La llegada de la primavera suele identificarse como el peor momento del año para las personas alérgicas al polen. Sin embargo, la Dra. Elena Botey, del servicio de Alergología del Hospital Universitari Dexeus, ALERGIADEXEUSEste enlace se abrirá en una ventana nueva, discrepa: "La primavera no es el peor momento del año para todos los pacientes alérgicos. Dependerá del alergeno al que estén sensibilizados. Si bien, durante la primavera polinizan las gramíneas, el olivo, el platanero o la parietaria, pólenes a los que muchos pacientes están sensibilizados, hay otras épocas críticas para muchos otros pacientes alérgicos."

"En los meses de invierno aumenta la concentración de polen de cupresáceas (ciprés, arizónica, tuya, enebro.) cuya concentración ambiental en los últimos años ha aumentado mucho, complicando los síntomas de las personas alérgicas".

"Además" añade la Dra. Botey "durante los meses de otoño se dan las condiciones climáticas idóneas para el crecimiento de los ácaros del polvo y por ello los pacientes sensibilizados a los ácaros del polvo están peor en esas fechas. Por ello los síntomas de la alergia pueden aparecer durante cualquier época del año dependiendo del alergeno al que esté sensibilizado el paciente y no sólo en primavera".

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Ahora que acaba el verano, debemos recordar que durante los meses de otoño, se dan las condiciones ambientales óptimas en cuanto a temperatura y humedad para un mayor crecimiento de ácaros en los domicilios de las zonas geográficas con climas templados como el nuestro. Por ello los pacientes alérgicos a los ácaros del polvo suelen presentar una sintomatología más intensa y persistente durante estos meses, requiriendo el uso de medicación como antihistamínicos orales, espráis nasales, colirios o inhaladores.

Los síntomas típicos de la alergia respiratoria en forma de rinitis alérgica como la que provoca la alergia a los ácaros del polvo son congestión o taponamiento nasal, picor nasal, estornudos y mucosidad acuosa o transparente, mucosidad faríngea y picor en faringe, paladar u oídos. En ocasiones pueden aparecer síntomas oculares. La conjuntivitis alérgica produce enrojecimiento y picor ocular, sensación de arenilla o cuerpo extraño y lagrimeo. Por último, la rinitis alérgica es un factor de riesgo para el desarrollo del asma bronquial. Por ello es importante realizar un diagnóstico y tratamiento tempranos de la rinitis.

El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías aéreas o bronquios que provoca síntomas bronquiales como tos, dificultad para respirar o falta de aire, sibilantes o pitos en el pecho y sensación de opresión torácica. Estos síntomas pueden variar en frecuencia e intensidad. En ocasiones, el asma puede cursar con periodos de empeoramiento intenso (crisis asmática o broncoespasmo), que se relacionan con la exposición a alergenos, al ejercicio físico, a infecciones respiratorias o a algunos medicamentos.

"La inmunoterapia o vacunación anti alergénica es el único tratamiento capaz de modificar el curso de la enfermedad alérgica respiratoria" explica la Dra. Botey. "Consigue que mejoren los síntomas de la enfermedad, se reduzca el uso de medicación sintomática y se frene la tendencia al progreso de la enfermedad evitando así el desarrollo del asma bronquial".

Según la Dra. Botey "En otoño, en igual medida que en primavera, las personas alérgicas al polvo deben extremar las normas de evitación ambiental para los ácaros en el domicilio y acudir a un especialista en alergología para realizar el estudio pertinente y disponer del tratamiento más indicado en cada caso".