavernosos del pene para dar rigidez al pene. Existen básicamente dos tipos de implantes: maleables o inflables. Los implantes maleables son fáciles de implantar y utilizar. Son piezas únicas de silicona que una persona puede moldear con las manos para hacer que el pene esté más o menos erecto. Estos implantes proporcionan una semi erección, por lo que el pene no estará totalmente erecto ni flácido y suelen ser la mejor opción para las personas que desean un dispositivo fácil de usar.

    Los dispositivos hinchables de tres piezas constan de dos cilindros que se colocan en el interior del pene, una bomba escrotal y un depósito con suero salino que se introduce en el abdomen. Dado que proporcionan la mejor rigidez para una erección, las prótesis inflables de tres piezas representan alrededor del 85% de los que se colocan en todo el mundo con una buena tolerancia. También tienen un alto índice de satisfacción, superior al 90%. Permiten erecciones no planificadas y repetidas, por lo que las personas pueden utilizarlas siempre que lo deseen. Además, pueden durar entre 10 y 15 años de media.

    Entre los efectos secundarios de la cirugía de prótesis de pene está el riesgo de infección con tasas de infección muy bajas, inferiores al 2%. Otro es que la persona no quede satisfecha con los resultados físicos. Se pueden combinar técnicas como el alargamiento de pene durante esta cirugía. Aprender a manejar el dispositivo también lleva tiempo, por lo que hay que tener paciencia.

    La otra opción de cirugía de la disfunción eréctil es la reconstrucción vascular, cuyo objetivo es restablecer el flujo sanguíneo al pene reconstruyendo los vasos sanguíneos dañados. Esta cirugía se suele recomendar sólo a varones jóvenes con lesiones en las arterias o con anomalías congénitas. Algunas enfermedades, como la hipertensión o la diabetes, pueden provocar disfunción eréctil debido a un flujo sanguíneo insuficiente hacia el pene. En estos casos, los médicos no recomendamos la cirugía de reconstrucción vascular.

    La reconstrucción vascular puede afectar a las arterias, lo que se denomina reconstrucción arterial, o a las venas, lo que se denomina reconstrucción venosa.

    Los cirujanos pueden optar por esta última si alguna de las venas que llevan sangre al pene está dañada. Se puede optar por la reconstrucción arterial en adultos mayores con enfermedades oclusivas arteriales, en las que las mismas se estrechan. Sin embargo, sólo se recomiendan estas cirugías en casos poco frecuentes de varones jóvenes sanos cuyo flujo sanguíneo se ve interrumpido por un traumatismo físico. Muchos de estos procedimientos son realizados por radiólogos vasculares.

    Los resultados a largo plazo de este tipo de cirugía varían considerablemente. Sin embargo, puede funcionar en varones jóvenes sanos con vasos sanguíneos dañados. Además, si funciona, evita la necesidad de medicamentos, inyecciones, dispositivos o prótesis. El riesgo más importante de esta intervención es la hiperemia del glande con un aumento exagerado de aporte de sangre al glande.

    Como podemos ver, hay pocas opciones en el tratamiento quirúrgico de la disfunción eréctil, siendo la prótesis de pene, con diferencia, la solución más satisfactoria con resultados garantizados. Permite que el paciente recupere su vida sexual.


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Blog especializado en el tratamiento de los problemas de próstata y salud sexual del varón.

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