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La vejiga hiperactiva tiene un gran impacto en el desarrollo emocional, conductual y social del niño

El urólogo Javier Cambronero, del Hospital Quirónsalud San José, subraya que la ausencia de tratamiento en la infancia aumenta la prevalencia en los adultos

En una encuesta realizada hace algunos años a niños estadounidenses, "Mojar los pantalones en clase" fue el tercer evento clasificado como más estresante, detrás de "La pérdida de un padre" y de "Quedarse ciego". Nada ha cambiado desde entonces. El impacto psicológico de la vejiga hiperactiva (VH) es tal -y especialmente resulta grave si se produce incontinencia diurna o nocturna- que muchos pequeños y adolescentes llegan a abstenerse de participar en actividades sociales por miedo a tener pérdidas de orina durante el desarrollo de las mismas. "La VH es un síndrome en el que aparece urgencia miccional, acompañada frecuentemente de aumento de la frecuencia, y, en los casos más severos, incontinencia urinaria. Se trata de la disfunción miccional más habitual durante la infancia", explica el doctor Javier Cambronero, jefe de Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud San José, quien aclara que hay que diferenciar este trastorno de la enuresis, que se produce cuando solo hay escapes de orina durante la noche y el sueño.

Según diferentes estudios, la frecuencia miccional diaria normal es de 6,1  2 episodios. Los niños con frecuencias mayores de 8 episodios al día o urgencia y/o incontinencia de urgencia deben ser diagnosticados de VH. "La VH tiene un impacto muy importante en el desarrollo social, emocional y conductual del niño, con efectos negativos sobre la familia", subraya el doctor Cambronero. Según detalla este especialista, la prevalencia de esta enfermedad es difícil de determinar, pero está cifrada en 22,9% a los 5 años y 12,2% a los 13 años, y con su mayor pico de incidencia entre los 5-7 años. "Se sospecha que la VH infantil puede representar la misma condición que en el adulto, ya que hay múltiples factores epidemiológicos y genéticos compartidos. Es una enfermedad dinámica que cursa con fases estables de larga duración, así como remisiones y progresiones", apunta el urólogo.

Javier Cambronero2


Retraso en la maduración del sistema nervioso central

La teoría predominante es que la VH en niños/adolescentes se debe a un retraso en la maduración del sistema nervioso central que tiene un poder inhibitorio sobre el reflejo de la micción cuando se llena la vejiga. El control se debe establecer entre los 3 y 5 años de edad. Existe una alta asociación de disfunción miccional en pacientes con trastornos en el comportamiento, en el aprendizaje y/o psiquiátricos.

"Hoy en día sabemos que hay una clara continuidad del problema entre la infancia y la edad adulta. La ausencia de tratamiento en la primera etapa de la vida puede aumentar la prevalencia en los adultos, agravándose con la aparición de alteraciones neuropsiquiátricas, sexuales y conductuales", abunda el doctor Cambronero, quien concluye que lo más importante, en cualquier caso, es que un especialista haga un diagnóstico precoz y determine lo más pronto posible un tratamiento personalizado "que puede incluir técnicas de fisioterapia y conductuales, aplicación farmacológica, neuromodulación o neuroestimulación o toxina botulínica".


Etiquetas: Doctor Javier Cambronero, Urología, Vejiga hiperactiva, Incontinencia urinaria en la infancia, Hospital Quirónsalud San José