Conceptualmente siempre es grave, la mayor parte de los casos implica una rotura y una modificación de las relaciones entre los tejidos intraoculares. Su forma de presentación es variable, así como el pronóstico del cuadro, pero éste se verá muy condicionado por el retraso en su tratamiento.


En casos muy precoces, cuando sólo existe esa rotura inicial, puede tratarse con láser sin necesidad de intervención quirúrgica, pero ante la duda o incapacidad de resolver el cuadro con láser, debe plantearse la cirugía con la menor demora posible.


Hoy, las técnicas quirúrgicas, microincisionales, en la mayoría de las ocasiones con anestesia local y sin necesidad de ingreso, facilitan la recuperación funcional del paciente.


Nuestro equipo con una gran experiencia por número de casos y por estar al frente de equipos de formación, investigación y desarrollo, está en condiciones de ofrecer las mejores de las condiciones para una solución óptima y personalizada