El Dr. Gonzalo Samitier, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología, Hombro, Rodilla y Lesiones Deportivas te explica todo lo que tienes que saber sobre luxaciones de hombro en deportistas.




La articulación del hombro es la que mayor grado de movilidad tiene de todo el cuerpo, esto la hace más susceptible a la luxación. Cuando esta ocurre lo más habitual es que sea en dirección anterior, situándose la cabeza del húmero por delante de la cavidad glenoidea, generalmente tras un traumatismo o posición forzada en elevación y rotación externa del brazo. Tras un primer episodio de luxación, el paciente o el deportista es más vulnerable a sufrir nuevos episodios.


Aunque el primer episodio de luxación suele ser traumático, hay personas o deportistas que están especialmente predispuestos por una excesiva laxitud de las articulaciones. En otros casos simplemente el traumatismo es de muy alta energía como puede ocurrir en el ciclismo, el rugby, la gimnasia o los deportes de lucha.


Cuando se sale el hombro hay un arrancamiento de las estructuras anteriores, la cápsula y el labrum, es lo que se denomina lesión de Bankart y que puede verse por Resonancia Nuclear Magnética (RNM) generalmente.


En deportistas con mínimos síntomas de inestabilidad si no les limita para la práctica deportiva vamos a recomendar el fortalecimiento de los músculos de la región del hombro de forma que se compense en parte esta predisposición a la luxación. En deportistas de competición, con riesgo de impactos o pacientes muy jóvenes este mecanismo de compensación no suele ser suficiente, teniendo que recurrir a una intervención quirúrgica para evitar nuevos episodios luxación. La estadística dice que, tras un primer episodio de luxación por debajo de 20 años, la probabilidad de recurrencia del 90%.


El tratamiento quirúrgico de la luxación recurrente de hombro generalmente se hace por vía artroscópica, usando una cámara y pequeñas incisiones. Se impactan arpones de 2-3mm con hilos en el hueso para dar mayor tensión y restaurar las estructuras lesionadas. En los últimos años ha habido avances importantes en las técnicas; el seguimiento a largo plazo de los pacientes nos ha mostrado que con procedimientos convencionales sin aumentación el índice de recidivas puede llegar hasta el 50% de los casos en 5 años, sobre todo en pacientes de riesgo y deportistas más extremos; Esto hace especialmente importante la selección de la técnica a realizar en cada paciente.


El momento de realizar el procedimiento también es relevante en deportistas; sobre todo si estos se encuentran en medio de la temporada; con el tratamiento conservador de una luxación pueden volver en menos de 2 semanas, pero corren riesgo de reluxación y aumentar el daño en el hombro, mientras que con cirugía tardarán de 4 a 9 meses antes de poder reincorporarse pero reducen significativamente el riesgo de reluxación cara a la siguiente temporada; la decisión última debe por tanto consensuarse en consulta.


Una técnica avanzada que en la última década ha adquirido mayor popularidad si cabe por sus buenos resultados, es la técnica de Latarjet que consiste en colocar la apófisis coracoides delante de la cavidad glenoidea; si bien no es una técnica anatómica, hasta ahora es la que da mejores resultados en deportistas de contacto en términos de reluxación; sin embargo, su dificultad técnica y el riesgo de complicaciones, hace que sea realizada por un menor número de cirujanos y se reserva en situaciones en las que el borde anterior de la glenoides está muy erosionado por los múltiples episodios de luxación; en esta situación otras opciones al Latarjet son la colocación de injerto de hueso libre habitualmente de cresta iliaca delante de la glenoides aumentando también su superficie.


Los pacientes mayores tras luxación primaria del hombro tienen mucha menor probabilidad de recurrencia que los jóvenes, sin embargo, tienen más probabilidades de sufrir lesiones en el manguito rotador, el nervio axilar o el plexo braquial, algo que puede precisar de intervención igualmente.


Después de la cirugía, el hombro ha de permanecer inmovilizado por un periodo de 4 a 6 semanas; una vez se retira el cabestrillo, se intensifica la rehabilitación con el objetivo de restablecer la movilidad y la fuerza de forma progresiva; el retorno a la competición irá de los 4 a los 8-9 meses según los casos y la técnica realizada.


En cualquier caso, el mensaje es positivo, la luxación de hombro en manos especializadas tiene solución y se puede recuperar una vida normal, incluso deportiva.