Reducción de mamas: las pacientes mejoran en calidad de vida, salud, confianza, seguridad y autoestima

Reducción de mamas: las pacientes mejoran en calidad de vida, salud, confianza, seguridad y autoestima

4 de noviembre de 2021
Hospital Universitari General de Catalunya

Reducir el tamaño de las mamas es una necesidad para resolver dolencias crónicas de cuello, hombros y espalda, dificultades respiratorias, irritaciones o erupciones cutáneas debajo de los senos, complejos o baja autoestima por el exceso de volumen mamario. El Dr. Xavier Tintoré, responsable del servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del Hospital Universitari General de Catalunya explica que "el objetivo de la intervención es hacer las mamas más pequeñas, ligeras y firmes en aquellos casos que su volumen y peso comprometen la salud y la calidad de vida de la mujer. Los resultados son excelentes".

La cirugía que permite armonizar el busto, dar forma y disminuir el volumen de las mamas a través de la eliminación del exceso de grasa, tejido mamario y piel se denomina mamoplastia de reducción. Las pacientes que optan a una reducción de senos sueles ser mujeres con un tamaño excesivo de pecho, que debido a su volumen se muestra caído, y buscan mejorar su salud y aspecto.

Tintoré explica que "es frecuente que estas pacientes sufran dolores de espalda intensos debido al excesivo peso del pecho, que incide en la columna vertebral. Los tirantes del sujetador se marcan en los hombros generando más molestias. La reducción de mamas contribuye a mejorar estas situaciones, conseguir un cuerpo más proporcionado y es una de las intervenciones quirúrgicas más satisfactorias de la cirugía estética por que las pacientes ganan en salud, confianza, seguridad y autoestima".

Con una reducción de pecho no solo se puede modificar el volumen, también el tamaño de la areola que con frecuencia se agranda a medida que el pecho se desarrolla. En todos los casos, el pezón, la areola y el tejido mamario se remodelan en una nueva y correcta posición, más alta que la anterior.

Antes de la intervención, el Dr. Tintoré realiza un reconocimiento médico en profundidad en el que explora y evalúa el tamaño y forma de las mamas, la piel, y comprueba que el estado de salud de la paciente permite realizar la intervención con total seguridad. Además conversa con la paciente sobre sus expectativas en relación al tamaño y el aspecto de las mamas después de la cirugía; le explica de forma detallada la intervención y el tipo de anestesia que utilizará y responderá a todas las cuestiones que le plantee la paciente.

La reducción de pecho se realiza con anestesia general dispensada por el Dr. Juan Bernando Schuitemaker, anestesiólogo que permanecerá durante todo el tiempo que dure la operación controlando las constantes vitales de la paciente. Además le practicará un bloqueo nervioso único guiado por ecografía de alta resolución para minimizar el dolor postoperatorio. La paciente, normalmente permanecerá en el hospital la noche tras la cirugía y se le dará el alta al día siguiente. La intervención acostumbra a durar alrededor de 2 horas. Antes de salir del quirófano se coloca a la paciente un sujetador específico para el postoperatorio de la reducción de mamas (similar a un sujetador deportivo). Esto sirve para que mantenga sujeta la zona intervenida, asegurando que el postoperatorio se inicia correctamente tras la operación.

Los puntos se retiran entre los 7-14 días siguientes y los vendajes se sustituyen por un sujetador especial. La mayoría de pacientes que se someten a una mamoplastia de reducción se encuentran bien en 2 días y, en función de la actividad que desarrollan, son capaces de volver al trabajo en unos 10 días. A partir de la tercera o cuarta semana (dependiendo del tipo de cirugía y si la cicatrización es la correcta), podrán tomar el sol y bañarse.

Esta cirugía siempre deja cicatrices visibles en los senos. El aspecto de las cicatrices varía de persona a persona y según el tipo de incisión. Aunque están hinchadas y enrojecidas al principio, las cicatrices normalmente se vuelven menos visibles con el tiempo.

Tras la cirugía se realizarán revisiones en consulta, a la semana, al mes, a los 3 meses, 6 meses y al año. Después suelen programarse revisiones anuales o bienales.

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