Enfermedad vascular periférica y tabaco

Existe un aumento del riesgo de entre cuatro a seis veces superior para el desarrollo de enfermedad vascular periférica en los fumadores frente a los no fumadores, con una relación dosis-efecto: más riesgo cuanto más tiempo y cigarrillos se fuma.

Abandonar el hábito de fumar reduce de manera significativa la incidencia, mejora el pronóstico y disminuye a la mitad la probabilidad de desarrollar complicaciones.



La enfermedad puede afectar a diversas arterias como las renales, intestinales, de miembros inferiores, etc.



El adelgazamiento y dilatación de las paredes de la aorta constituyendo un aneurisma es más frecuente en fumadores. Los aneurismas pueden romperse, causando una gran hemorragia interna.

Dejar de consumir tabaco reduce el riesgo de desarrollar aneurismas, y disminuye la probabilidad de desarrollar complicaciones una vez que el aneurisma ya se ha establecido.