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¿Cómo afecta el tabaco al corazón?

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España, seguida de cerca de las enfermedades oncológicas.
El envejecimiento progresivo de la población hace prever que las enfermedades cardiovasculares continuarán incrementando su incidencia y su impacto.

La arteriosclerosis es la principal causa de enfermedad cardiovascular y existen múltiples factores asociados a su desarrollo: hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, lhipercolesterolemia, sobrepeso, sedentarismo, y consumo excesivo de alcohol.



El tabaquismo es una de los principales factores de riesgo cardiovascular



Los mecanismos por los que el tabaco provoca enfermedad cardiovascular se deben a las sustancias que contiene el humo como la nicotina, el monóxido de carbono y las sustancias oxidantes.

La nicotina, responsable de la capacidad adictiva del tabaco, pasa a la sangre de forma rápida tras la inhalación de humo. La nicotina aumentan la frecuencia cardiaca y produce una reducción del calibre de los vasos del cuerpo de forma generalizada, lo que conlleva un aumento de la presión arterial. Esto, aumenta las necesidades de oxígeno en el corazón.
Además la propia nicotina produce una modificación en los lípidos de la sangre, con un aumento del colesterol dañino.

El monóxido de carbono pasa fácilmente a la sangre, uniéndose a la hemoglobina (glóbulos rojos), por la que tiene gran afinidad, transformándola en carboxihemoglobina, que reduce mucho su capacidad para transportar oxigeno por la sangre. Esto hace que los distintos órganos dispondrán de una menor cantidad de oxígeno para atender sus necesidades.

El cuerpo trata de compensar esto produciendo más globulos rojos, lo que hace la sangre más espesa y tiene más dificultad para circular por vasos sanguíneos de pequeño calibre (por ejemplo las arterias coronarias del corazón estrechas por placas de ateroma).

Las sustancias oxidantes liberadas por el tabaco producen una oxidación de las células que recubren los vasos sanguíneos y parece ser el mecanismo esencial para el desarrollo de aterosclerosis (placas de ateroma que obstruyen las arterias a diferentes niveles).



El tabaco incrementa el riesgo de cardiopatía isquémica y es considerado el primer factor de riesgo coronario modificable



En torno a un 30% de todas las muertes debidas a enfermedad coronaria son atribuibles al tabaco.

La incidencia de cardiopatía isquémica entre fumadores de ambos sexos es de dos a cuatro veces superior a la de los no fumadores, aumentando el riesgo en función de la duración, intensidad y precocidad del tabaquismo.

Las mujeres presentan un mayor riesgo por la exposición al tabaco debido a una interacción entre el sistema hormonal femenino y los componentes del tabaco.

En el caso de fumadores que ya han padecido cardiopatía isquémica, continuar fumando conlleva un empeoramiento pronóstico.
El abandono del tabaco conlleva una reducción estimada del riesgo coronario en torno al 40% en el plazo de uno a dos años, disminuyendo gradualmente con el paso del tiempo hasta una equiparación con el riesgo de los no fumadores en unos 10- 15 años. El hecho de dejar de fumar en los pacientes que ya han sufrido un episodio previo de enfermedad coronaria, se asocia a una disminución del 50% en la mortalidad.

Además, el tabaco se muestra como un factor de riesgo para desarrollar una arritmia muy frecuente como la fibrilación auricular y en caso de mantenerse incrementando la mortalidad de éstos pacientes.