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La alergia a los animales de compañía es cada vez más habitual

La doctora Cristina Ortega Casanueva, responsable de la Unidad de Alergia y Neumología Infantil del Hospital Quirónsalud San José, responde a las muchas dudas que surgen en torno a las reacciones que producen las mascotas en los más pequeños

La alergia a los animales es cada vez más habitual debido al aumento de mascotas en los hogares. Lo más frecuente es tener alergia a los gatos y, en segundo lugar, a los perros, aunque el abanico de seres exóticos en las viviendas es amplio y no es raro que los niños pidan tener un hámster, una cobaya, un conejo o un hurón. Más raro será que los padres acepten un anfibio o un reptil, aunque podría darse el caso. Dado que cualquier animal de pelo, pluma o escamas puede causar alergia, esto hará que los progenitores duden en acceder al deseo de los hijos de contar con un nuevo compañero de juegos.

"Si existen antecedentes de alergia al animal en la familia, especialmente en el caso de los dos padres, el riesgo de que el niño la desarrolle es mayor", aclara la doctora Cristina Ortega Casanueva, alergóloga pediátrica del Hospital Quirónsalud San José, quien da respuesta a las dudas más habituales al respecto.


¿Por qué dan alergia los animales?

La caspa, y no el pelo de los animales, como habitualmente se piensa, es la causante de la alergia. Al igual que las personas, los animales van cambiando la piel, que se va desprendiendo poco a poco en forma de escamas microscópicas. "Por el contacto con animales o por la inhalación de pequeñas partículas que proceden de ellos, los niños pueden presentar picor de nariz y de ojos, ojos rojos, lagrimeo, estornudos y, en ocasiones, tos, pitidos en el pecho y fatiga respiratoria, por lo que convivir con ellos durante un periodo largo de tiempo llega a ser perjudicial", comenta esta especialista.


¿Por qué hay en la actualidad tanta alergia a los animales?

No se conocen exactamente las causas de este aumento. Se relaciona con nuestra forma de vida. Cada vez se tienen más mascotas y la mayoría duerme dentro de la casa e, incluso, dentro de los dormitorios. Como en la habitación de los niños suele haber alfombras y peluches, estos alérgenos se acumulan y, por tanto, es más fácil que los pequeños estén más expuestos.


¿Cuándo debemos sospechar que el niño tiene alergia a los animales?

Cuando el niño tiene síntomas (picor de nariz y de ojos, estornudos, tos…) a los pocos minutos de tocar al animal o de estar en una casa donde los haya, debemos sospechar de que pueda tener alergia. Habrá que observar si esos síntomas desaparecen fuera de estos lugares.

Muchas veces los padres no se dan cuenta de que una pequeña mascota, como un hámster, metido en una jaula y en un rincón de la habitación, puede ocasionar moqueo persistente, picor de ojos y de nariz e, incluso, tos o dificultad respiratoria al niño. No deben menospreciarse estos síntomas, ya que, a veces, son tan intensos que terminan en la visita al servicio de urgencias pediátricas.


¿Por qué mi hijo tiene alergia a los animales si nosotros no tenemos ninguno en casa?

La exposición a los alérgenos de los animales es frecuente porque estos se dispersan fácilmente en el ambiente y se transportan pegados a la ropa y al pelo de las personas. Este es el motivo por el que pueden aparecer en cualquier sitio: en el colegio, en el parque, en los transportes públicos… sensibilizando a los niños aunque no convivan con las mascotas. "Por lo tanto, habrá pequeños que puedan llegar a ser alérgicos a los animales aunque no hayan convivido previamente con ellos", subraya la doctora Ortega Casanueva.


En casas con animales….estén o no estén…

La caspa permanece flotando en el aire durante bastante tiempo antes de depositarse. Por eso, cuando un niño alérgico a los animales visita una casa en la que los hay, aunque no estén delante en ese momento, puede inhalar esas partículas y presentar síntomas.

Un ejemplo son los niños alérgicos a los caballos, que cuando van al circo o a las ferias, presentan sus síntomas de forma casi inmediata. Lo mismo pasa si se acercan a alguien que lleve puesta la ropa con la que ha estado montando a caballo.


¿Qué alergia va primero? ¿El huevo o la gallina?

El síndrome ave-huevo combina la alergia alimentaria a la yema de huevo con moqueo (rinitis) y asma (tos, pitidos en el pecho, fatiga respiratoria) por la exposición a las plumas de las aves, aunque "en los niños puede ocurrir el proceso inverso, esto es, que primero aparezca la alergia a la yema y luego los síntomas respiratorios por las plumas", aclara la pediatra alergóloga del Hospital Quirónsalud San José.


¿Solo alergia a los animales…?

Los niños que conviven con mascotas no solo están expuestos al propio animal, sino también a los ácaros o los hongos.


Síntomas por alergia a los animales

Cuando respiran las partículas del animal, los niños alérgicos pueden notar los mismos síntomas que con los pólenes, los hongos o los ácaros, es decir, moqueo, picor de ojos, tos, pitidos en el pecho o fatiga respiratoria.

Al contacto con el pelo, la caspa o la saliva pueden presentar picor de la piel, ronchas (urticaria) o inflamación en la zona de contacto o en los párpados.

Los niños a los que la alergia a los animales les produce síntomas respiratorios empeorarán cuanto más elevada sea la concentración de las partículas de los mismos dentro del domicilio. Por otro lado, mejorarán claramente cuando vayan a lugares sin dicha carga alergénica o sin ese animal.


Etiquetas: Dra. Cristina Ortega Casanueva, Unidad de Alergia y Neumología Infantil, Hospital Quiónsalud San José, Alergia a los animales, Alergia infantil a los animales, Alergia a los perros, Alergia a los gatos, Alergia a las mascotas, Alergia y mascotas