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La preservación de la fertilidad es un término descriptivo, que en realidad se refiere a preservar el gameto femenino (óvulo) en condiciones óptimas para poder utilizarlo en el momento en que la mujer desee plantearse la maternidad. La Vitrificación, que es una congelación ultra rápida, deja indemne al óvulo tras su desvitrificación sin perder calidad y con la posibilidad de poder ser fecundado utilizando técnicas de Microinyección Espermática Intracitoplásmatica (ICSI).

Edad adecuada antes de los 35 años

La edad adecuada para preservar óvulos es antes de los 35 años debido a que la calidad de los óvulos se va perdiendo con la edad, y a partir de los 36 años ese empeoramiento es rápido y progresivo. Vitrificar óvulos de mala calidad no daría los resultados adecuados para conseguir una gestación posterior. Además el número de óvulos de que dispone la mujer en cada ciclo reproductivo va disminuyendo progresivamente y se deben vitrificar un número de óvulos importante si se quiere rentabilizar el proceso.

En principio, cualquier mujer que lo desee puede acceder a vitrificar óvulos pues esta técnica tiene muy pocas contraindicaciones médicas y no requiere de ingreso hospitalario. El proceso se ha simplificado mucho y en el plazo de 15 días o menos se puede realizar.

Mantener óvulos manteniendo la calidad

El beneficio fundamental del proceso de vitrificar óvulos es que permite mantener óvulos con la calidad de la edad en que se conservaron, sin perder su calidad con el paso de los años; esto permitiría utilizarlos en edades superiores y tendrían la misma capacidad de formar embriones que cuando se vitrificaron, es decir, una mujer que vitrifique sus óvulos a los 28 años y los utilice a los 42 años, jugaría a opciones gestacionales igual que a su 28 años en cuanto a posibilidad de embarazo. Por otra parte los niños gestados tendrían una baja incidencia de malformaciones cromosómicas, ya que han sido creados a partir de óvulos jóvenes.