La alergia es uno de los problemas de salud más frecuentes y popularizados, pero ¿sabemos realmente qué es? La Dra. Estefanía QuílezEste enlace se abrirá en una ventana nueva, alergóloga de Policlínica GipuzkoaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, explica que la alergia «es una respuesta de hipersensibilidad del sistema inmunitario ante diferentes exposiciones que, aunque deberíamos tolerar, el paciente alérgico no las tolera, teniendo una hiperrespuesta inmunitaria» que le lleva a presentar la sintomatología propia de la alergia que tenga.

Las más frecuentes y conocidas son cuatro -respiratorias, alimentarias, cutáneas y alergia a medicamentos-, aunque la especialista expone que también «hay otro grupo de patología alérgica poco frecuente y difícil de diagnosticar que sería como un cajón de sastre».

Estamos, sin embargo, ante una especialidad médica ligada a las enfermedades de base inmunitaria, es decir, a una «inmunología que, gracias a la investigación, ha avanzado mucho en los últimos años, con una gran evolución en los tratamientos dirigidos al sistema inmunitario». En ese sentido, la Dra. Quílez celebra que «cada vez hay medicación mucho más específica e individualizable» en el ámbito de la alergología: «Por un lado, las vacunas de alergia ambiental (polen, ácaros, hongos o epitelios animales) y, por otro, tratamientos biológicos muy individualizables a cada paciente por enfermedades alérgicas moderadas y graves».

«En la zona norte de costa hay mucha prevalencia de ácaros de polvo y de polen de árboles de la familia del abedul y de gramíneas»

Se refiere a la «inmunoterapia, o también llamada vacunas de alergia, que permite hacer un diagnóstico muy específico de cada caso para ir, poco a poco, desensibilizándole e inmunizándole de esa hipersensibilidad que ha desarrollado» el paciente alérgico. Esta inmunoterapia es el nuevo pilar de la alergología, que se suma a otros dos como las medidas de prevención y el tratamiento medicamentoso.

Polen e insectos

A las puertas de la época alérgica por excelencia, nos centramos en la alergia al polen, aunque hay diversos tipos. «La polinosis y la aerobiología es diferente en cada zona geográfica», expone la doctora, para apuntar que en esta zona norte costera «hay mucha prevalencia de ácaros de polvo, por la humedad; y de polen, comenzando en torno a abril con árboles de la familia del abedul y llegando después de pleno las gramíneas, que ocupan primavera y verano y es el polen principal» en nuestra zona.

En cuanto a la prevención, la Dra. Quílez no esconde que «protegerse de un alérgeno ambiental como un polen es difícil porque no vamos a quedarnos en casa todo el verano…», pero afirma que conociendo el calendario polínico del alérgeno se pueden tomar medidas como en un día soleado después de uno de lluvia «usar gafas de sol para protegernos porque es cuando las flores más polinizan».

Respecto al tratamiento sintomático, explica que se dirige a «cuando ya hay síntomas, tanto de rescate puntual, como un preventivo mantenido durante toda la época polínica».

«Si se da una reacción local muy exagerada o una reacción sistémica, es decir, a distancia de la picadura, hay que consultar siempre al alergólogo»

Se trata, en cualquier caso, de una alergia respiratoria predominante en primavera que «se manifiesta como rinitis, con o sin conjuntivitis, y como asma alérgica», que conviene diferenciar de esos males de causa no alérgica porque no son iguales: «El especialista realiza una entrevista muy dirigida y siempre hay sintomatología clave que hace sospechar de su causa alérgica».

Otra de las cosas que se intensifican en esta época son los insectos que «cuando muerden o pican meten veneno, por sus características químicas, produciendo una pequeña reacción», aunque pocas veces esa reacción es alérgica, lo que detectaremos «si la reacción es demasiado exagerada, grande, dura mucho en el tiempo y si pasa siempre, no a veces, pues en alergología debe ser reproducible».

Asimismo, conviene diferenciar la alergia de picadura de mosquito y la de otros insectos. Mientras que la alergia al mosquito «es muy poco frecuente y no puede producir síntomas sistémicos de riesgo, es decir, siempre se dan a nivel local, en el punto de la picadura», las de himenópteros como abejas y avispas «sí pueden producir síntomas sistémicos, a distancia, que pueden ser de riesgo y producir, de hecho, una anafilaxia, es decir, una reacción alérgica grave».

Con todo ello, la pauta está clara: «Si se da una reacción local muy exagerada o una reacción sistémica, es decir, a distancia de la picadura, hay que consultar siempre al alergólogo». También es recomendable consultar al especialista sea cual sea la alergia o en caso de duda porque «si siempre es bueno, el alergólogo es un plus. El diagnóstico será más acertado y específico y, cuanta más información se tenga de la propia enfermedad, en este caso una alergia, más posibilidades va a tener el paciente de prevenir y responder».

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