Los adolescentes y adultos jóvenes son a menudo diagnosticados con tipos de cáncer diferentes a los que se diagnostican en niños más jóvenes o en adultos de más edad. Por ejemplo, los adolescentes y adultos jóvenes tienen mayor probabilidad que los niños más jóvenes o los adultos de más edad de ser diagnosticados con linfoma de Hodgkin, melanoma, cáncer de testículo, cáncer de tiroides y sarcoma. No obstante, la incidencia de tipos específicos de cáncer varía en gran medida entre las diferentes edades dentro del grupo de adolescentes y adultos jóvenes.

El índice de supervivencia general a 5 años entre adolescentes con cáncer de 15 a 19 años de edad excedió el 80 por ciento en el período de 2003 a 2007, una cifra similar al índice de supervivencia en los niños de menor edad. Sin embargo, en lo que respecta a diagnósticos específicos, la supervivencia es más baja para los adolescentes de 15 a 19 años de edad que para los niños más jóvenes. Por ejemplo, el índice de supervivencia a 5 años para la leucemia linfoblástica aguda en el período de 2003 a 2007 fue de 91 por ciento para niños menores de 15 años de edad en comparación con 78 por ciento para adolescentes de 15 a 19 años de edad.


Existen ciertos indicios científicos que parecen indicar que los adolescentes y adultos jóvenes con leucemia linfoblástica aguda pueden tener mejores resultados si reciben regímenes de tratamiento pediátrico en vez de los utilizados en los tratamientos para adultos. Las mejoras en los índices de supervivencia a 5 años en los adolescentes de 15 a 19 años de edad con leucemia linfoblástica aguda—cerca de 50 por ciento a principios de 1990 a 78 por ciento entre 2003 y 2007—pueden ser un reflejo de un mayor uso de estos regímenes de tratamiento pediátrico. En el período de 2000 a 2010, los índices de mortalidad para los adolescentes de 15 a 19 años de edad disminuyeron a una tasa ligeramente más rápida que aquellos de los niños más jóvenes (2,6 por ciento por año frente a 1,8 por ciento por año).