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El próximo domingo adelantaremos 1 hora nuestros relojes…

Foto cabeceraImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoFoto cabecera

El cambio al horario de verano se producirá en la madrugada de este sábado 25 de marzo al domingo 26. Los relojes se adelantarán una hora, de forma que a las 02.00 horas pasarán a ser las 03.00 horas. El debate sobre los trastornos que los cambios horarios pueden producir en nuestro organismo se repite cada vez que adelantamos o atrasamos los relojes. Los desajustes en el sueño no son generalizados y afectan transitoriamente especialmente a grupos de población más sensibles. Por ello se aconseja "un cambio progresivo a los ancianos, los niños y las personas con insomnio o dificultad para dormir", afirma el psicólogo Francisco Segarra, experto en Medicina del Sueño por la Sociedad Europea de Investigaciones del Sueño (ESRS) y de la Unidad de Gestión del Descanso de Olympia Quirónsalud.

Para este especialista es importante minimizar los posibles desajustes del cambio horario.
"La hora perdida en el cambio de horario primaveral puede provocar pequeños desajustes en nuestro organismo, sobre todo en nuestro ritmo de vigilia y sueño", subraya.

Por ello, Francisco Segarra, recomienda no restar una hora de golpe a la rutina diaria y que se reparta en cuatro días para minimizar el impacto: "realizar un ajuste paulatino, de aproximadamente 15 minutos al día durante los 4 días previos al cambio horario para que éste sea imperceptible, aunque es cierto que las personas mayores y los niños suelen ser los más afectados y pueden tardar algo más de tiempo que los adultos en adaptarse".

Según el prestigioso y reconocido Neurofisiólogo doctor Eduard Estivill, responsable de la Unidad de Gestión del Descanso de Olympia, "también es aconsejable no obsesionarse con los leves trastornos que pueden producirse durante los primeros días, por eso el cambio escalonado es la mejor alternativa".

Y es que el cambio al horario de verano se soporta peor que el de invierno "porque el cuerpo humano tiene menos dificultades a adaptarse a un día de 25 horas que a uno de 23", explica Francisco Segarra.

Pero, aun así, como indica el doctor Estivill, las consecuencias de este cambio no son tantas como las que existen con otros problemas horarios en nuestro día a día. "La gran mayoría de la población realiza cambios horarios mucho mayores a una hora durante los fines de semana, cambios bruscos a la hora de acostarnos y levantarnos", señala el neurofisiólogo.

La exposición a la luz brillante por las mañanas -ambos expertos aconsejan un mínimo de 2 horas al día de exposición a la luz natural- combinada con ejercicio físico y evitar por la noche la exposición a la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos -al menos 2 horas antes de acostarnos- es la mejor forma de ayudar a nuestro cerebro a sincronizar el ritmo de sueño-vigilia.

Tal y como indica Segarra, lo mismo sucede con nuestros horarios veraniegos-vacacionales, lo que conlleva para muchas dificultades para dormir cuando se reincorporan al trabajo. En definitiva, los llamados jet lag de fin de semana y jet lag de verano o vacacional.

Por eso, señala Eduard Estivill, las dietas ricas en triptófano, así como los suplementos nutricionales a base de ingredientes naturales que ayudan a sintetizar la serotonina y la melatonina, principales controladores del sueño, ayudan a minimizar el insomnio producido por los cambios horarios.