Un equipo de especialistas centrado en el niño
El cirujano pediátrico trabaja de forma multidisciplinar con los especialistas pediátricos en urgencias, neonatología, gastroenterología, nefrología, obstetricia, neumología y otorrinolaringología, radiología, laboratorios clínicos y anatomía patológica.

El equipo quirúrgico lo forman, además de los cirujanos, anestesistas con amplia experiencia en patología pediátrica compleja; y enfermeras instrumentistas con dedicación exclusiva a los procedimientos realizados en niños.

Además, existe una comunicación fluida con otras especialidades en las que la colaboración es menos frecuente, como oftalmología, neurocirugía, traumatología y cirugía cardiovascular.

Instalaciones pensadas para el niño
Las consultas de cirugía pediátrica se encuentran disponibles todos los días de la semana, tanto incluyendo turnos de mañana. La zona de consultas es exclusiva de pacientes pediátricos y las instalaciones están diseñadas pensando en ellos. Tanto el personal sanitario como el no sanitario se ocupan de que la atención al niño y sus familiares sea de la máxima calidad.

Las zonas de hospitalización son asimismo exclusivas de pediatría, creando un ambiente agradable y de compañerismo entre los niños y familiares que coinciden durante los ingresos. El equipo de enfermería de planta cuenta con formación y experiencia en el cuidado de niños, lo que garantiza una atención personalizada y un trato adaptado a las necesidades de cada paciente.

El proceso de una intervención quirúrgica
El diagnóstico puede realizarse en algunos casos en una sola consulta, en ese caso, el cirujano explica a los padres (y al paciente, de forma que pueda entenderlo) la patología y el procedimiento necesario para su tratamiento. Además, se discuten las alternativas terapéuticas, en caso de existir, y se informa detalladamente de las posibles complicaciones. En caso de que el diagnóstico requiera alguna exploración complementaria, será solicitada por el cirujano desde consulta y la decisión respecto al procedimiento se aplazará a una consulta posterior.

Realizado el diagnóstico, y aceptada la intervención por los familiares, se programará la intervención y se solicitarán los estudios preoperatorios, que incluyen hemograma, coagulación y consulta de anestesia. Prácticamente todos los procedimientos en niños requieren sedación o anestesia general (paciente dormido) aunque con un grado de invasividad mínimo.

El ingreso para la intervención se realiza aproximadamente una hora antes de la intervención. Los padres se encuentran en una habitación individual con el niño en la zona de hospital de día o en la planta de hospitalización convencional, depende del procedimiento. Uno de los familiares, si lo desea, puede acompañar al niño hasta el interior del quirófano, hasta que este se encuentre dormido. Una vez finalizada la intervención, el cirujano informa del resultado de la misma y de los cuidados necesarios durante el postoperatorio. Un familiar puede acompañar al niño en la unidad de recuperación postanestésica (URPA) hasta que pueda volver a la habitación donde ingresó.

La mayoría de los procedimientos en cirugía pediátrica son ambulantes, es decir, reciben el alta el mismo día del procedimiento. En caso de requerir hospitalización, desde el quirófano o desde la URPA, pasará al lugar correspondiente; planta Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos o Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.

Los pacientes ambulantes son citados para control en consulta entre una y tres semanas después de la intervención. Los pacientes ingresados son visitados y explorados a diario por el pediatra encargado de la planta y por el cirujano.