Existen determinadas infecciones maternas que tienen un riesgo potencial de afectar al desarrollo fetal. Estos cuadros son manejados de forma conjunta entre la consulta de Alto Riesgo Obstétrico y la consulta de Diagnóstico Prenatal.

Citomegalovirus

Es la infección más frecuente de la embarazada. Una gestante que padece el citomegalovirus durante el embarazo tiene un riesgo de transmitirlo al feto entre un 30% (1º trimestre) a un 75% (3º trimestre). Cuando se transmite en primer trimestre genera una enfermedad más severa que la transmisión tardía al final del embarazo.

El 10% de los fetos infectados son sintomáticos al nacimiento. Entre estos recién nacidos, la mortalidad alcanza el 5-30%, y de los que sobreviven, el 50-60% tienen secuelas neurológicas en forma de hipoacusia, problemas visuales o retraso mental. La infección por inclusiones citomegálicas incluye principalmente afectación del sistema reticuloendotelial y SNC, además de aumentar la tasa de prematuridad.

De éstos, 50-60% presentarán secuelas importantes:

  • Retraso psicomotor (45-90%)
  • Déficit auditivo neurosensorial (30-65%) que puede ser de aparición tardía
  • Déficit visual (15-30%)


Durante la gestación, en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid actualmente existe un programa de screening de la infección por CMV en todas las gestantes, por lo que se piden analíticas de control con cada trimestre. Ante una analítica positiva con sospecha de infección materna activa, se debe confirmar la afectación fetal mediante un análisis de líquido amniótico (amniocentesis). La información a los padres se completa mediante la realización de ecografías cerebrales (neurosonografías) y resonancia magnética fetal.

Actualmente en Quirónsalud Madrid tenemos un programa de tratamiento intraútero de fetos afectados por infección por CMV mediante inmunoglobulina hiperinmune. Se trata de un fármaco sin efectos perjudiciales en el embarazo que ha demostrado eficacia en diversos estudios recientes para reducir la tasa de secuelas en fetos afectados. El seguimiento se complementa con la posibilidad de tratamiento inmediato tras el nacimiento y seguimiento precoz.

Toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa producida por un parásito llamado Toxoplasma. La transmisión se produce por vía oral, por ingestión de carne poco cocinada o verduras contaminadas. También se puede producir por ingesta de agua contaminada o tras manipulación de tierra. El contacto con gatos se considera por lo global de bajo riesgo y es una forma poco común de contagio.

La enfermedad tiene un periodo de incubación de hasta varias semanas. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen la toxoplasmosis no presentan síntomas, o a veces produce un cuadro similar a la gripe.

La toxoplasmosis que se adquiere mientras la mujer está embarazada tiene riesgo, porque puede atravesar la placenta y en el feto sí que puede provocar una enfermedad grave que se denomina toxoplasmosis congénita. Se piden análisis de sangre repetidos en cada trimestre para comprobar que, si no la ha pasado, no positivice durante el embarazo.

Un positivo para toxoplasmosis aguda coincidiendo con el embarazo requiere un estudio que sigue ciertos pasos:

  • Confirmación de la infección materna. Los anticuerpos que pedimos habitualmente no confirman la infección aguda por sí solos, sino que cuando positivizan, necesitamos repetir una serie de análisis sanguíneos maternos para confirmar que efectivamente nos encontramos ante una verdadera infección aguda en el embarazo.
  • Diagnóstico de infección fetal. Cuando la madre se contagia de toxoplasmosis, no siempre se produce un paso del parásito a través de la placenta hacia el feto. Cuando confirmamos infección de la madre, se debe evaluar si el parásito está presente en el líquido amniótico, mediante una amniocentesis. Si se encuentra el toxoplasma en este medio, significa que ha pasado al feto.
  • Diagnóstico de la afectación fetal. Un feto que se ha infectado puede desde no desarrollar ningún síntoma, hasta desarrollar secuelas muy severas. Depende de muchos factores como edad gestacional, inmunidad materna y fetal, tratamiento precoz de la infección, etc. El seguimiento ecográfico puede orientar al grado de severidad de la enfermedad, según el tipo de anomalías que se puedan describir.

Existen distintas clases de tratamiento antibiótico que pueden ayudar a evitar o atenuar el impacto de la enfermedad sobre el feto.

Prevención de Toxoplasmosis

Si su analítica revela que es negativa para la toxoplasmosis en primer trimestre, su médico le volverá a repetir la determinación en el segundo y tercer trimestre para confirmar que se mantiene negativa. Existen una serie de medidas fáciles y eficaces que debe realizar para minimizar la posibilidad de un contagio durante el embarazo:

  • Evitar carne cruda y productos cárnicos insuficientemente cocidos. La congelación a bajas temperaturas (menos de -18ºC) durante al menos 24 horas destruye el parásito. Los embutidos bien curados son en general seguros.
  • Cuando manipule carne cruda, evite tocarse los ojos o la boca.
  • Pelar o lavar adecuadamente la fruta y verduras.
  • Lavar los utensilios de cocina y las superficies donde se hayan preparado los alimentos.
  • Lavarse las manos antes y después de manipular los alimentos.
  • Utilizar guantes en tareas de jardinerías y manipulación de tierra.
  • Si tiene un gato en casa: evitar la limpieza de las heces, no alimentarlo con carne cruda y mantenerlo alejado de la calle y otras posibles fuentes de contagio.
  • Lavar frutas y verduras en abundancia.