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Blog de Isabel Campos, nutricionista del Centro Médico Quirónsalud Toledo

  • Embarazo y alimentación

    Consejos para mejorar tu alimentación durante este periodo vital

    Embarazo y alimentacion. Servicio Nutrición Quirónsalud ToledoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoEmbarazo y alimentacion. Servicio Nutrición Quirónsalud Toledo

    El estado nutricional de la mujer tanto antes como durante el embarazo es clave, ya que se trata de una etapa vital para el correcto desarrollo del feto. Por ello es importante plantearse seguir una alimentación variada, equilibrada, completa y suficiente.

    3 consejos para potenciar la alimentación durante este periodo:

    • Aumentar el consumo de frutas y verduras para cubrir las necesidades de vitaminas y minerales
    • Consumir pescado 3-4 veces a la semana, especialmente azul, por su contenido en omega 3 y otros nutrientes ayudaran al correcto desarrollo del feto.
    • Aumentar el consumo de cereales integrales y legumbres.

    Estas sencillas recomendaciones, además de muchas otras relacionadas con la elaboración y manipulación o con el consumo de determinados alimentos, ayudarán a llegar al aporte necesario de minerales como el yodo, zinc, ácido fólico, calcio y hierro, y de vitaminas como la A, D, C, B6 y B12.

    Aprender a llevar una alimentación variada, equilibrada, completa y suficiente puede resultar frustrante a veces. Por eso, no dudes en consultar con un profesional que te ayude a hacer estos cambios de alimentación en esta etapa tan importante en tu vida.

  • Cuidado con idealizar las dietas

    ¿Qué sucede cuando vamos a un Dietista-Nutricionista a ponernos a dieta y éste nos planifica qué comer en cada momento? dependencia de la dieta_consejos nutrición Quironsalud ToledoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextodependencia de la dieta_consejos nutrición Quironsalud Toledo

    Pues lo que suele suceder es que idealizamos el control, lo que nos genera una falsa seguridad y acabamos alimentando primero a la culpa cuando no seguimos esa pauta ("Me estoy saltando la dieta"), luego a la preocupación ("Voy a engordar si no hago lo que me marcan" y, por último, a la autoexigencia ("No lo estoy haciendo del todo bien").

    Es decir, que estamos alimentando nuestras inseguridades sobre la alimentación y, aún más, las creencias hacia nuestra manera de enfrentarnos a situaciones complejas de conciliación familiar, social, laboral y nuestras necesidades personales.

    En consulta me encanta hablar de que, a pesar de que tener un menú semanal puede estar muy bien para orientarnos y organizarnos, también se puede tener una alimentación saludable desde la improvisación y la flexibilidad. Es más, considero muy importante poder ser capaz de improvisar a la hora de cocinar, comprar y socializar alrededor de la mesa.

    Ambos conceptos, alimentación saludable e improvisación, son compatibles, a pesar de lo que nos han hecho creer lo contrario.

    Para sentirnos autorrealizados a la hora de improvisar, necesitamos trabajar diferentes aspectos, como por ejemplo, las razones del porqué y el para qué, y cómo comemos. Importante también tener recursos y estrategias para hacer la compra, tener una despensa y un fondo de despensa saludable, además de recetas e ideas simples de comidas.

    Obviamente, lo más fácil es seguir un papel que alguien ha elaborado para que te diga qué comer y así no tengas que pensar, pero lo que es aún más difícil es aprender a dejar de depender de ese papel el día de mañana, cuando has pasado una larga temporada en modo "hoy me toca en la dieta", para sentir que lo haces bien.

  • Caries y alimentación

    Cómo condiciona nuestra alimentación nuestra salud bucodental

    caries y alimentacion_ Servicio Nutrición Quirónsalud ToledoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextocaries y alimentacion_ Servicio Nutrición Quirónsalud Toledo

    La salud bucodental es parte de la salud en general. Subestimamos la importancia de nuestra boca y dientes y cómo condiciona nuestra alimentación y nutrición, hasta que aparecen síntomas, como cuando evitamos comer alimentos fríos, calientes o nos duelen cuando comemos sólidos. La alimentación juega un papel importante, pues una mala alimentación puede favorecer el riesgo de sufrir caries, entre otras enfermedades periodontales.

    Existen muchos factores que favorecen la aparición, como son:

    • Los microorganismos: Las bacterias que contribuyen a la aparición de caries son los streptococcus mutans, que se pueden transmitir de persona a persona a través de la saliva. Estos microorganismos se encuentran en la placa y en el ambiente de la boca.
    • La susceptibilidad individual: Hay personas más susceptibles a padecer caries por cómo tienen colocados los dientes, la composición y la cantidad de saliva, etc. La saliva se encarga de arrastrar los restos de comida de la boca. Hay personas que producen menor cantidad de saliva. Esto puede ser hereditario o consecuencia de algún medicamento que toman o simplemente porque no beben suficiente agua durante el día.
    • El tiempo: Cuanto más tiempo pasamos sin lavarnos los dientes, el tiempo de contacto con los restos de los alimentos es mayor y, con ello, mayor es el riesgo de caries. Irse a dormir sin lavarnos los dientes es una mala práctica que promueve la formación de caries, no solo porque dejamos restos de alimentos entre los dientes durante hasta ocho horas, sino porque además, el flujo de saliva es menor mientras dormimos. Por eso, los niños que se quedan durmiendo con el biberón, el zumo o con el chupete impregnado en miel en la boca, tienen más riesgo de caries.
    • Alimentos que favorecen las caries: La aparición de caries depende del tipo de alimentos que comemos. Todos sabemos que los alimentos azucarados son los causantes de las caries, pero es mucho más que eso. El azúcar es un hidrato de carbono fermentable, eso quiere decir que se utiliza fácil y rápidamente por las bacterias de la boca. Al descomponerse estos azúcares en la boca, se produce ácido y provoca que el pH de la placa baje (por debajo de 5.5). Con un pH bajo, el esmalte de los dientes comienza a disolverse y se forma un entorno ideal para que aparezcan caries.

    Pero se ha observado que el número y la frecuencia de las comidas, la consistencia y la textura influyen más que la composición de los alimentos.

    Hay alimentos que hacen que el pH de la boca descienda con más facilidad que otros. Esto es lo que llamamos acidogenicidad, pero no necesariamente quiere decir que los alimentos más "acidogénicos", sean los más peligrosos. También depende de si es muy viscoso o pegajoso. Generalmente los alimentos más peligrosos son los que tienen azúcares fermentables y además son muy pegajosos como las galletas, las frutas desecadas, las mermeladas y las golosinas.

    Las bebidas azucaradas, refrescos o zumos azucarados aunque no se quedan mucho tiempo en la boca, se consumen con frecuencia, lo que promueve que se generen ácidos de forma constante, por lo que el riesgo de caries es alto.

    El pan, las galletas, los dulces, los pasteles, las rosquillas, y la bollería provocan que el ácido persista más tiempo ya que se combinan los azúcares fermentables con el almidón de las harinas. Por eso se recomienda consumirlos moderadamente, y mejor durante las comidas, cuando el flujo de saliva es mayor.

    Pero también hay alimentos que protegen de las caries: Las carnes, pescados y huevos no son utilizados por las bacterias de la boca, por lo que no promueven la formación de caries. Existen sustancias que protegen de las caries y se pueden comer en cualquier momento ya que hacen que salivemos más, aumente el pH de la boca, "ataquen" a las bacterias de la placa o remineralicen los dientes. Estos alimentos son:

    • El queso como el cheddar o gruyere, ya que tiene calcio y fósforo. Además, tienen ácidos grasos y otras sustancias que atacan a las bacterias de la boca.
    • La leche, pues posee componentes protectores (caseína y lactoferrina) además de minerales, que atacan a las bacterias y remineralizan los dientes.
    • Los chicles. Masticar chicle después de comer, neutraliza la acidez del pH porque hace que salivemos más. Pero esto no quiere decir que podamos sustituirlo por el cepillado de dientes. Además, si desechamos el chicle demasiado pronto no nos protegerá, como mínimo debemos masticarlo durante 15-20 minutos para que tenga efecto.
    • El té verde, gracias a que tiene flúor, protege la placa, y los polifenoles hacen que salivemos más y atacan a las bacterias de la placa.
    • Otros alimentos como la sal, los vegetales y las frutas. También alimentos con mucho calcio, vitamina D y fósforo (como el pescado azul, la soja, las legumbres) y alimentos con alto contenido en flúor como el agua, té negro o el pescado.

    Para cuidar tu salud bucal, ten en cuenta estas recomendaciones, y no te olvides de visitar a tu dentista, ya que hay que cuidar los dientes, ¡que son los únicos que tenemos!

  • ¿Eres más de unas Navidades del todo o de unas Navidades del nada?

    Desde el punto de vista de buenos hábitos y nutrición, entre estas dos opciones de Navidades, existe la escala de grises. Es posible tener unas Navidades saludables.

    Navidades_saludables_Nutrición_Quirónsalud_ToledoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoNavidades_saludables_Nutrición_Quirónsalud_Toledo

    A finales de noviembre, la frase "se acercan unas fechas muy complicadas" es reincidente en consulta de Nutrición. Y es que, como cada año, se acercan las Navidades, algo que, para muchos, es sinónimo de excesos y falta de fuerza de voluntad para seguir las pautas de buenos hábitos o esa dieta (a veces demasiado estricta para alcanzar resultados rápidos) que han comenzado hace unos meses.

    Al contrario de la creencia popular, se pueden tener unas Navidades saludables, ya que todo depende de cómo lo enfoquemos y nuestras expectativas.

    En mi consulta hablo de que existen dos tipos de Navidades: las "Navidades del todo", y las "Navidades del nada". Las Navidades saludables se encuentran en medio de estas dos.

    "Las Navidades del todo" suelen ser estrictas, en las que el afán de no coger peso o controlar lo que comemos nos lleva a restricciones y compensaciones, como por ejemplo saltarnos comidas. Este control excesivo nos genera malestar y ansiedad, pues estamos expuestos a toda esa comida que nos apetece comer sin miramientos, pero que nos prohibimos por miedo a descontrolar.

    Y así, dejamos de disfrutar de las fiestas, pues un día comemos un poco más de lo que nos queríamos permitir y el malestar y la culpa aparecen. Nuestras altas expectativas de aguantar y controlar los impulsos de comer, nos lleva a un pensamiento y una decisión muy particular: "para sufrir y no hacerlo bien al 100%, mejor lo dejo", precipitándonos a posponer el autocuidado y mantenimiento de buenos hábitos para después de las fiestas, lo que nos lleva a pasar a las "Navidades del nada".

    A "las Navidades del nada", que muchas veces suelen ser sinónimo de descontrol, excesos, atracones, etc., les rodea un sentimiento de culpa por no "hacer bien las cosas" y apatía. Son las Navidades de "mejor en enero". Dejar los buenos hábitos a la señal del primer síntoma de malestar por comer un poco más de lo esperado, viene como consecuencia de las altas expectativas y provoca un intento de control y restricción que genera más deseos de todo lo que nos prohibimos.

    Pero entre estas dos Navidades de "blanco y negro", existe una escala de grises, unas Navidades flexibles e individualizadas para para persona, pues cada uno se encuentra en un momento diferente con respecto a su cambio de hábitos y a su salud.

    En general, las Navidades flexibles se caracterizan porque nos permitimos comer y disfrutar a la vez, sin que esto se convierta en un descontrol con la comida. Para aprender a tener unas Navidades flexibles necesitamos:

    1. Identificar y atender de forma coherente nuestras sensaciones de hambre y saciedad
    2. Priorizar los alimentos más nutritivos frente a los de consumo esporádico o superfluos.
    3. Priorizar el consumo de agua, frente al del alcohol y otras bebidas con azúcar añadido.

    Si entendemos que no es cuestión de cohibirse o aguantarse con la comida, sino ser conscientes del porqué, cómo y cuánto estamos comiendo, será mucho más sencillo mantener el hábito saludable que hemos estado trabajando estos meses anteriores. Si conseguimos cambiar uno o dos hábitos estas Navidades, estaremos dando un paso más para que las Navidades que viene, sean igual o más saludables.


  • Frutas y verduras de otoño

    Con la llegada del otoño también lo hacen muchas verduras y frutas. En este articulo os presentamos 5 frutas y 5 verduras de esta temporada, con consejos y características para tener en cuenta a la hora de incluirlas en nuestra alimentación. frutas_verduras_servicio_nutricion_quironsalud_toledoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextofrutas_verduras_servicio_nutricion_quironsalud_toledo

    Frutas:

    1. Caqui: Un caqui aporta el 46% de Vitamina C del día. Contiene dos tipos de fibra, una soluble, pectina y mucílagos, que otorgan esa consistencia a la pulpa, y una buena cantidad de fibra insoluble. La pectina y los mucílagos facilitan el tránsito intestinal por lo que puede ser un buen aliado en caso de estreñimiento.
    2. Chirimoya: La piel se oscurece y la pulpa se vuelve amarillenta cuando madura. Pensamos que el plátano es el rey del potasio, pero la chirimoya tiene bastante alto el valor de este mineral. También contiene vitamina C como otras frutas de esta época. Mantener a temperatura ambiente.
    3. Granada: Alto contenido en vitamina C, potasio y vitaminas del grupo B. Los taninos presentes en la granada proporcionan esa sensación áspera en el paladar y en la lengua.
    4. Kiwi: Un kiwi cubre el 85% de los requerimientos de vitamina C del día. Alto en fibra, el kiwi verde puede ser incluso una buena opción para personas que sufren de Síndrome de Intestino Irritable.
    5. Mandarina: Aunque su contenido en vitamina C es menor que en la naranja, la mandarina es una buena fuente de esta vitamina. También contiene provitamina A y criptoxantina (caroteno), compuestos que además de transformarse en vitamina A en nuestro organismo, tienen propiedades antioxidantes. Mantener a temperatura ambiente y evitar congelar.

    Verduras:

    1. Alcachofa: Rica en potasio, fósforo, cobre y zinc. Gracias a las fibras que contiene mejora el tránsito intestinal. Elegir carnosas y pesadas, con las hojas apretadas y muy verdes. En la nevera se mantienen bien durante unos 5 días siempre que estén enteras.
    2. Calabaza: Contiene una cantidad moderada de fibra y es muy rica en vitamina A y carotenos, vitaminas del grupo B, C y E. Elegir aquellas sin imperfecciones en la piel y con corteza brillante. Conservar en un sitio fresco y seco, si se vende en porciones o cortada, hay que asegurarse que está refrigerada.
    3. Coliflor: Alto contenido en vitamina C. La fama de que genere mucha flatulencia y mala digestión se debe al tipo de fibra que contiene y los compuestos azufrados. Mantener en la nevera, envuelta en un plástico perforado, así se puede mantener durante una semana, y solo lavarla cuando se vaya a preparar.
    4. Col lombarda: Alto valor en fibra, ácido fólico y en vitamina C. Como la coliflor, los compuestos azufrados y la cantidad de fibra son los causantes de que a veces produzcan gases e indigestión.
    5. Brócoli: Se recomienda cocciones cortas y con poca agua, como al vapor, para tratar de mantener lo máximo posible su contenido alto en vitamina C y del grupo B. Un color más amarillento puede dar un sabor más amargo. Se puede conservar durante 5 días en el frigorífico en una bolsa de plástico perforada.
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