Hay determinados casos en los que la importancia de una cirugía se mide por el grado de satisfacción de los pacientes. Una vez que la intervención se ha realizado con éxito, hay que atender las sensaciones de los pacientes, si han quedado contentos con la técnica y, sobre todo, si les ha ayudado a mejorar su calidad de vida. En el caso de Felicidad Lucas, intervenida por el equipo del doctor Elósegui, de la Unidad de ObesidadEste enlace se abrirá en una ventana nueva de Policlínica Gipuzkoa, el resultado ha sido óptimo.

‘Feli’ es enfermera y, tal y como cuenta, «empecé a coger esos kilos que, aunque hagas dieta, siempre vuelven. Como consecuencia de ello, desarrollé un asma que cada vez me limitaba más la vida. Antes del pasado verano decidí que hasta aquí habíamos llegado y que me quería operar».

Conociendo la profesionalidad del equipo del doctor Elósegui, «me puse en contacto con ellos y no me lo pensé dos veces. Estoy encantada y estoy perfecta», dice muy contenta. «Desde el 28 de febrero he bajado trece kilos -esta charla tuvo lugar antes de Semana Santa-, mi asma ha mejorado muchísimo y si mañana me tuviera que volver a operar, lo haría de nuevo», afirma muy segura. «Mi problema me limitaba la vida, porque no era capaz de andar cien metros. Me reduje el estómago y no me importa comer con menor capacidad. De verdad que estoy encantada, porque ha sido una transformación abismal», añade.

"A la semana, salí a andar e hice siete kilómetros, cuando antes no podía andar ni 500 metros"

Felicidad cuenta también cómo es el proceso: «Ingresé el mismo día, hacia las siete y media. A las nueve me llevaron a quirófano y, después de la intervención, estuve en la UVI, donde me dieron un trato exquisito también. Al día siguiente, pasé a planta, donde estuve cuatro días». El posoperatorio, según sus palabras, «no ha sido nada complicado». Y es que lo complicado para ella «ha sido tomar mi medicación triturada por tener que mantener una dieta líquida, aunque ahora estoy en la fase de los purés». Mes y medio después sigue de baja por no poder coger peso, aunque «a la semana salí a andar e hice siete kilómetros, cuando antes no podía andar 500 metros».

"La bariátrica no es una cirugía estética. Hay que tomarla un poco más en serio», señala el doctor"

Una cirugía definitiva de la obesidad

El doctor José Luis Elósegui fue el responsable de la intervención. Conocía a la paciente, compañera de profesión, desde hace más de 30 años. Aunque llegó a su consulta por otros motivos , «me di cuenta de que lo que más le afectaba en sus quehaceres habituales, era su dificultad para respirar, incluso en posición de reposo – descanso. Hablamos más en profundidad y ahí es donde me contó que tenía problemas respiratorios previos que se habían convertido en serios por la obesidad», relata el especialista.

Por ello, a Felicidad se le planteó una cirugía definitiva de la obesidad. Ella se había sometido años atrás a una intervención no tan resolutiva ni definitiva y, aunque los resultados fueron buenos al principio, luego tuvo reganancia de peso. Así, «planteamos nuestra solución, le explicamos en qué consistía esta cirugía y lo aceptó. Entró en el circuito de la obesidad, fue valorada por distintos especialistas, como el endocrino o la nutricionista, y una vez ‘preparada’ para la cirugía, se sometió a ésta», resume el doctor.

"La cirugía bariátrica es el penúltimo paso de un proceso en equipo y que incluye a endocrino, nutricionista o psicólogo"

La intervención consistió en una gastrectomía vertical en manga, ( sleeve gástrico), y «fue una cirugía sin ninguna complicación». Con el alta, «le dimos una serie de recomendaciones, más estrictas durante el primer mes, no tanto para adelgazar, sino para evitar complicaciones en la cirugía. Pasado ese mes, según nos cuenta ella misma, se encuentra realmente bien».


Un trabajo en equipo

¿Cómo es el trabajo de la Unidad de la Obesidad en Policlínica Gipuzkoa? El doctor Elósegui cuenta que «recibimos pacientes desde diferentes especialidades. Pueden venir remitidos por el endocrino, por exceso de peso tras varios tratamientos que no han conseguido el resultado deseado; otros que vienen desde la Unidad de Cardiología, con morbilidades asociadas, que no consiguen perder peso y con IMC un poco elevado; o en muchos casos desde Traumatología, pacientes con sobrepeso u Obesidad de Grado 3 y con diferentes patologías articulares con la necesidad de prótesis en cadera o rodilla. Valoramos y estudiamos cada paciente , dentro de la Unidad de la Obesidad, con el ánimo de ofrecerle la mejor solución posible a su problema de exceso de peso y en nuestro caso para ver si podemos aplicar alguna técnica que favorezca la pérdida de peso y, de paso, ver si es posible retrasar esa otra cirugía traumatológica».

"El paciente retoma su día a día y vida social: «Es como si los introdujéramos de nuevo a una sociedad normal"

El especialista quiere dejar también clara una idea y es que la cirugía bariátrica no es una cirugía estética. «Hay que tomarla un poco más en serio», apunta. Es por ello que los pacientes no deberían acudir en primer lugar a los cirujanos, sino al médico de cabecera, quien le remitirá al endocrino. Éste realizará una serie de intentos de cuidar hábitos o establecer dietas estrictas, para perder peso y con ello recuperar una situación mejor. Una vez pasado un tiempo, normalmente 2 años, los endocrinos ya saben que determinados pacientes no lograrán mejores resultados o tienen un IMC por el cual ya es difícil que consigan una pérdida de peso con éxito sin reganancia. En el caso de Policlínica Gipuzkoa, también hay un psicólogo que valora cada caso, especialmente con los más jóvenes. «Somos la nutricionista y los cirujanos quienes encaminamos a los pacientes a la cirugía, que no es una técnica aislada en sí, sino que hay que saber qué alimentación llevar después de la intervención para que ésta no fracase», concluye Elósegui.

El aspecto mental y social

Uno de los principales puntos a favor de la cirugía bariátrica es que, a la larga, «aporta calidad de vida», señala el cirujano. «Feli era una persona trabajadora y activa que se veía totalmente mermada, incluso se estaba quedando aislada socialmente. Hoy es el día en el que estoy seguro de que ha vuelto a establecer sus relaciones sociales, sale a la calle, queda con sus amigos y compañeros, además de realizar las actividades cotidianas de manera normal. La cirugía bariátrica proporciona una calidad de vida aceptable de nuevo a gente que ya no puede con su sobrepeso; es como si los introdujéramos de nuevo a una sociedad normal», explica claramente.