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Blog del Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas. Neurología. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y ansiedad

TDAH y anisedadTDAH y anisedad

Los trastornos de ansiedad son los problemas psicológicos más diagnosticados en niños y adolescentes españoles y los de mayor demanda asistencial.

Si hablamos de adolescentes, la prevalencia de cualquier trastorno de ansiedad según los datos de la entrevista diagnóstica del suplemento para adolescentes de la encuesta nacional estadounidense de comorbilidad (NCS-A), el 30% de los adolescentes tiene algún trastorno de ansiedad (algo menos del 10% de ellos presentan una ansiedad muy grave)1.

La prevalencia de cualquier trastorno de ansiedad entre los adolescentes es mayor en las chicas (casi el 40%) que en los chicos (25%)1.

Pero lo más importante, para empezar, sería definir "qué es" la ansiedad. Hay gente que confunde ansiedad con "inquietud", o que utiliza el término "nervioso" para calificar tanto a chavales con ansiedad como a aquellos con hiperactividad, cuando son dos categorías de síntomas diferentes, que eso sí, pueden cursar a la vez, aunque el tratamiento de cada una es diferente.

El miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, mientras que la ansiedad es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura. Como dice el manual DSM, del que ya hablaremos, es evidente que ambas respuestas se solapan, aunque también se pueden diferenciar, estando el miedo frecuentemente asociado a la defensa o la fuga, pensamientos de peligro inminente y conductas de huida, y la ansiedad está más a menudo asociada con tensión muscular, el miedo a un peligro futuro y los comportamientos cautelosos o que evitan (evitativos) el enfrentamiento a ese peligro real o irreal.

Hemos curioseado en el diccionario de la Real Academia Española De La Lengua. Éste nos dice que la ansiedad es una "angustia", que puede (o no) acompañar a "muchas enfermedades", que impide el "sosiego" (esto es: quietud, tranquilidad, serenidad) a quien la padece. Se entiende en este contexto la "angustia" como una aflicción, un temor opresivo sin causa precisa, una sensación de opresión en la región torácica o abdominal ("sofoco").

Como vemos, el diccionario de la RAE es bastante difuso y poco concreto en sus múltiples definiciones, pero al menos nos deja claras tres cosas: 1) no hay un solo tipo de trastorno de ansiedad, 2) la ansiedad se manifiesta a través de múltiples síntomas, muchos de ellos físicos (dolor abdominal, dolor de cabeza, opresión torácica, contractura de trapecios y otros músculos del cuello, náuseas, vómitos, etcétera), y 3) la ansiedad impide estar tranquilo, sosegado, calmado, lo que hace sufrir, siendo, por lo tanto, un tostón soportarla.

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad. Todos se recogen en un manual llamado DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition), que es donde se codifican los diferentes problemas que pueden afectar a la mente2. Los más frecuentes son: trastorno de ansiedad por separación, fobia específica (por ejemplo, a una situación, a un animal como perros o avispas, a un entorno natural, a la visión de la sangre, inyecciones, heridas o lesiones, etcétera), trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico, agorafobia y el trastorno de ansiedad generalizada, pero hay más. Por otra parte, tendríamos un tipo de trastorno de ansiedad especial que llamamos trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) relacionado o no con tics y otros trastornos relacionados2.

COMORBILIDADES: TDAH

El trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) y los trastornos de ansiedad se encuentran entre los trastornos más comunes en niños y adolescentes, pero además la tasa de comorbilidad (esto es, el porcentaje de pacientes que tienen ambos diagnósticos a la vez) es del 25% entre sí3.

Los trastornos de ansiedad pueden cambiar sustancialmente la presentación, el pronóstico y el tratamiento del propio TDAH. En la infancia o la adolescencia, la presencia de un trastorno de ansiedad generalizada podría alterar, en el día a día, la impulsividad típica del TDAH, dificultando el diagnóstico de este último al actuar la ansiedad como un factor de "despiste"3. Además, la ansiedad puede aumentar el déficit de la memoria de trabajo, muy frecuente en el TDAH, así como aumentar la presencia de problemas de sueño. Las personas con TDAH y trastornos de ansiedad comórbidos se beneficiarían de intervenciones farmacológicas psicosociales o adyuvantes complementarias a la psicoterapia de la ansiedad. Además, los pacientes con ansiedad elevada pueden responder, sobre todo inicialmente, con cierta irritabilidad a los fármacos estimulantes, por lo que conviene adoptar una especial precaución (la mayoría de estudios documentan que con el tiempo los efectos son más beneficiosos que prejudiciales, pero al principio pueden existir problemas)4, de ahí la importancia del diagnóstico de ambas entidades, de hecho, de todas aquellas que puedan estar presentes en un mismo paciente3.

En conclusión: el mejor tratamiento es un buen diagnóstico, si sólo diagnosticamos una parte de los problemas, probablemente cualquier tratamiento que efectuemos será inefectivo.

Próximamente trataremos estos temas con mayor profundidad en este BLOG, gracias a todos por leernos.

BIBLIOGRAFÍA

1. Kessler RC, Chiu WT, Demler O, et al. Prevalence, severity, and comorbidity of 12-month DSM-IV disorders in the National Comorbidity Survey Replication. Arch Gen Psychiatry 2005; 62:617-27.

2. American Psychiatric Association. DSM-5 : Diagnostic and statistical manual of mental disorders. 5th ed ed. Washington: American Psychiatric Publishing, 2013, p.XLIV, 947 p.

3. D'Agati E, Curatolo P, Mazzone L. Comorbidity between ADHD and anxiety disorders across the lifespan. Int J Psychiatry Clin Pract 2019:1-7.

4. Kritchman M, Koubi M, Mimouni Bloch A, Bloch Y. Effect of Methylphenidate on State Anxiety in Children With ADHD-A Single Dose, Placebo Controlled, Crossover Study. Front Behav Neurosci 2019; 13:106.

Comentarios
  • Andres
    sábado 14 de septiembre de 2019
    Buenas tardes, deje Elvanse 70mg porque me daba mas ansiedad de la debida y sobre todo apatìa extrema, volví con Rubifen y me funciona bastante bien pero se queda corto en horas.
    ¿Seria beneficioso seguir con Rubifen sin sobrecargar las dosis máximas o a partir de un par de dìas continuar con Elvanse a ver si puede funcionar mejor que al principio dejando apartado Rubifen?
    Gracias de antemano.
    También pienso que el efecto de Elvanse podría ser debido por no haber ajustado la dosis de 70mg porque al principio funcionaba bien,pasaron días y vino esa apatía y depresión. De no ser de esa manera..
    También he pensado en empezar por la mañana con Rubifen20mg y Elvanse70mg y ver si me funciona mejor pero a la vez podría ser demasiada dosis.
    Dr. Daniel Martín
    17/09/2019

    Gracias por su comentario Andrés.

    ¿No es posible que su dosis sea más baja -quizá 50mg-, y más le produzca irritabilidad y/o ansiedad? En todo caso deberíamos de revisar adecuadamente su situación. Si desea una cita puede escribir a amaceirafer@gmail.comEste enlace se abrirá en una ventana nueva.

    Un saludo,


  • Maria
    jueves 21 de noviembre de 2019
    Buenas tardes,

    No se si podrían aclararme una duda, en primer lugar padezco Tdah y mi tratamiento actual es Elvanse 70mg, me lo han diagnosticado a los 25 años y después de muchas idas y venidas y muchos años de sufrimiento, finalmente recurrí a lo privado con un diagnostico de depresión segun la SS y tomando Fluoxetina 20mg/día, el Doctor consideró que lo que me ocurría no era depresión y que todo era a causa del trastorno (la realidad es que no había experimentado gran mejoria despues de varios intentos con Fluoxetina y terapia psicologica cognitivo-conductual que nunca conseguía llevar a cabo) así que me retiró la Fluoxetina y comenzamos con Rubifen, que no resulto bien, para después pasar a Elvanse; finalmente en la SS me corroboran el diagnostico de Tdah, es ahí cuando comienzo a sentirme un poco mas animada, aunque a día de hoy diría mas bien consolada y esperanzada, pues paso a paso voy viendo como puedo retomar mi vida academica, cosa que me generó bastante ilusión y como desaparece esa inquitud que me mataba... pero a día de hoy después de unos 4 meses con el tratamiento de forma interrumpida por el coste, y desde hace un mes ya tomandolo a diario, sigo notando que mi animo es muy bajo, que practicamente nada me genera ilusión, sigo sintiendome muy inferior al resto de personas, y las criticas con las que todos tenemos que convivir me suelen hundir bastante... ¿Es probable que siga padeciendo una depresión? Si es así, ¿Debería esperar que esto mejore con el tiempo? Volveré a acudir a un especialista, aunque esta vez por motivos de logistica tendrá que ser otro diferente al que me atendió y ya empiezo a pensar que no estoy expresando bien mis sentimientos... Gracias de antemano!!
    Dr. Daniel Martín
    3/12/2019

    Gracias por su comentario María.

    Por ejemplo, la Dra Sonia López Arribas en Calle del Pinar, 15, 28006 Madrid es muy buena especialista en el problema que me comenta. Puede contactar con ella en el teléfono 91 431 49 70.

    Un saludo,


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