Conoce cómo cambia tu cuerpo durante el último trimestre de tu embarazo y cómo puedes aliviar ciertas molestias.


Lumbago

Los cambios anatómicos de la columna durante la gestación comienzan a hacerse notorios a partir del segundo y tercer trimestre. A partir de este momento las embarazadas tienen una forma característica de andar, que trata de equilibrar las modificaciones que sufre el cuerpo. Los pasos son más cortos y se inclina hacia atrás.

La musculatura abdominal se contrae para soportar el incremento de peso del útero y los ligamentos se relajan por efecto de las hormonas que se liberan durante la gestación. Esta compensación por parte de la columna para mantener el eje correcto de gravedad puede producir compresión de las raíces nerviosas provocando molestias en la parte baja de la espalda.

El 70% de las gestantes sufren esta dolencia en diferentes grados y es una de las complicaciones más frecuentes que pueden presentarse. Existen diferentes factores que favorecen que acentúan estas molestias, como:

  • Exceso de peso: la compensación que hace la columna es más forzada aún.
  • Los zapatos muy planos o con excesivo tacón no ayudan a mantener el eje de equilibrio de la columna teniendo que compensar. Lo ideal son zapatos con tacón bajo.
  • Carga de peso: te recomendamos que evites sobrecargarte, usa un carro para ir a la compra y si tienes hijos pequeños evita cargarlos encima.
  • Empezarás a notar que ya no es cómodo dormir. Utiliza almohadas para que tu cuerpo se relaje y evita tensión en la espalda. Dormir de lado y poner cojines entre las piernas puede ayudarte a liberar sobrecarga
  • Ejercicio físico: aunque cada vez estés más pesada, debes fortalecer y tonificar la musculatura que ayuda a mantener el equilibrio. Te recomendamos practicar yoga, pilates para embarazadas o acudir a un fisioterapeuta que te ayude a realizar ejercicios que fortalezcan tu espalda. La natación es otra forma de ejercitarte. Existen estudios que validan la acupuntura como tratamiento eficaz.
  • Higiene postural: cuando te sientes en una silla evita cruzar las piernas y mantén una posición erguida. Tus piernas no deben quedar colgando en la silla, deberás poder apoyar la planta del pie sin tensión.
  • Si en embarazos previos has sufrido lumbalgia es un factor de riesgo para sufrirlo en los siguientes.

Si padeces esta dolencia, salvo contraindicación médica, no te recomendamos que hagas reposo, deberás realizar un programa de rehabilitación física que te fortalezca.


Piernas cansadas e hinchadas, ¿puedes hacer un tratamiento de drenaje linfático?

La presión que ejerce el útero sobre los vasos sanguíneos, en especial sobre la vena cava, dificulta el retorno venoso de la sangre de las extremidades produciendo la retención de líquidos que provoca que se hinchen las piernas. Generalmente por el efecto de la gravedad, por la mañana las piernas están menos hinchadas que por la noche.

Esta retención de líquidos también es conocida como edemas y para aliviarlos vamos a darte una serie de consejos:

  • Trata de elevar las piernas en una silla cuando te sientes o te tumbes
  • Evita el uso de ropa ajustada que pueda marcar tu piel. La ropa con gomas puede perjudicarte. Los zapatos deben ser cómodos y no apretados.
  • Tratamientos de drenaje linfático o masajes que favorezcan la correcta circulación siempre son beneficiosos salvo que tu médico te indique lo contrario.
  • Duchas de agua templada y fría, pueden ayudarte a disminuir la hinchazón y aliviarte ya que activa la circulación sanguínea.
  • Ejercicios como caminar o nadar mejoran la circulación y por tanto evitan la acumulación de líquidos.
  • Si es verano evita que te dé el sol en las piernas, evitando temperaturas extremas.
  • Si observas que tu cara, piernas y manos están excesivamente hinchadas al levantarte por la mañana te recomendamos que acudas a una farmacia para valorar la tensión arterial y que acudas al médico en caso necesario.

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