La reducción de la movilidad en toda la población a causa de las medidas de prevención frente a la COVID-19 está pasando factura a nuestro sistema locomotor. Las consecuencias de la falta de actividad afectan a casi todos los grupos de edad, pero de diferente forma. El Dr. José TabuencaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, nos explica las principales afecciones en los grupos más afectados. "El primer grupo en el que estamos observando problemas traumatológicos es en el colectivo que teletrabaja. El confinamiento ha provocado un cambio de hábitos laborales muy bruscos en multitud de personas que han pasado de trabajar en una oficina a hacerlo en su domicilio. Este cambio les ha llevado a realizar su jornada laboral en muchas ocasiones en ubicaciones con medidas ergonómicas inadecuadas: ni el ordenador está a la altura adecuada, ni su silla es la recomendada ni se mueve lo suficiente", explica el doctor Tabuenca, que observa frecuentemente en su consulta pacientes "con lesiones en el hombro los codos y los tendones de las manos; también en las caderas (trocanteritis o contracturas en los glúteos medios), que son causados por deficiencias posturales al pasar muchas horas frente al ordenador y con falta de sueño". A este grupo de pacientes no le favorece que haya eliminado de su vida diaria mucha de la movilidad que realizaba cuando iba o volvía de su centro de trabajo. "Ha dejado de andar, de subir escaleras, aunque lo hiciera solo durante un breve tiempo. Esta inmovilidad afecta a su sistema locomotor".

Para evitar la aparición de lesiones, el Dr. Tabuenca recomienda vestirse para trabajar, pasear un rato antes de comenzar como si fuéramos al trabajo e intentar respetar en lo posible las medidas ergonómicas de nuestros centros de trabajo domiciliarios. También ayuda andar mientras hablamos por teléfono en casa y no permanecer sentado durante largos periodos de tiempo".

Otro grupo afectado por el confinamiento en su aparato locomotor son los mayores que realizaban una actividad física ligera de mantenimiento y que han dejado de hacerla y permanecen la mayor parte del día en su casa. "Muchas personas mayores no se atreven a salir de casa y entran en una dinámica de empeoramiento muscular. Pese a que caminen dentro de sus domicilios no lo hacen de forma suficiente. Este parón les ha causado más atrofia, menor capacidad para movilizar grupos musculares y un incremento de caídas. Este grupo nos llega a consulta refiriendo problemas para caminar y dolores indefinidos. En muchos casos nos resulta complicado medir el grado de atrofia porque no tenemos sus valores previos de movilidad. También hemos observado en este grupo problemas nutricionales".

Un capítulo aparte merece los pacientes que han sido sometidos a una implantación de una prótesis (cadera o rodilla): "Las recuperaciones están siendo más lentas que en la época pre-COVID".

Deportistas domiciliarios
El Servicio de Traumatología también ha observado la llegada a las consultas de deportistas domiciliarios: "Son personas que antes del confinamiento realizaba actividad física en el exterior que cambio a interior durante el confinamiento y que, en muchas ocasiones, sigue realizando en casa. Son personas que no han vuelto a los gimnasios porque aún les da respeto y que realizan tablas de Cross-Fit o Tabata siguiendo videotutoriales que en la mayoría de las ocasiones no están adaptados a su estado físico o que realizan sin el material adecuado (usando de litros de leche como pesas o cubos de agua) o en entornos mucho más reducidos. Es frecuente que estas personas realicen una actividad más agresiva de la que hacían previamente y no sigan el proceso de calentamiento, fortalecimiento, entrenamiento intenso y estiramientos", analiza el Dr. Tabuenca que observa en este grupo de pacientes lesiones musculares, generalmente en los músculos grandes del cuerpo, como isquiotibiales o cuádriceps en los miembros inferiores; también es común la lesión de hombro.

Por último, el Dr. Tabuenca observa en sus consultas a personas que después del confinamiento domiciliario intentó recuperar toda la actividad física no realizada en muy poco tiempo: "En estas personas hemos observado fracturas de estrés, fundamentalmente en el pie y en el tobillo. Estas personas sometieron a sus extremidades inferiores a una carga excesiva cuando llevaban tiempo paradas. También son frecuentes en este grupo las lesiones en el menisco y en el hombro".