El Dr. José Luís Martin-Ventura es licenciado en Ciencias Químicas (Sección de Bioquímica) por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y doctor en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). En el año 2008 obtuvo un contrato Ramón y Cajal y desde 2013 es profesor con contrato de doctor de la UAM. Participa en distintos cursos del grado de Medicina de la UAM, así como en un master de farmacología de la UAM y en un master de análisis clínicos de la UCM.

Desde 2008 es investigador principal del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz (IIS FJD) en el grupo de nefrología e hipertensión, patología vascular, y diabetes, dentro del área de enfermedades renales, metabólicas y cardiovasculares y ha centrado sus esfuerzos en el estudio de los mecanismos moleculares implicados en la aterotrombosis, principalmente en el aneurisma aórtico abdominal (AAA). Como resultados de esta investigación, ha dirigido nueve tesis y ha publicado una veintena de artículos como corresponding author en revistas de la especialidad (Journal of American College of Cardiology, Arteriosclerosis Thrombosis and Vascular Biology, Cardiovascular Research…). También ha participado como ponente en numerosas reuniones nacionales e internacionales (European meeting for vascular biology and medicine, International meeting on aortic diseases…).

Además, el Dr Martin-Ventura ha participado en un proyecto europeo (Fighting aneurysmal disease) sobre patología aortica coordinando un paquete de trabajo sobre mecanismos patológicos y actualmente forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBER-CV) en la línea prioritaria de biomarcadores. También participa como investigador principal en una red de excelencia de la Comunidad de Madrid (COMPLEMENTO-2) integrada por 3 hospitales, 2 universidades y 1 centro de investigación. Recientemente, ha obtenido financiación de La Caixa en un proyecto colaborativo entre el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y el Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz.

El Dr. Martin- Ventura también ha sido secretario de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Aterosclerosis y actualmente forma parte del Comité Científico de dicha Sociedad.

Resumen del proyecto e importancia para la práctica clínica:

Publicación: Complement C5 Protein as a Marker of Subclinical Atherosclerosis.

La aterosclerosis se define como la formación de placas de ateroma que se crean por depósitos de lípidos (principalmente colesterol) en las arterias. La rotura de las placas de ateroma puede derivar en la oclusión de la arteria coronaria, dando lugar a una angina de pecho o a un infarto de miocardio. Si se trata de las arterias carotideas puede dar lugar a un ictus o infarto cerebral.

A día de hoy, para predecir el riesgo de los pacientes a padecer eventos cardiovasculares los médicos de atención primaria se basan en escalas que evalúan los factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, los niveles altos de colesterol o la diabetes, entre otros. El problema es que gran parte de la población no está diagnosticada de estos factores de riesgo. Además, en algunos casos los que sí están diagnosticados no están suficientemente controlados/tratados. Incluso, en ocasiones, hay sujetos que desarrollan la enfermedad, pero no tienen factores de riesgo. Una opción para diagnosticar precozmente este tipo de patologías sería visualizar las arterias mediante técnicas de imagen, con el objetivo de detectar las placas de ateroma. Sin embargo, en algunos casos, estas técnicas tienen un coste muy alto.

Otro de los problemas de esta patología es que, en muchos casos, no produce síntomas. Por este motivo uno de los campos más activos de investigación en esta temática es la detección de marcadores circulantes en sangre que puedan ayudar a detectar la enfermedad en estadíos tempranos.

En el estudio publicado en Journal of American College of Cardiology, el objetivo del equipo investigador fue, por un lado, intentar entender mejor los cambios que subyacen a la formación de las placas de ateroma, gracias a tecnologías de alto rendimiento como la proteómica (en colaboración con el Dr. Jesús Vázquez, del CNIC). La complejidad de estas placas es muy elevada, ya que incluyen una gran cantidad de proteínas, entre las que destacan las pertenecientes al sistema del complemento, un mecanismo de defensa frente a patógenos pero que cuando pierde su regulación y se deposita en las arterias, puede dar lugar a procesos patológicos. Por otro lado, dado que la aterosclerosis es una enfermedad sistémica que afecta a distintas arterias, se quiso evaluar si algunas de estas proteínas que se habían detectado en la placa podrían encontrase también en la circulación y servir como marcadores precoces de la enfermedad. Por este motivo se evaluaron los niveles circulantes de C5 (una molécula implicada en la activación del sistema del complemento) en muestras plasmáticas de dos estudios donde se analizaba la presencia de aterosclerosis en sujetos asintomáticos mediante técnicas de imagen. Se observó que los niveles de C5 estaban elevados en pacientes con un mayor número de placas en los distintos territorios arteriales analizados. Estos datos indican que el análisis de C5 podría ayudar a predecir la presencia de la enfermedad en ausencia de síntomas y de forma independiente a la presencia de factores de riesgo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que C5 podría aumentar en otras patologías, por lo que se necesitarían pruebas complementarias para confirmar la presencia de placas ateroscleróticas.

Según comenta el Dr. Martín-Ventura "el análisis de C5 de una forma no invasiva, barata y rápida, podría ayudar a identificar aquellos sujetos a los que se les sometería a pruebas de imagen más costosas, centrando los esfuerzos económicos en aquellos en los que tienen más indicios de tener placas en las arterias. Respecto al tratamiento, se ha demostrado a nivel experimental (en modelos preclínicos en ratones con aterosclerosis) que inhibir o bloquear C5 genera una disminución en el tamaño de las lesiones, por lo que se plantea como una terapia potencial para esta enfermedad, aunque tendría que ser a nivel local y se necesitarían más estudios para demostrar su eficacia en humanos".