parto_cientifico_humanizadoparto_cientifico_humanizado

Embarazo y tabaco


Según datos españoles recogidos entre 1995 y 2002 procedentes de todas las autonomías, la prevalencia de fumadoras gestantes es del 30% siendo las menores de 25 años la más fumadoras. Solo alrededor del 20% dejaron de fumar en los primeros meses del embarazo. Las recaídas después del parto son del 70- 80%.

La nicotina produce efecto vasoconstrictor (reduce el diámetro de los vasos sanguíneos) sobre los vasos del útero y de la placenta, reduciendo el oxígeno y la llegada de nutrientes a los tejidos fetales.

El nonóxido de carbono pasa fácilmente a la sangre, uniéndose a la hemoglobina (glóbulos rojos), por la que tiene gran afinidad, transformándola en carboxihemoglobina, que reduce mucho su capacidad para transportar oxigeno por la sangre. El monóxido de carbono tiene más afinidad por la Hemoglobina fetal, por lo que el feto de una madre fumadora tiene niveles más altos de carboxihemoglobina que los de la madre. La Carboxihemoglobina origina una reducción crónica del aporte de oxigeno al feto.

Las patologías más frecuentes asociadas al consumo de tabaco en la embarazada son:

  • Abortos espontáneos.
  • Complicaciones placentarias (placenta previa, desprendimiento prematuro de placenta, rotura prematura de membranas).
  • Embarazo ectópico.
  • Parto Prematuro.

Las patologías producidas al feto y recién nacidos con más frecuencia son:

  • Bajo peso al nacer.
  • Síndrome de muerte súbita del lactante. El tabaco es el factor más importante durante y después del embarazo. Triplica el riesgo de producirse.
  • Mortalidad Perinatal.Alteraciones respiratorias en el recién nacido: aumentan las infecciones respiratorias como las otitis medias, bronquiolitis, hiperactividad bronquial.
  • Alteraciones de comportamiento, problemas de aprendizaje y la dependencia a la nicotina en la edad adulta.
  • Malformaciones congénitas (craneosinostosis, labio leporino, hendidura palatina).

Se afirma que el 25% de los recién nacidos con bajo peso y el 20% de las muertes infantiles en el primer año de vida podría evitarse si las mujeres gestantes no fumaran.