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Blog del Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas. Neurología. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

  • El impacto del TDAH sobre la lectura (II parte)

    Con la colaboración de Alberto J. Sánchez-Carmona, Jacobo Albert y Sara López-Martín (Neuromottiva. Centro de neuropsicología y psicología especializado en niños y adolescentes)Este enlace se abrirá en una ventana nueva.

    Impacto del TDAH sobre la adquisición de la lectura

    El impacto del TDAH sobre la lecturaEl impacto del TDAH sobre la lectura

    El aprendizaje de la lectura se apoya esencialmente en la madurez de una serie de destrezas o habilidades (denominadas precursores de la lectura). Entre ellos destaca el procesamiento fonológico que incluiría la capacidad para percibir, segmentar y manipular los sonidos del habla. Otro importante precursor que está además fuertemente relacionado con el conocimiento de las letras, cuyo dominio se asocia con la interiorización del principio alfabético (grafías representan fonemas). Además, resulta crítico el nivel de desarrollo del vocabulario oral de los/as aprendices, ya que facilita la equiparación del resultado de su lectura con la huella fonológica disponible. Finalmente, los estudios resaltan la velocidad de procesamiento, medida típicamente en términos de velocidad de denominación (p.e., de colores, objetos o números), como otro de los principales precursores de la lectura.

    Distintos estudios han pretendido dilucidar si la influencia de los síntomas de falta de atención sobre la adquisición de la lectura es directa o, por el contrario, a través de su impacto sobe los precursores de la lectura. En este contexto, destaca la investigación de Dally (2006) en la que, en primer lugar, se observaron efectos directos de la falta de atención sobre la lectura de palabras en primer curso, los cuales generaron un impacto negativo equiparable al originado cuando están afectados los principales precursores de la lectura. Además, el estudio encontró una notable influencia negativa de la falta de atención sobre el procesamiento fonológico, lo que terminaba impactando negativamente en la lectura de palabras. Investigaciones posteriores confirmaron la influencia directa de la falta de atención sobre la lectura de palabras cuando incluso se controlaban los efectos asociados con el nivel de desarrollo de los precursores de la lectura. Sin embargo, otros experimentos no encontraron tales efectos directos sugiriendo que la falta de atención perjudicaría la adquisición de la lectura únicamente de manera indirecta a través de su impacto negativo sobre el aprendizaje de destrezas como la conciencia fonológica o el vocabulario expresivo y receptivo. En concreto, los niños con un menor desarrollo atencional verían demorada la adquisición y consolidación de estos precursores, lo que a su vez dilataría el dominio de las destrezas de decodificación lectora. Entre otras, se ha subrayado que la falta de atención influiría de manera indirecta a la lectura a través de su impacto sobre uno de los precursores más relevantes: el conocimiento de las letras.

    Con todo, no cabe duda del importante papel que juega la falta de atención en la adquisición de la lectura. No obstante, continúa abierto el debate acerca de si su influencia es directa o indirecta. Es posible que los síntomas de falta de atención perjudiquen el desarrollo de la conciencia fonológica o del vocabulario y que esta interferencia sea la que termine impactando en la adquisición de las habilidades de lectura. Por otro lado, puede que algunas de las habilidades consideradas como precursoras de la lectura pudieran compartir factores neuropsicológicos y genéticos con el TDAH. De hecho, distintos trabajos apuntan a que el déficit en la velocidad de procesamiento sería característico de las personas con TDAH y dislexia, mientras que aquellas con TDAH y con dislexia mostrarían afectación en el control inhibitorio y en la conciencia fonológica, respectivamente.

    Impacto del TDAH sobre la decodificación lectora

    La consolidación de la lectura se fundamenta en el manejo eficiente de las reglas de conversión grafema-fonema. Conforme el lector hace uso repetido y consistente de estos procesos de decodificación fonológica, se asientan ciertas regularidades ante las que se expone con mayor frecuencia hasta que una palabra completa pasa a ser identificada de forma global. En este momento, se constituye una lectura fluida que libera recursos cognitivos que estarían disponibles para la comprensión.

    Ha podido observarse a este nivel de análisis que los niños con una mayor sintomatología TDAH muestran una menor velocidad de decodificación. Aunque puedan acreditarse mejoras en su desempeño a lo largo del tiempo, el progreso es más modesto para aquellos casos con una mayor sintomatología de TDAH. Existen también datos que apuntan a que, en los primeros cursos, los síntomas de falta de atención tienen un impacto directo sobre la lectura de palabras (vía directa de lectura), pero un impacto indirecto en la lectura de pseudopalabras (vía indirecta) a través de su influencia en la conciencia fonológica y en la velocidad de denominación. En concreto, puede que los niños con TDAH se expongan menos al lenguaje impreso que sus iguales, alterando así el desarrollo del reconocimiento de palabras. Entre los procesos cognitivos subyacentes a esta relación, se ha propuesto la implicación de la memoria de trabajo y el control inhibitorio. Estos procesos serían los responsables de controlar la interferencia ocasionada por palabras ortográficamente similares a la que está siendo leída, especialmente si esta es de baja frecuencia.

    Incluso cuando leemos correctamente palabras aisladas, una lectura madura implica que los procesos de decodificación se apliquen con la prosodia y el ritmo adecuados. De este modo, la interferencia que el TDAH pueda ocasionar sobre la fluidez lectora también cobra especial relevancia. Jacobson y colaboradores (2011) mostraron que los niños con TDAH, incluso siendo capaces de decodificar con precisión, continuaban teniendo una fluidez lectora ineficiente. Estos déficits en fluidez se asociarían a limitaciones en la velocidad de procesamiento, explicados por problemas subyacentes en diferentes aspectos del funcionamiento ejecutivo, tales como la selección de respuestas y la memoria de trabajo. En una investigación posterior este mismo grupo encontró en niños con TDAH una relación entre la fluidez lectora y la variabilidad de la velocidad de respuesta (medido a través del parámetro tau de la distribución exGaussian). De este modo, el enlentecimiento que los niños con TDAH muestran en las tareas de fluidez lectora podría vincularse con una tendencia a la distracción (cuantificada mediante el parámetro tau) que terminarían traduciéndose en una menor tasa de palabras leídas y/o en una menor precisión.

  • El impacto del TDAH sobre la lectura (I parte)

    El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en población infantil con una prevalencia mundial estimada del 5%. Presenta además una notable comorbilidad con otros trastornos entre los que destaca el trastorno específico del aprendizaje de la lectura (tradicionalmente denominado dislexia). Estudios longitudinales realizados con gemelos muestran la existencia de una relación bidireccional entre los síntomas de TDAH y la lectura con una etiología genética común en donde los síntomas de falta de atención serían los que se asociarían en mayor medida con las dificultades en la lectura. De hecho, los modelos que describen los procesos cognitivos implicados en la lectura señalan la falta de atención como uno de los principales factores que pueden retrasar o alterar el aprendizaje de la lectura por su influencia negativa en el aprendizaje básico de las asociaciones grafema-fonema, la formación de las representaciones ortográficas de las palabras o la comprensión lectora, entre otros. Además, la atención juega un papel relevante en la regulación de procesos cognitivos más generales que también están implicados en la lectura como la percepción y la memoria. Así, por ejemplo, la lectura requiere mantener la atención el tiempo suficiente como para acceder a la información contenida en el texto e inhibir las interferencias generadas por la información no relevante.

    El impacto del TDAH sobre la lectura (I)El impacto del TDAH sobre la lectura (I)

    Dada la estrecha interrelación ente la atención y la lectura resulta especialmente relevante conocer cuáles son las principales dificultades que muestran los niños (se emplea en este artículo el plural niños para referirse tanto a niños como a niñas) con TDAH en el aprendizaje de la lectura, ya que permitirá identificarlas de manera temprana y así poder incluirlas en los planes de intervención.

    TDAH y lectura: Modelos explicativos

    Distintos modelos han tratado de explicar la relación entre las dificultades lectoras y los síntomas de falta de atención. Las propuestas iniciales caracterizaron esta relación dentro de un esquema causal directo en el que uno de los dos trastornos ocasiona de manera secundaria los problemas asociados al segundo. No obstante, la evidencia disponible parece abogar por modelos explicativos más complejos y dinámicos en los que los problemas de lectura y la falta de atención serían recíprocamente causativos a lo largo del tiempo y a diferentes niveles. Utilizando estos últimos modelos distintos estudios atribuyen un mayor poder predictivo a las dificultades de atención sobre la lectura, aunque existen propuestas opuestas.

    La coexistencia de TDAH y dislexia ha generado un importante volumen de investigación, especialmente para esclarecer si el cuadro clínico resultante se explica mejor como la mera suma de los trastornos por separado o como un nuevo trastorno con un perfil neurocognitivo particular. Abordar esta interesante cuestión excede los objetivos de esta revisión, la cual se centra en conocer la influencia del TDAH en el aprendizaje de la lectura como antesala de posteriores dificultades lectoras, ya sean clínicas o subclínicas.

    Con la colaboración de Alberto J. Sánchez-Carmona, Jacobo Albert y Sara López-Martín (Neuromottiva. Centro de neuropsicología y psicología especializado en niños y adolescentes)Este enlace se abrirá en una ventana nueva.

  • ¡Eso a ti no te lo cuento que me mandas al psicólogo!

    La psicóloga Loreto Charques nos habla acerca de las reticencias que, erróneamente, tanto niños como adultos, muestran en ocasiones a la hora de acudir a un psicólogo.

    Esto mismo es lo que me dijo no hace mucho tiempo un niño que rondaría los 6 años cuando estábamos en una sesión y le pregunté qué había pasado en el recreo.

    Pues bien, no quiso decirme nada por miedo a que le mandara a esa persona tan temida por él, a esa persona a la que él sabía que te mandan si cuentas algo malo que has hecho. Suerte para mí que hasta entonces para él venir a mi consulta era ir a "Loreto" y no al psicólogo e inocentemente venía tan feliz.

    PsicólogoPsicólogo

    Esta pequeña anécdota real que cuento es para hacernos reflexionar de lo equivocados que estamos cuando nos viene a la cabeza la idea preconcebida y errónea de que al psicólogo vamos cuando estamos "locos", "enfermos" o peor aún, cuando nos creemos que somos "débiles". Este error de conceptos que algunos adultos tienen lo trasladan de manera consciente o inconsciente a los niños, los cuales crecen intentando no ir nunca al psicólogo porque eso es sinónimo de que ¡las cosas no van bien! De hecho, muchos papás me dicen en consulta: "Pero entonces, ¿qué le digo, que viene con una profesora o que viene a jugar? Es que no queremos que sepa que viene a un psicólogo". (Mi cara mejor no la describo).

    Bien, si dejamos al lado estas ideas y hacemos un hueco a este tipo de servicio y ayuda en la infancia, tendremos recorrido una importante parte de este camino que es la vida, la cual a veces nos pone algún bache por medio.

    Cuando tenemos un hijo, nos pasamos observando mes a mes que vaya cumpliendo todos los hitos del desarrollo evolutivo normal: sostén cefálico hacia los 3 meses, gateo a los 9, marcha a los 12… Después ansiamos las primeras palabras, el inicio de la lecto- escritura, etc.

    Pero ¿qué pasa cuando los niños no llevan el desarrollo o el ritmo esperado? ¿Quiénes tienen que ser los responsables de detectar los primeros signos de alarma? ¿Los padres?...

    Pues no, respuesta incorrecta. Los padres estamos cargados de amor, ilusión y responsabilidad hacia nuestros hijos, pero no tenemos un manual que nos hagan detectar (o al menos no siempre), que algo no va bien.

    Sin duda unos de los primeros agentes detectores de estas señales, son los médicos y los profesores. Estos últimos pasan muchas horas del día con nuestros hijos y son los que empiezan a sospechar que algo no va bien y ante esta duda, entramos en escena los psicólogos, gracias a sus derivaciones.

    Qué importante es poder abordar las pequeñas (o grandes) dificultades que van apareciendo en cada etapa del desarrollo. Son muchas y muy extensas así que haremos un pequeño resumen de lo más relevante:

    • En la etapa de guardería, etapa que va de los 0 a los 2 años. En estos pequeños diablillos podemos ir detectando ciertos retrasos madurativos, problemas de motricidad, dificultades para expresarse y/ o comprender órdenes sencillas, así como aspectos más relacionados con la irritabilidad, la frustración o problemas de inquietud motora.
    • En la etapa de infantil de 3 a 5 años, comenzamos a detectar los retrasos del lenguaje, dificultades con el habla, con la coordinación, dificultades para aprender conceptos básicos como son los colores, las formas o los números, así como podríamos empezar a vislumbrar baja capacidad para mantener la atención o dificultad para estar sentado en una silla.
    • En la etapa de primaria de 6 a 12, ya es cuando podemos detectar y diagnosticar entre los más comunes: los trastornos del aprendizaje (lectura, comprensión lectora, escritura, cálculo, razonamiento numérico); trastornos por déficit de atención con/ sin hiperactividad; trastornos motores (coordinación, estereotipias, tics…); trastornos de la comunicación (fonológico, tartamudeo); trastornos del espectro autista; discapacidades intelectuales.
    • Etapas de Secundaria y Bachillerato: aquí ya las consultas más demandadas son las relacionadas con los problemas de conducta, las adicciones, así como temas de índole más emocional como es la ansiedad y depresión, entre otros.

    Como hemos comentado anteriormente, esto son solo algunos de los aspectos que valoramos, diagnosticamos y tratamos los psicólogos de la mano de los neurólogos y los neuro pediatras. Problemas y dificultades que cogidas a tiempo con un buen diagnóstico y con una intervención temprana y adecuada para cada caso, suelen tener un pronóstico muy favorable.

    Por tanto y, para terminar, os animo a todos los que lo necesitéis, a dejar atrás los tabúes que arrastra la palabra psicólogo, ya que al igual que cuando nos duele una muela vamos al dentista o cuando nos duele la espalda vamos al fisio..., digamos con la misma naturalidad y seguridad: ¡"Estoy yendo al psicólogo"!

    Te invito a pasar…

    www.centropsicologicoloretocharques.comEste enlace se abrirá en una ventana nueva

  • Sobre los videojuegos: niños, adolescentes y familias en el siglo XXI

    Los videojuegos (también conocidos como juegos de ordenador o juegos electrónicos) han despertado el interés científico desde su adopción generalizada como actividad recreativa en los ochenta. Las primeras investigaciones se centraron en las consecuencias nefastas del contenido violento de algunos videojuegos y en el desarrollo de un uso excesivo o adictivo por parte de los jugadores. Es obvio que los llamados gamers desarrollan síntomas clínicamente significativos similares a los de la adicción, como pérdida de control y deterioro del funcionamiento individual, social y ocupacional. Además, parecen afectarse de forma biológica las zonas cerebrales típicas involucradas en las adiciones (estriado ventral, núcleo accumbens, la amígdala del lóbulo temporal, estructuras del lóbulo frontal como el cíngulo anterior o la corteza orbitofrontal, entre otras) y neurotransmisores (sobre todo, aunque no exclusivamente, la dopamina).

    (En el próximo post, hablaremos de los mecanismos de adicción a internet y a los videojuegos)

    videojuegosvideojuegos

    Los cambios recientes en los videojuegos han vuelto a producir, pues ya se objetivaron problemas con las máquinas recreativas de los años 80, problemas cualitativamente nuevos. Una innovación crucial es la introducción de opciones de compra digital en los videojuegos, llamadas micro transacciones, que permiten a los jugadores comprar bienes virtuales dentro de los juegos, generalmente por pequeñas cantidades de dinero. Por si fuera poco, se han integrado cada vez más en los videojuegos, como micro transacciones, fórmulas similares a las de las máquinas tragaperras. En este sentido, la llamada "caja del botín" es un artículo virtual consumible en el juego, que puede comprarse con dinero real, aunque también puede obtenerse en el juego como una recompensa sin gasto, siempre y cuando el jugador dedique mucho tiempo. Ésta comprende una selección aleatoria de artículos virtuales adicionales con una baja probabilidad de obtener los "deseados". Aunque oficialmente estos artículos virtuales no tienen valor monetario en el mundo real, los artículos "deseados" brindan a los jugadores ventajas competitivas, o bien son muy elogiados dentro de la comunidad de jugadores debido a su rareza, lo que aumenta el estatus social de su propietario. Las micro transacciones han suscitado preocupación por los costos económicos en que incurren los niños y adolescentes, mientras que los mecanismos de juego, como las cajas de botín, evaden las regulaciones y promueven la adicción al juego entre menores de edad.

    Como consecuencia de este problema, varios países han tomado medidas reguladoras. Por ejemplo, Bélgica recientemente prohibió las cajas de botín sobre la base de que violaban la legislación sobre juegos de apuestas.

    Ver: https://www.bbc.com/news/technology-43906306Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Las autoridades autor reguladoras en las industrias de videojuegos occidentales también han introducido avisos para informar a los jugadores sobre la presencia de artículos aleatorios pagados.

    Ver https://pegi.info/news/pegi-introduces-feature-noticeEste enlace se abrirá en una ventana nueva

    Sin embargo, el sector del juego, en constante cambio, genera importantes ingresos y podría verse motivado a evadir la legislación para aumentar los márgenes de beneficio, una posibilidad sobre la que cabe prestar una constante atención. Estos nuevos cambios en la forma de jugar, aunque no tan nuevos si recordamos las máquinas recreativas de los ochenta, generan nuevos desafíos para los padres y las familias, así como para los médicos. Los informes de los medios de comunicación sobre niños que "se enganchan" e incurren en costos excesivos en los videojuegos sin el permiso de los padres, han aumentado drásticamente desde dicho aumento de la monetización en los videojuegos.

    Ver: https://nypost.com/2020/12/12/this-6-year-old-racked-up-over-16k-on-his-moms-credit-card/Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Los estudios de investigación que analizan muestras de adultos, muestran consistentemente que aquellos que gastan grandes cantidades en juegos, padecen en su mayoría ludopatía o juego patológico.

    Ver https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0747563219302468?via%3DihubEste enlace se abrirá en una ventana nueva

    Además, las cajas de botín en los videojuegos pueden actuar como una puerta de entrada a la ludopatía, particularmente en los jóvenes, aunque esta lógica hipótesis no esté aún contrastada en buenos estudios científicos. Antes de la popularización de las micro transacciones, las cajas de botín del mundo real, como las tarjetas coleccionables, han suscitado preocupaciones similares con respecto a las propiedades adictivas. Sin embargo, la relativa escasez de investigación sobre el mecanismo de juego ha dado como resultado un éxito limitado en la aplicación de las regulaciones sobre ventas y anuncios.

    Ver: https://www.liebertpub.com/doi/10.1089/glr.2004.8.310Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Por lo tanto, cabe subrayar la necesidad de actualizar y desarrollar más investigación en torno a las cajas de botín digitalizadas y otros mecanismos más que probablemente dañinos de los videojuegos, en particular porque pueden ser accesibles para los grupos más vulnerables. De cara a facilitar las regulaciones, precisamos de estudios representativos internacionales a gran escala para generar conocimiento sobre la prevalencia, los predictores y las consecuencias para la salud de los niños que incurren en cargos no deseados (sobre todo para sus padres) dentro de los videojuegos. Si las compras dentro del juego se vuelven cada vez más comunes, es necesario cuantificar no solo si, sino también cómo, cuándo y por qué el gasto se vuelve indeseable o problemático.

    Además, se deben explorar las consecuencias para las familias, que podrían incluir estrés de los padres, peor calidad de la relación entre padres e hijos, así como conflictos familiares, además de importantes cargas financieras, especialmente para aquellos con dificultades económicas preexistentes. Los factores de protección (p. ej., el conocimiento de los padres sobre el juego de los niños) también representan un importante foco de investigación.

    Ver: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0306460316301101?via%3DihubEste enlace se abrirá en una ventana nueva

    Es más, aunque la mayoría de los niños no suelen gastar grandes fortunas en las cajas de botín, esta premisa se opone a un principio básico de la epidemiología clínica, según el cual los problemas clínicamente evidentes suelen afectar a una minoría de la población expuesta, pero aún conllevan una carga sustancial para quienes se ven afectados y, por lo tanto, para la sociedad en general.

    Ver: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35752819/Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Además, incluso si los padres pueden permitirse las micro transacciones de un niño, éstas aún pueden ser problemáticas si no se descubren las compras no deseadas y los padres no abordan los comportamientos problemáticos de forma precoz. Dado que los pediatras, neurólogos y psiquiatras infanto-juveniles (que deben guiar a los padres para que reconozcan, comprendan y manejen los daños potenciales asociados con la exposición a las cajas de botín y otros trucos de los videojuegos) reciben regularmente quejas familiares sobre el manejo adecuado de los gastos no deseados de los niños en los videojuegos, existe una necesidad urgente de desarrollar, difundir y evaluar estrategias clínicas para apoyar a las familias. En casos graves, los gastos no deseados pueden indicar una ludopatía o juego patológico de inicio temprano, que probablemente persistirá y se intensificará a lo largo de la edad adulta, lo que tendrá un impacto negativo en todas las áreas de la vida (personal, social, ocupacional, recreativa, etcétera).

    Desafortunadamente, se cree (ver enlaces previos) que la industria del juego está utilizando intencionalmente técnicas depredadoras para aumentar las ganancias. Cuando se trata de compras dentro de la aplicación, la industria del juego parece apuntar a personas con menor autorregulación, lo que hace que los niños sean especialmente vulnerables.

    Ver: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35569619/Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Dado que el contexto familiar juega un papel fundamental para ayudar a los niños a desarrollar dicha autorregulación, las estrategias clínicas deben centrase en la familia. Además, desde una perspectiva de salud pública, la psicoeducación para padres respecto a la exposición de los niños a las micro transacciones, es fundamental para tomar decisiones informadas y regular los hábitos de gasto, base para cimentar autorregulación y los límites necesarios para evitar gastos problemáticos y, potencialmente, para promover la responsabilidad financiera. Para abordar de manera efectiva los desafíos anteriores, los investigadores deben considerar las características de las compras dentro de la aplicación y las funciones de juego, incluido cómo funcionan estos mecanismos, cómo se involucran los niños y quiénes son los más vulnerables.

    El conocimiento de los padres representa otra área clave de estudio, ya que facilitará métodos de prevención efectivos. Además, los legisladores deben intentar que la industria del juego actúe de forma juiciosa para abogar por el bienestar de los niños y las familias, y la sostenibilidad del juego responsable, evitando la posibilidad de las compras dentro del juego para ayudar a los padres a regular el uso de Internet y el tiempo de pantalla de sus hijos.

    Además, existen tratamientos psicológicos y psicofarmacológicos prometedores para las adiciones tecnológicas: los estimulantes, los antidepresivos y las terapias cognitivo conductuales pueden ser efectivas, y deben llevarse a cabo en los casos pertinentes.

    Ver: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35792965/Este enlace se abrirá en una ventana nueva

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