La edad no perdona y el elixir de la eterna juventud no existe. Hoy en día hablamos de antiaging aplicado a muchos aspectos pero no debemos olvidar como cambia la sonrisa con el paso de los años y como podemos quitarnos años mejorando nuestra sonrisa.


Si pensamos en una sonrisa joven y atractiva, nos imaginamos una sonrisa amplia de dientes blancos, alineados, con formas agradables y, por supuesto, sin ausencia de ninguna pieza.


Es un hecho conocido que con el paso de los años se produce un oscurecimiento de los dientes, volviéndose más amarillos. El esmalte natural se va desgastando y los dientes se vuelven más finos, de manera que la dentina subyacente que es más amarilla se va mostrando más. Además, en este desgaste progresivo, los dientes van perdiendo sus formas armónicas y se van acortando. Cuando la pérdida es severa, la perdida de altura de los dientes hace que disminuya el tercio inferior de la cara, con la consiguiete aparición de arrugas que se suman a las que ya son propias edad.


¿Cómo devolverle a nuestra sonrisa su juventud? Hablemos de color, posición y formas.


Por supuesto es importante tener unos buenos hábitos higiénicos y evitar el consumo de alimentos y bebidas que nos manchen los dientes, así como evitar fumar. La nicotina y el alquitrán no sólo se depositan en la superficie dental, sino que pueden incluso penetrar en los túbulos dentinarios, siendo muy difícil su eliminación. Pero como hemos comentado anteriormente hay un cambio de coloración intrínseca a la edad que no podemos controlar con buenos hábitos. Es en este punto cuando podemos recurrir a tratamientos estéticos como blanqueamientos dentales combinados carillas de composite o porcelana, si se requiere.


El desgaste progresivo de los dientes no sólo altera el color, sino que las formas originales y las transparencias de los dientes se pierden. Recordemos que en una sonrisa joven y armónica los incisivos centrales son más largos que los laterales y los caninos vuelven a ser más largos, todo ello en unas proporciones armónicas que se pierden con la edad. Seguro que habréis visto sonrisas oscuras, en las que todos los dientes son completamente iguales, o incluso pacientes que al sonreir no muestran los dientes porque están absolutamente desgastados. Pues bien, estas formas las podemos recuperar al igual que el color. En ocasiones, aumentamos a la vez la altura de toda la boca y mejorando las formas, alineando y consiguiendo el color requerido.


La posición de los dientes cambia con la edad y se van apiñando muy lentamente. Actualmente las técnicas de ortodoncia no tienen limitaciones para la edad ya que son "invisibles", superando así el gran inconveniente que suponía llevar aparatos de ortodoncia a cierta edad. Actualmente son muchos los pacientes en edad adulta que optan por ortodoncia lingual o invisible para alinear sus dientes.


Finalmente, ahora ya podemos reponer las piezas ausentes con implantes, incluso toda la boca y de manera inmediata. Atrás quedaron los aparatos removibles con los detestables ganchos antiestéticos que comprometían el habla y la función y que siempre asociábamos a envejecimiento. Si faltan piezas hay que reponerlas para reestablecer la función y la estética. No olvidemos que cuando faltan los sectores posteriores, los dientes anteriores se desgastan mucho más rápido, las mejillas se hunden y el hueso se rebsorbe.


En definitiva, ¿por qué no rejuvenecer nuestra sonrisa para rejuvenecernos a nosotros?


Sin duda la cara recupera parte de su juventud. Dientes grandes, alineados, blancos, sanos, sin ausencias con unos buenos hábitos higiénicos y un buen mantenimiento para evitar recidivas, harán que nuestra sonrisa engañe un poquito al paso de los años…. y si de paso nos hace sonreír para lucirla más, muchísimo mejor. No lo olvidéis, que una persona que sonríe mucho aparenta menos años de los que tiene. Al sonreír la vida se alarga y mejora su calidad. Así que rejuvenecer la sonrisa no sólo es estética sino salud integral.


Artículo escrito por la Dra. Elida Blanco, Servicio de Cirugía Maxilofacial y Odontología del Hospital Quirónsalud Barcelona.

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