Los fructooligosacáridos son un tipo de fibra soluble abundante en vegetales como los espárragos, la cebolla o el puerro. El organismo no es capaz de digerir estos compuestos ni asimilarlos, pero sin embargo sí que son utilizados por las bacterias de nuestro intestino grueso favoreciendo la salud del sistema digestivo, regulando el tránsito intestinal y contribuyendo a reducir los trastornos digestivos como el exceso de gases; mejoran la función inmunológica y tienen efecto protector en la prevención del cáncer de colon. También se ha observado que estas sustancias incrementan la sensación de saciedad al estimular la producción intestinal de péptidos saciantes. Estas sustancias informan al cerebro que la ingesta ha sido suficiente, con lo que ayuda a regular el peso corporal.


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