Menos del 10% de las personas que tienen apnea del sueño están diagnosticadas y reciben tratamiento, según ha indicado hoy Isabel Ordóñez, especialista del servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, que ha destacado que dormir las horas necesarias, utilizar una postura adecuada, evitar el alcohol y el tabaco y hacer ejercicio moderado son las medidas más efectivas para controlar esta enfermedad.

La especialista ha explicado que la apnea del sueño es una enfermedad muy frecuente, alrededor del 6% de los adultos varones y el 4% de las mujeres la padecen, que afecta a las personas mientras duermen. Se caracteriza por tener paradas respiratorias de al menos 10 segundos de manera repetida mientras se duerme, provocando una importante alteración del sueño y del descanso. Los pacientes son fácilmente reconocibles porque durante el sueño alternan un ronquido muy intenso que finaliza en un silencio absoluto.

Durante la noche, los pacientes sufren despertares con sensación de ahogo, van al baño con frecuencia y presentan dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche. Como consecuencia de este sueño no reparador, los enfermos suelen tener cansancio intenso durante el día pudiendo incluso quedarse dormidos en situaciones de riesgo como, por ejemplo, al conducir.

La doctora Ordóñez ha señalado que la causa de estas paradas suele ser una obstrucción de la vía aérea superior que se cierra o se colapsa en la zona de la garganta. Los factores que influyen son muy variados pero en muchos casos la causa fundamental es el exceso de peso, ya que la grasa se acumula especialmente en el cuello. ISABEL ORDÓÑEZ 2Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoISABEL ORDÓÑEZ 2

Tener un familiar de primer grado afectado por esta enfermedad implica también más probabilidades de padecerla, ha indicado la doctora. También los malos hábitos de sueño pueden agravar la enfermedad, por ejemplo tomar alcohol a última hora de la tarde o por la noche, cenar de manera abundante, no dormir las horas suficientes o no usar la posición adecuada, pues en general, las paradas aumentan si se duerme boca arriba. En niños, la causa más frecuente es tener las amígdalas grandes.

La especialista ha insistido en que, afortunadamente, se trata de una enfermedad prevenible y tratable. El tratamiento más habitual es la CPAP, un dispositivo que proporciona presión positiva continua en las vías respiratorias, manteniéndolas abiertas y permitiendo la respiración correcta y sin paradas.