Con motivo de la celebración mañana, 14 de noviembre, del Día Mundial de la Diabetesel doctor Giorgos Kyriakos, especialista en endocrinología del Hospital Quirónsalud Murcia, advierte que el mantener un peso saludable, así como la realización de ejercicio diario, pueden reducir a la mitad el riesgo de padecer diabetes tipo 2, la más común de esta enfermedad y cuyos síntomas comienzan a hacerse visibles a partir de los cuarenta años.

La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica de carácter epidémico que afecta a cincuenta y seis millones de personas en Europa y de la que se prevé llegue a alcanzar hasta los setenta millones en no más de quince años. "En España un 15% de la población, padece diabetes tipo 2, el doble que hace quince años y su relación con la obesidad es tan intensa que ha hecho surgir el nuevo término de diaglobesidad afirma el doctor Carlos sala, jefe de la Unidad de Obesidad y Diabetes de Quirónsalud Alicante y Valencia.

Detrás de este aumento de la obesidad y la diabetes se encuentran los nuevos hábitos de vida, el sedentarismo y la mala alimentación. Los peores enemigos de una enfermedad crónica. "Estas costumbres obligan, por falta de tiempo, a efectuar una alimentación basada en la comida rápida y abandonar, en muchos casos, una dieta rica en vegetales, carnes blancas, pescados, frutas, aceite de oliva, etc., así como de la realización de ejercicio diario", afirma el doctor Kyriakos.

Qué hacer cuando la dieta y el ejercicio no funcionan

La cirugía metabólica para perder peso se consideraba para pacientes con un índice de masa corporal (IMC) mayor de 35 si presentaba comorbilidades como la diabetes, la hipertensión, la dislipemia, etc. Sin embargo, "debido a los excelentes resultados de esta técnica y a la epidemia mundial de diabetes y obesidad, lo que comienza a denominarse como diaglobesidad, ha comenzado a aplicarse con gran éxito para la resolución de pacientes diabéticos o en pacientes con obesidad tipo I (IMC menor de 35), que aún no son obesos mórbidos pero que son diabéticos", declara el doctor Carlos Sala

En cuanto a los beneficios de esta intervención, "nueve de cada diez pacientes dejan de inyectarse insulina y el resto puede controlar la enfermedad con ayuda de fármacos. Además, esta cirugía consigue que el paciente consiga una gran pérdida de peso y alcance su peso ideal siempre que incorpore hábitos saludables e incorpore el ejercicio a su rutina diaria. Muchos estudios han demostrado que estas medidas consiguen, además de una mejor calidad de vida, aumentar en diez años la media de vida de una persona obesa".