La utilización del robot Da Vinci se extiende a la gran mayoría de los tratamientos quirúrgicos ginecológicos pues sus ventajas adquieren especial relevancia cuando es necesario intervenir en espacios estrechos donde confluyen múltiples estructuras, como ocurre en la pelvis femenina, en la que se encuentran útero, ovarios, vejiga y recto. Esta plataforma quirúrgica da acceso a todas estas estructuras con delicadeza y precisión disminuyendo los riesgos y mejorando el proceso de recuperación con menos dolor y cicatrices mucho más pequeñas.

La cirugía robótica por tanto se utiliza tanto en el tratamiento quirúrgico del cáncer de cuello uterino y del cáncer de endometrio, pero también en la cirugía benigna ginecológica (histerectomía, tratamiento del mioma uterino, endometriosis profunda, incontinencia urinaria y prolapso y re-anastomosis de las trompas de Falopio).