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Gominas, lacas y acondicionadores previenen que los niños cojan piojos

El uso de gominas, lacas y acondicionadores puede prevenir que los más pequeños de la casa vuelvan del colegio con piojos en la cabeza, ya que estos productos les hacen más difícil agarrarse al pelo. Así lo asegura la dermatóloga de Quirón Tenerife y Quirón Costa Adeje Nayra Merino, quien asegura que no está demostrado que los repelentes comerciales sean eficaces, al tiempo que recomienda a los padres otro tipo de pautas preventivas.

En concreto, para evitar que los niños regresen de la escuela con la cabeza colonizada, es muy importante no solo limpiar bien con agua caliente o alcohol aquellos objetos que transportan estos insectos, como son peines, gorras o toallas, sino también han de saber que no deben compartirlos. Igualmente básico de cara a la prevención es llevar el pelo corto o recogido y, en caso de que en el centro escolar haya niños afectados, usar dos o tres veces a la semana la lendrera, un peine especial con púas metálicas muy juntas que ayuda a eliminar las liendres y los piojos. "Se aconseja peinar el cabello húmedo con la lendrera sobre una toalla blanca durante unos 5 ó 15 minutos, dependiendo de la longitud del pelo", explica la especialista, quien puntualiza que el vinagre blanco mezclado con agua en proporción 1:1 y el ácido acético al 3,5% ayudan a que la liendre se despegue.

La dermatóloga desaconseja a los padres la utilización de los tratamientos como estrategia preventiva, no solo porque no tienen esta finalidad, sino también, lo que es mucho más importante, porque el mal uso que se ha hecho de este tipo de productos ha permitido a estos insectos mutar hasta hacerse resistentes a los mismos y dar lugar a lo que ya se conoce como "superpiojos".

Diversos tratamientos

En cuanto a los tratamientos, la doctora Merino señala que es posible utilizar diferentes sustancias que normalmente actúan mejor frente a los piojos que contra sus liendres o huevos, como son los insecticidas químicos, los productos de acción física y las sustancias naturales. Dentro del primero, el más conocido y utilizado es la permetrina, que requiere un tiempo de actuación de entre siete y ocho horas. El mismo tiempo que los productos oclusivos, como las vaselinas y las siliconas, que actúan asfixiando a los insectos y son eficaces y seguras. En el tercer grupo están el aceite de árbol de té, el coco, el ylang-ylang, el neem y otras plantas aromáticas, que, aunque su eficacia carece de suficiente evidencia científica, son de ayuda.

"Todos los tratamientos deben repetirse a los 7-10 días, pues es el plazo en que los nuevos huevos tardan en eclosionar. Deben aplicarse sobre el cabello seco y aclararse con champú normal después del tiempo de actuación recomendado por el especialista", indica la dermatóloga, quien apunta que también se ha descrito que el uso del calor con secadores especiales o secadores-aspiradores desecan el huevo hasta destruirlo.

La doctora de Quirón Tenerife explica que existen varias causas por las que la terapia no llega a ser efectiva y que tienen que ver con la comentada resistencia que han desarrollado estos insectos y con la forma en la que se aplica; ya sea por cantidad insuficiente, por no respetar los tiempos de actuación, por no repetir la aplicación, por no usar correctamente la lendrera y/o por una reinfestación.

Por último, y aunque es comúnmente conocido que la época escolar y las altas temperaturas son factores que facilitan su proliferación, la dermatóloga hace hincapié en que los niños infectados no deben dejar de asistir a clase por este motivo; pues si se toman las medidas preventivas sus compañeros no tendrían por qué verse afectados, ya que los piojos no vuelan ni saltan de una cabeza a otra.