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A los efectos de acceso a la historia clínica del menor, declaro y certifico que, en la actualidad, ostento la patria potestad sobre el/la menor, comprometiéndome, en caso de que por cualquier eventualidad pierda la patria potestad o tutela sobre el/la menor, a comunicarlo con carácter inmediato al Hospital.

Debes aceptar las condiciones

Día Mundial de la Alimentación

En numerosas ocasiones hemos escuchado eso de que somos lo que comemos, pero ¿realmente es así? ¿Nos alimentamos adecuadamente? ¿Por qué hay personas que comen poco y sin embargo, engordan y en cambio otras personas comen mucho más y no engordan?

Según indica el doctor Fernando García, coordinador de la Unidad de Obesidad de Hospital Quirón Vitoria, es importante llevar una alimentación variada y equilibrada, acompañada además de ejercicio físico de forma regular. Respecto a que unas personas engorden y otras no a pesar de que coman más, es una cuestión de balance energético. "Se produce un desequilibrio entre el consumo energético y el gasto energético. Este último depende de la edad, altura, peso o actividad física realizada, entre otros".

De igual forma, también influye el efecto termogénico de los alimentos: el proceso de la digestión también implica un consumo de calorías, así, "si se realizan distintas comidas o tomas de alimentos a lo largo del día, se consumirá más energía en los distintos procesos de digestión".

También es importante tener presente que cuando existe escasez de ingesta de alimentos, el organismo tiende a ahorrar o gastar menos energía. Así, "si casi no te mueves y comes poco y además mal, estas calorías se acumulan en el organismo en forma de grasa y tienden a no consumirse". Este puede ser el caso de personas con una vida sedentaria y que no llevan una dieta completa o equilibrada, que se saltan el desayuno y luego hacen una comida y cena más copiosas, etc.

Una sencilla solución a este desequilibrio se fundamenta en llevar una vida activa, realizar entre 4 ó 5 comidas ligeras al día y que la dieta sea variada y equilibrada (compuesta por hidratos de carbono, verduras, frutas, lácteos, proteínas y grasas en su justa medida –en tipo y cantidad adecuados-).


Bajar peso sí, pero de forma adecuada

Bajar peso progresivamente a través de una dieta equilibrada, personalizada, controlada por un especialista y con continuidad en el tiempo es básico para lograr reducir peso, además de realizar ejercicio físico de forma habitual. En este sentido, se trata de establecer una reeducación alimentaria adecuada al paciente con unos hábitos de alimentación y vida más saludables.

La dieta del paciente debe ser personalizada y fácil de llevar. Debe contener cinco comidas al día de forma que no se pase hambre y que aporte todos los nutrientes que necesita el organismo e irá acompañada de ejercicio, si se puede, todos los días.

También resulta beneficioso para el organismo una reducción de peso de forma progresiva ya que la adaptación al nuevo peso es más saludable y fácil de mantener en el tiempo, ya que se está perdiendo la grasa y no las proteínas del cuerpo. Por el contrario, si se pierde mucho peso muy rápido a través de dietas muy restrictivas, se puede recuperar muy rápido, efecto producido por las denominadas "dietas yo-yo".

Así, aunque se desee perder kilos de forma rápida lo que realmente, se está sometiendo al organismo a una sobrecarga de trabajo que puede perjudicar al sistema digestivo, al hígado… si esos desfases de peso se producen con asiduidad.

En este sentido, resulta fundamental consultar siempre con un especialista y evitar las dietas milagro y lograr así un efecto mantenido en el tiempo.