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A los efectos de acceso a la historia clínica del menor, declaro y certifico que, en la actualidad, ostento la patria potestad sobre el/la menor, comprometiéndome, en caso de que por cualquier eventualidad pierda la patria potestad o tutela sobre el/la menor, a comunicarlo con carácter inmediato al Hospital.

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Trastornos del sueño (XIX PARTE) ?un síntoma de enfermedad física o emocional

Recordando unas líneas de los artículos anteriores sobre el insomnio, cabe destacar que es el trastorno de sueño más frecuente, el cual afecta a todas las edades sin embargo, se demuestra con mucha mayor frecuencia desde lactantes de 6 meses hasta niños de 5 años de edad.

Aunque mi área de dominio clínico (medicina integrada) solo abarca desde los adolescentes, los adultos hasta los ancianos, he recibido comentarios de padres quienes expresan cierta inquietud: ??mi hijo "nunca" ha dormido bien y desde el primer día se despierta por las noches, ahora lo hace frecuentemente, ¿Qué debo hacer?

Aunque existan despertares nocturnos frecuentes, pueden existir periodos de normalidad, sin embargo, después de un estímulo externo, cual fuere, de alguna enfermedad, de la permanencia en casa de familiares o amigos, surge el insomnio.

Este fenómeno se caracteriza por la dificultad para que su hijo inicie el sueño sin compañía o voluntariamente, los frecuentes despertares durante la noche interrumpen el ciclo fisiológico del sueño (si sucede entre 5 y 15 veces debe realizarse un estudio minucioso), veces en donde le resulta imposible conciliarlo nuevamente y sin ayuda.

Cuanto más crece, adquiere los elementos necesarios para comunicarse y? paradójicamente se complican los momentos de conciliar el sueño; uno de los aspectos importantes es que, el niño es quien ?dicta las normas? que deben seguir los padres para hacerlo dormir, p.eje.: pide dormir acompañado, que le canten, que lo arrullen, pide agua, que mantengan la puerta abierta, con luz o el televisor encendido y muchas cosas más.

Por un lado debe reconocerse que nada de lo anterior facilitará el hábito del bien dormir ni mucho menos, solucionará el problema; la causa original es la deficiente ganancia del hábito del sueño, similar a la distorsión y desestructuración por asociaciones inadecuadas que se conforman con el sueño; debido a las diversas acciones y cambios que realizan los padres para intentar que su hijo logre dormir.

Por el otro, los hijos pueden aprender a dormir solos o acompañados, pueden conciliarlo en un lugar confortable, solo que, las pautas conducentes al acto de dormir deben ser predispuestas por los padres y tener coherencia con las normas aceptadas socialmente, es decir, en el caso que hoy se trata, un niño a partir de los 6 meses promedio, debe iniciar el sueño sin compañía alguna, sin irrumpir en llanto, lo debe realizar con una duración de al menos 11 horas continuas, sin interrupciones, en algunos casos puede utilizar un ?acompañante? (objeto transicional) el cual abandonará dependiendo de la madurez emocional que adquiera con el paso del tiempo, también debe dormir en su habitación y con la luz apagada.

Los fármacos inductores del sueño tienen escaso efecto beneficioso en edades tempranas, no así en los adultos quienes experimentan situaciones diversas emocionales durante el día y por periodos prolongados de tiempo; en el caso de los infantes quienes padecen insomnio se consideran normales desde el punto de vista físico y psicológico, es decir, el problema no existe porque su hijo esté muy consentido, ni porque tenga un déficit psicológico o alguna enfermedad cerebral, sino más bien por una deficiente adquisición del hábito del sueño.

Pero no por ello amerita menor atención, si su hijo despierta varias veces por la noche puede consultar con el pediatra de su confianza, el cual y sin duda alguna podrá orientarle para reconocer las consecuencias del mal dormir, así como tener una orientación con respecto a qué hacer particularmente en su caso, así como también acudir con el facultativo que le ayude a identificar los factores de riesgo o estresantes en usted, puesto que, la deficiencia gradual en conciliar el sueño tanto en el menor como en los adultos, desequilibra paulatinamente la dinámica familiar.

Adquirir orientación sobre el tema mejora la situación que se presenta cuando aparece la dificultad para conciliar el sueño y resulte reparador al siguiente día; despertar varias veces por la noche, consecutivamente, afecta sin darse cuenta, cada una de las habilidades para el vivir cotidiano.

En el siguiente domingo concluyo esta saga sobre los trastornos del sueño: un síntoma de enfermedad física o emocional, en donde además usted podrá conocer los consejos que la Clínica del Sueño Estivill USP del Instituto Universitario Dexeus y el Hospital General de Cataluña sugieren para adquirir y reeducar un habito del sueño.

Finalmente Estimado lector: si tiene alguna duda, queja, comentario o sugerencia sobre el tema o lo relacionado con las enfermedades crónicas, degenerativas y mentales, me pongo a su disposición en el consultorio ubicado en la Col. Reforma, calle Emiliano Zapata núm. 502 (medica.2002) o al teléfono celular: 951 117 3647
br> Dr. Jorge Enrique Caballero Hernández Médico Especialista en Medicina Integrada

Fuente:

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