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El primer lugar dónde un cáncer de mama se extiende suelen ser los ganglios de la axila. Hace años, en la cirugía del tumor primario de la mama se extirpaban también los ganglios axilares, en ocasiones hasta más de 30 ganglios. Esto provocaba en muchas ocasiones dificultad en el drenaje linfático del brazo y, con el paso del tiempo, la formación de linfedema, que se manifiesta con la inflamación del brazo y de la mano y que generalmente es irreversible una vez se ha establecido. "El brazo se inflama generando presión y dolor a las pacientes. En algunos casos sufren infecciones crónicas en la piel y hay que tratarlas con penicilina de forma preventiva", detalla la doctora Lucía González Cortijo, coordinadora de la Unidad de Mama y Cáncer Ginecológico del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y fundadora de la Fundación La Vida en Rosa.

En los últimos años el linfedema es menos frecuente, ya que la mayoría de las pacientes no precisan un vaciamiento completo de los ganglios de la axila. Se realiza una biopsia selectiva del ganglio centinela, que aporta información sobre el primer escalón ganglionar donde anidaría el tumor. Si este ganglio está limpio ya no se extirpan más ganglios.

Para prevenir el desarrollo del linfedema a las pacientes a las que se les han extirpado los ganglios linfáticos del brazo se les recomienda no cargar peso con el brazo afectado. Además, se ha demostrado que entrenar la fuerza de ese brazo, de la pared torácica y del hombro ayuda a evitar la aparición del linfedema o a reducir sus síntomas si ya se ha establecido "Una de las actividades que creemos que puede ayudar a estas pacientes es el tiro con arco porque las personas que practican este deporte refuerzan la musculatura dorsal, pectoral y la fuerza de los brazos. Por eso hemos puesto en marcha la actividad de Arqueras Rosas dentro de la Fundación La Vida en Rosa que reúne a pacientes que sufren linfedema y se les incluye en un programa de entrenamiento en tiro con arco en el Club de Arqueros de Pozuelo, explica la Dra. Lucía González Cortijo, que ya ha visto los primeros resultados: "Las pacientes han mejorado en general. Las que comenzaban a notar edema en el brazo o la mano han mejorado, algunas de ellas sin volver a notar síntomas y las que ya presentaban linfedema notan mejoría en el peso y la movilidad del brazo".


Entrenamientos

Las Arqueras Rosas realizan programas de entrenamiento trimestrales una vez a la semana guiados por un arquero federado. Una vez terminado el programa, pueden seguir entrenando un día a la semana con arcos cedidos por Fundación La Vida en Rosa.

Con las pacientes que participan en este programa se está realizando un estudio para valorar el beneficio de esta práctica: "Antes del comienzo de la actividad se realiza una toma de medidas de la circunferencia del brazo y del antebrazo, tanto del miembro superior con linfadenectomía (extirpación ganglionar) como del miembro sano. De esta manera tenemos una información objetiva para poder evaluar el volumen del mismo", explica Laura Canal, fisioterapeuta del servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de Quirónsalud Madrid. "El objetivo es volver a tomar estas medidas al finalizar el programa trimestral para valorar la posible reducción del linfedema. Por ahora se han incluido a 11 pacientes".

Los objetivos son claros: "Por un lado concienciar a las pacientes de que la prevención efectiva del linfedema es posible con ayuda de diferentes herramientas y cuidados, siendo el tiro con arco una de las actividades físicas más recomendables. Por otro, ayudar a disminuir el volumen del brazo y la sensación de pesadez en aquellas pacientes que tienen el linfedema instaurado".